Jalisco
Movimiento ciudadano propone alternativas para desistir de El Zapotillo
Organizaciones ciudadanas señalan que las autoridades gestionan proveerse de más agua, en vez de fomentar el cuidado del líquido
GUADALAJARA, JALISCO (06/ABR/2011).- Antes de planear mega programas hídricos que envíen agua a la metrópoli, esta debería realizar un estudio a detalle del agua que dispone y buscar una mayor eficiencia en su sistema de distribución. De esta forma, la millonaria inversión que se direcciona a proyectos como la Presa El Zapotillo, que inundaría tres poblados milenarios en el municipio de Cañadas de Obregón, no tendrá razón de ser.
Organizaciones ciudadanas en contra de la edificación del embalse revelan que los programas en Guadalajara para ayudar a disminuir el consumo de líquido son prácticamente inexistentes, o bien, con marcadas deficiencias, y que las gestiones de la autoridad buscan la manera de traer más agua, en lugar de crear conciencia en la población e involucrarla en una correcta cultura del agua.
Paulina Barreto Heredia, ingeniera ambiental, refirió que aún queda mucho por hacer para llevar a la práctica una verdadera gestión integral del agua, pues el actual sistema de distribución de líquido en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) “desperdicia el 40% del agua que debería llegar”, por falta de mantenimiento o renovación.
“Hace falta una gestión eficiente y transparente, que se ha limitado porque se encuentra un poco fragmentada, manejada diferentes sectores como el SIAPA (Sistema Intermunicipal de Agua potable y Alcantarillado), empresas privadas y administraciones municipales (de diversos partidos políticos)”.
Lamentó que la evaluación ambiental estratégica, que debería preceder a una decisión de tal magnitud como la construcción de una presa, se exceptuara en el caso de El Zapotillo, y sugirió que la distribución de agua no se base sólo en la oferta y la demanda, sino en las fuentes de abastecimiento con las que se cuenta.
El embalse de referencia, subrayó, afectaría el equilibrio ecológico en torno al Río Verde, “uno de los pocos que siguen en buen estado y que no están represados”.
“No se ha justificado de la manera más correcta la necesidad (de su construcción); en las revisiones de la Manifestación de Impacto Ambiental no se presentaron otras opciones que fueran diferentes a presas, como la reducción de la demanda, mejorar la gestión del agua superficial y subterránea, mejorar las redes de distribución o reestructurar los esquemas tarifarios”.
Aumentan enfermedades degenerativas en Temacapulín
De acuerdo con estudios psicosociales elaborados por alumnos y especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) en el poblado de Temacapulín (que se planea inundar para dar vida a la Presa El Zapotillo), el 80% de sus habitantes padecen alguna enfermedad, derivada del anuncio que se hizo de la construcción del millonario proyecto.
Jorge Gastón Gutiérrez, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCHS), informó que de entre 500 y 600 habitantes cuantificados en el pequeño poblado, la mayoría presenta problemas en su salud.
“Uno de los factores que han sido omitidos, como parte de los impactos ambientales, (son) las afectaciones sociales y psicosociales en la población que vive la amenaza de desplazamiento forzado desde hace cinco años”.
Dijo que el estrés acumulado les ha generado problemas crónicos, así como un estado de ansiedad elevado que acarrea, además, enfermedades mentales. Los principales afectados, relató, son los adultos mayores y los niños.
Agregó que este porcentaje es 50% superior al de años pasados, y que ha sido corroborado con personal del pequeño centro de salud que se ubica en la plazoleta de Temacapulín. “Estamos hablando de enfermedades, hipertensión, diabetes, problemas en la piel, irritabilidad, insomnio, afectación de estados de ánimo y ansiedad”.
El informe, elaborado a manera de peritaje, es “legalmente válido”, por lo que ha sido entregado a diversas instancias gubernamentales para que den seguimiento al caso.
Los especialistas aplauden que las mesas de diálogo entre autoridades y opositores a la Presa El Zapotillo finalmente hayan nacido. No obstante, se tienen “pocas esperanzas” de que estas concluyan con resultados positivos para los habitantes de los poblados, que tienen una historia de mil 400 años.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
Organizaciones ciudadanas en contra de la edificación del embalse revelan que los programas en Guadalajara para ayudar a disminuir el consumo de líquido son prácticamente inexistentes, o bien, con marcadas deficiencias, y que las gestiones de la autoridad buscan la manera de traer más agua, en lugar de crear conciencia en la población e involucrarla en una correcta cultura del agua.
Paulina Barreto Heredia, ingeniera ambiental, refirió que aún queda mucho por hacer para llevar a la práctica una verdadera gestión integral del agua, pues el actual sistema de distribución de líquido en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) “desperdicia el 40% del agua que debería llegar”, por falta de mantenimiento o renovación.
“Hace falta una gestión eficiente y transparente, que se ha limitado porque se encuentra un poco fragmentada, manejada diferentes sectores como el SIAPA (Sistema Intermunicipal de Agua potable y Alcantarillado), empresas privadas y administraciones municipales (de diversos partidos políticos)”.
Lamentó que la evaluación ambiental estratégica, que debería preceder a una decisión de tal magnitud como la construcción de una presa, se exceptuