Jalisco
Palo Alto, un fraccionamiento dentro del bosque
Las obras podrían provocar inundaciones; hay una casa en zona federal
CHAPALA, JALISCO (07/MAR/2012).- En los predios El Soconante y El Tecuán, a un lado del cerro Las Minas, se planea construir el fraccionamiento Palo Blanco, el cual impulsan sus propietarios Juan Luis Collignon Hoffy Karen Collingnon Jonsson.
En contraste con Las Minas, en este proyecto los caminos son más discretos —no se notan desde el libramiento— y todos los árboles están inventariados.
El año pasado los Collignon solicitaron al Ayuntamiento de Chapala que interviniera porque el camino de acceso al desarrollo Las Minas estaba invadiendo su propiedad.
Estos predios rústicos conocidos como El Soconante y la Barranca el Tecuán —ubicados al Norte de San Antonio Tlayacapan— abarcan 20 hectáreas, de las cuales 12 son de vocación forestal. El fraccionamiento será de vivienda unifamiliar. En noviembre de 2011, se ingresó una MIA a nombre de Miguel Ángel López Jiménez para urbanizar un desarrollo residencial habitacional en un área con vocación forestal (bosque tropical caducifolio). El trámite está en etapa de suspensión mientras entregan datos solicitados. Entre las observaciones está que el documento que presentó Las Minas es prácticamente el mismo.
Según el documento, serán “viviendas unifamiliares de densidad baja (h2) de diseño tradicional campestre” integradas con amplios jardines y zonas comunes de bosque, por lo que “el hecho de obtener la autorización del cambio de uso del suelo no implica necesariamente la remoción del arbolado”.
Casi cinco hectáreas están catalogadas como Habitacional Unifamiliar Densidad Baja (H2-U) y en el resto, que actualmente está clasificado como área de Actividad Silvestre, acordaron con el municipio que lo clasificaría como Área de Reserva Urbana a Largo Plazo para uso Habitacional mínima (H!) y Densidad Baja (H2). El planteamiento es el mismo que el del promovente Las Minas, en el sentido de que el Programa Municipal de Desarrollo Urbano estaba por modificarse para permitir la urbanización en esta zona. En el apartado de caracterización y análisis de la cuenca hidrológico-forestal hacen una descripción geográfica de la cuenca 043 Lago de Chapala, pero no particularizan absolutamente nada de los afluentes que corren por estos predios ni cuáles serán los impactos.
El tema hidrológico es prioritario en esta zona, pues además ya hay modificaciones de afluentes. En la parte baja del cerro Las Minas se construyó el fraccionamiento Vista Alegre, el cual modificó dos de las cuencas “más peligrosas” en Chapala, lo que provoca que se inunden ciertas zonas de San Antonio Tlayacapan. El problema está resuelto sólo en uno de los afluentes e incluso hay una residencia construida en zona federal del cauce, por omisión tanto de la Conagua como del municipio.
Por otro lado, SIMAPA informa el 5 de julio de 2011 que por el momento no es factible proporcionar los servicios solicitados de agua potable y saneamiento, ya que no cuentan con la estructura.
El arquitecto Fernando Rivas Vilanueva, titular de Obras Públicas, considera que Palo Blanco es un fraccionamiento “que se ha hecho bien, son exitosos y cuidan el medio ambiente. Sólo se trata de regularizarlos. Y tenemos que entender que son alternativas económicas para el municipio”.
FALTA LA MANIFESTACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL
Casinos y hoteles para la clase alta tapatía
En el predio conocido como Tierra Salada está proyectado el fraccionamiento Colinas del Lago de San Antonio, que abarca más de 40 hectáreas. En ocho de éstas se edificará el proyecto turístico de élite Lake Chapala Hotel and Casino Resort, que impulsa la compañía Palacio Development Group.
Los titulares de los predios son Roberto Ibarra Moreira, Víctor Manuel Villar Fuentes y Édgar Jesús Gómez Bustamante.
El presidente municipal panista, Jesús Cabrera Jiménez, ha presumido en distintas ocasiones que recibirán una inversión para casinos de 40 millones de dólares por este proyecto, el cual, dicen, está diseñado para “la clientela de más alto nivel económico” de Guadalajara.
Su ubicación es a un costado del fraccionamiento Chula Vista Norte: se edificarán tres edificios de cinco pisos con 300 habitaciones y 30 suites; habrá tres mil máquinas de apuestas y 24 mesas de juego como en Las Vegas para póker, bingo y black jack, entre otros juegos.
Según el diario Livinglakechapala, este proyecto promete mil empleos temporales y 500 de medio tiempo.
Con la justificación de la generación de empleo, el Ayuntamiento ha abierto la puerta para modificar el vocacionamiento netamente turístico de Chapala. En la Zona Metropolitana de Guadalajara distintas asociaciones de vecinos han protestado por la apertura de casinos, ya que consideran que con éstos viene una degradación relacionada con la seguridad, el perfil de los que asisten a los casinos y con que son negocios que la sociedad identifica con el lavado de dinero.
Los desarrolladores han promovido que el proyecto tendrá un auditorio para tres mil personas, spa, albercas, tres restaurantes gourmet y un club nocturno con vista panorámica a la laguna.
La Semarnat no ha recibido ningún proyecto de manifestación de impacto ambiental para este desarrollo, ni por el concepto del hotel-casino ni para el fraccionamiento Colinas del Lago.
El responsable del proyecto en México, Gerardo Luna Buenrostro, declaró en 2011 a un medio regional de Chapala que no tenían que presentar este documento, ya que los dueños del fraccionamiento presentaron un estudio que aprobó el ayuntamiento en la administración pasada.
En este tenor, la actual administración asegura que no hay predios forestales y que por ello no se requiere de licencia federal.
La licencia de uso de suelo para Colinas del Lago se autorizó el 4 de octubre de 2006 con el dictamen 404/2006, y en el periodo 2007-2009 se otorgó la licencia de construcción, clasificados como de área de actividad silvestre.
Por licencias de construcción, la anterior administración priista cobró más de 27 millones de pesos, lo cual incluyó despalmes de zonas forestales. El finiquito de pago se hizo con el actual gobierno panista, por un total de dos millones y medio de pesos. De cualquier modo, en 2010, la Dirección de Ecología reportó deforestación e invasión de cauces federales.
Gilberto Hernández, quien trabaja para Palacio Development Group, se comunicó desde Estados Unidos para afirmar que el proyecto se hará, pero que se ha retrasado porque algunos inversionistas tienen miedo por la inseguridad en México. Quedó en pedir autorización para una entrevista: hasta el momento no ha vuelto a llamar.
En cuanto al área destinada a ser fraccionamiento residencial, se contemplan 317 lotes para uso residencial. En la MIA que está integrada al expediente que tiene el municipio de Chapala, no especifica a qué dependencia se entregó el documento. En éste afirman que respetarán los cauces de agua, que ofertarán agua potable y drenaje sanitario, y afirman que no habrá desmonte y que “tendrá tendencia al uso de fuentes de energía alternas”.
Todo está planteado así, de manera general, pero no explican cómo se hará.
Ubicación
Al oriente de Chula Vista Norte y al norte del libramiento carretero en su kilómetro 3 de Chapala-San Antonio.
UNA SECCIÓN SIGUE INCONCLUSA
Chula Vista y una inmobiliaria con problemas
El fraccionamiento Chula Vista, en el predio El Tecuán, está dividido en dos secciones. La primera ya está autorizada y entregada al municipio en el periodo 1998-2000, por parte de la empresa, de Gary Watson Cunningham, presidente del Consejo de Administración de la empresa Chula Vista Alta, SA de CV.
Para este proyecto, el entonces procurador de Desarrollo Urbano, Jaime Cuevas Adame, solicitó información al Ayuntamiento de Chapala sobre el procedimiento de autorización de Chula Vista Norte, el 15 de febrero de 2001. Esto debido a que la asociación vecinal de Chula Vista Norte interpuso una queja porque la fraccionadora Chula Vista Alta incumplió con proporcionarles los servicios. “Las deficiencias han sido ocasionadas por la negligencia de la fraccionadora, como resultado de sus serias y largas dificultades financieras, agregándose a esto las continuas y crecientes dificultades legales entre terceras personas (embargo) y recientemente serias disputas entre los accionistas de las empresas”.
En términos generales, los problemas eran por disponibilidad de agua, drenajes rotos y que descargaban a cielo abierto.
En noviembre de 1997, el Ayuntamiento emitió dictamen definitivo a la regularización del predio. En 1998 se emite el dictamen favorable definitivo para la regularización del fraccionamiento y mediante oficio 055/98 la dirección de Planeación y Urbanización se otorga factibilidad de descargas de aguas negras.
En ese entonces, el promovente otorgó 435 mil pesos para la supuesta construcción de colectores y el donador se comprometía a introducir los servicios para este predio. El convenio fue firmado el 30 de junio de 1998 por Fernando Guzmán, Alberto Cárdenas, Carlos Petersen, José de Jesús Levy y Gary Watson Cunningham, como vicepresidente del consejo de administración de la empresa.
De este expediente hay al menos 30 páginas que desaparecieron.
Chula Vista Norte sección II
Lo que no se ha regularizado con el Ayuntamiento es la sección II del Chula Vista Norte, que cuenta con licencia de uso de suelo de 1997 y ratificación en 2009 para movimientos de tierra. Está registrada a nombre de Miguel Barragán.
“Son 20 hectáreas las que están autorizadas por administraciones anteriores para urbanizarse. Los clausuramos porque les solicitamos que mostraran la autorización para el cambio de uso de suelo forestal y el agropecuario, pero no la tenían. Hicimos dos clausuras y ahorita están en suspensión. Es el fraccionamiento que está totalmente en zona forestal”, explica el arquitecto Fernando Rivas Villanueva, titular de Planeación Urbana de Chapala.
Puntualiza que en 1998 se ratificó el permiso a la primera sección de Chula Vista y la segunda parte es la que está en controversia. “Pero nosotros, al entrar, clausuramos. Luego vimos que no teníamos el sustento legal bien establecido, porque en nuestro expediente no teníamos los antecedentes de que se les habían dado autorizaciones. Y en eso estamos trabajando, porque los desarrolladores nos comprobaron que la entonces Comisión Estatal de Ecología liberó el proyecto, pero nunca hicieron el cambio de uso de suelo. Aquí sí debió entrar Semarnat”.
En contraste con Las Minas, en este proyecto los caminos son más discretos —no se notan desde el libramiento— y todos los árboles están inventariados.
El año pasado los Collignon solicitaron al Ayuntamiento de Chapala que interviniera porque el camino de acceso al desarrollo Las Minas estaba invadiendo su propiedad.
Estos predios rústicos conocidos como El Soconante y la Barranca el Tecuán —ubicados al Norte de San Antonio Tlayacapan— abarcan 20 hectáreas, de las cuales 12 son de vocación forestal. El fraccionamiento será de vivienda unifamiliar. En noviembre de 2011, se ingresó una MIA a nombre de Miguel Ángel López Jiménez para urbanizar un desarrollo residencial habitacional en un área con vocación forestal (bosque tropical caducifolio). El trámite está en etapa de suspensión mientras entregan datos solicitados. Entre las observaciones está que el documento que presentó Las Minas es prácticamente el mismo.
Según el documento, serán “viviendas unifamiliares de densidad baja (h2) de diseño tradicional campestre” integradas con amplios jardines y zonas comunes de bosque, por lo que “el hecho de obtener la autorización del cambio de uso del suelo no implica necesariamente la remoción del arbolado”.
Casi cinco hectáreas están catalogadas como Habitacional Unifamiliar Densidad Baja (H2-U) y en el resto, que actualmente está clasificado como área de Actividad Silvestre, acordaron con el municipio que lo clasificaría como Área de Reserva Urbana a Largo Plazo para uso Habitacional mínima (H!) y Densidad Baja (H2). El planteamiento es el mismo que el del promovente Las Minas, en el sentido de que el Programa Municipal de Desarrollo Urbano estaba por modificarse para permitir la urbanización en esta zona. En el apartado de caracterización y análisis de la cuenca hidrológico-forestal hacen una descripción geográfica de la cuenca 043 Lago de Chapala, pero no particularizan absolutamente nada de los afluentes que corren por estos predios ni cuáles serán los impactos.
El tema hidrológico es prioritario en esta zona, pues además ya hay modificaciones de afluentes. En la parte baja del cerro Las Minas se construyó el fraccionamiento Vista Alegre, el cual modificó dos de las cuencas “más peligrosas” en Chapala, lo que provoca que se inunden ciertas zonas de San Antonio Tlayacapan. El problema está resuelto sólo en uno de los afluentes e incluso hay una residencia construida en zona federal del cauce, por omisión tanto de la Conagua como del municipio.
Por otro lado, SIMAPA informa el 5 de julio de 2011 que por el momento no es factible proporcionar los servicios solicitados de agua potable y saneamiento, ya que no cuentan con la estructura.
El arquitecto Fernando Rivas Vilanueva, titular de Obras Públicas, considera que Palo Blanco es un fraccionamiento “que se ha hecho bien, son exitosos y cuidan el medio ambiente. Sólo se trata de regularizarlos. Y tenemos que entender que son alternativas económicas para el municipio”.
FALTA LA MANIFESTACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL
Casinos y hoteles para la clase alta tapatía
En el predio conocido como Tierra Salada está proyectado el fraccionamiento Colinas del Lago de San Antonio, que abarca más de 40 hectáreas. En ocho de éstas se edificará el proyecto turístico de élite Lake Chapala Hotel and Casino Resort, que impulsa la compañía Palacio Development Group.
Los titulares de los predios son Roberto Ibarra Moreira, Víctor Manuel Villar Fuentes y Édgar Jesús Gómez Bustamante.
El presidente municipal panista, Jesús Cabrera Jiménez, ha presumido en distintas ocasiones que recibirán una inversión para casinos de 40 millones de dólares por este proyecto, el cual, dicen, está diseñado para “la clientela de más alto nivel económico” de Guadalajara.
Su ubicación es a un costado del fraccionamiento Chula Vista Norte: se edificarán tres edificios de cinco pisos con 300 habitaciones y 30 suites; habrá tres mil máquinas de apuestas y 24 mesas de juego como en Las Vegas para póker, bingo y black jack, entre otros juegos.
Según el diario Livinglakechapala, este proyecto promete mil empleos temporales y 500 de medio tiempo.
Con la justificación de la generación de empleo, el Ayuntamiento ha abierto la puerta para modificar el vocacionamiento netamente turístico de Chapala. En la Zona Metropolitana de Guadalajara distintas asociaciones de vecinos han protestado por la apertura de casinos, ya que consideran que con éstos viene una degradación relacionada con la seguridad, el perfil de los que asisten a los casinos y con que son negocios que la sociedad identifica con el lavado de dinero.
Los desarrolladores han promovido que el proyecto tendrá un auditorio para tres mil personas, spa, albercas, tres restaurantes gourmet y un club nocturno con vista panorámica a la laguna.
La Semarnat no ha recibido ningún proyecto de manifestación de impacto ambiental para este desarrollo, ni por el concepto del hotel-casino ni para el fraccionamiento Colinas del Lago.
El responsable del proyecto en México, Gerardo Luna Buenrostro, declaró en 2011 a un medio regional de Chapala que no tenían que presentar este documento, ya que los dueños del fraccionamiento presentaron un estudio que aprobó el ayuntamiento en la administración pasada.
En este tenor, la actual administración asegura que no hay predios forestales y que por ello no se requiere de licencia federal.
La licencia de uso de suelo para Colinas del Lago se autorizó el 4 de octubre de 2006 con el dictamen 404/2006, y en el periodo 2007-2009 se otorgó la licencia de construcción, clasificados como de área de actividad silvestre.
Por licencias de construcción, la anterior administración priista cobró más de 27 millones de pesos, lo cual incluyó despalmes de zonas forestales. El finiquito de pago se hizo con el actual gobierno panista, por un total de dos millones y medio de pesos. De cualquier modo, en 2010, la Dirección de Ecología reportó deforestación e invasión de cauces federales.
Gilberto Hernández, quien trabaja para Palacio Development Group, se comunicó desde Estados Unidos para afirmar que el proyecto se hará, pero que se ha retrasado porque algunos inversionistas tienen miedo por la inseguridad en México. Quedó en pedir autorización para una entrevista: hasta el momento no ha vuelto a llamar.
En cuanto al área destinada a ser fraccionamiento residencial, se contemplan 317 lotes para uso residencial. En la MIA que está integrada al expediente que tiene el municipio de Chapala, no especifica a qué dependencia se entregó el documento. En éste afirman que respetarán los cauces de agua, que ofertarán agua potable y drenaje sanitario, y afirman que no habrá desmonte y que “tendrá tendencia al uso de fuentes de energía alternas”.
Todo está planteado así, de manera general, pero no explican cómo se hará.
Ubicación
Al oriente de Chula Vista Norte y al norte del libramiento carretero en su kilómetro 3 de Chapala-San Antonio.
UNA SECCIÓN SIGUE INCONCLUSA
Chula Vista y una inmobiliaria con problemas
El fraccionamiento Chula Vista, en el predio El Tecuán, está dividido en dos secciones. La primera ya está autorizada y entregada al municipio en el periodo 1998-2000, por parte de la empresa, de Gary Watson Cunningham, presidente del Consejo de Administración de la empresa Chula Vista Alta, SA de CV.
Para este proyecto, el entonces procurador de Desarrollo Urbano, Jaime Cuevas Adame, solicitó información al Ayuntamiento de Chapala sobre el procedimiento de autorización de Chula Vista Norte, el 15 de febrero de 2001. Esto debido a que la asociación vecinal de Chula Vista Norte interpuso una queja porque la fraccionadora Chula Vista Alta incumplió con proporcionarles los servicios. “Las deficiencias han sido ocasionadas por la negligencia de la fraccionadora, como resultado de sus serias y largas dificultades financieras, agregándose a esto las continuas y crecientes dificultades legales entre terceras personas (embargo) y recientemente serias disputas entre los accionistas de las empresas”.
En términos generales, los problemas eran por disponibilidad de agua, drenajes rotos y que descargaban a cielo abierto.
En noviembre de 1997, el Ayuntamiento emitió dictamen definitivo a la regularización del predio. En 1998 se emite el dictamen favorable definitivo para la regularización del fraccionamiento y mediante oficio 055/98 la dirección de Planeación y Urbanización se otorga factibilidad de descargas de aguas negras.
En ese entonces, el promovente otorgó 435 mil pesos para la supuesta construcción de colectores y el donador se comprometía a introducir los servicios para este predio. El convenio fue firmado el 30 de junio de 1998 por Fernando Guzmán, Alberto Cárdenas, Carlos Petersen, José de Jesús Levy y Gary Watson Cunningham, como vicepresidente del consejo de administración de la empresa.
De este expediente hay al menos 30 páginas que desaparecieron.
Chula Vista Norte sección II
Lo que no se ha regularizado con el Ayuntamiento es la sección II del Chula Vista Norte, que cuenta con licencia de uso de suelo de 1997 y ratificación en 2009 para movimientos de tierra. Está registrada a nombre de Miguel Barragán.
“Son 20 hectáreas las que están autorizadas por administraciones anteriores para urbanizarse. Los clausuramos porque les solicitamos que mostraran la autorización para el cambio de uso de suelo forestal y el agropecuario, pero no la tenían. Hicimos dos clausuras y ahorita están en suspensión. Es el fraccionamiento que está totalmente en zona forestal”, explica el arquitecto Fernando Rivas Villanueva, titular de Planeación Urbana de Chapala.
Puntualiza que en 1998 se ratificó el permiso a la primera sección de Chula Vista y la segunda parte es la que está en controversia. “Pero nosotros, al entrar, clausuramos. Luego vimos que no teníamos el sustento legal bien establecido, porque en nuestro expediente no teníamos los antecedentes de que se les habían dado autorizaciones. Y en eso estamos trabajando, porque los desarrolladores nos comprobaron que la entonces Comisión Estatal de Ecología liberó el proyecto, pero nunca hicieron el cambio de uso de suelo. Aquí sí debió entrar Semarnat”.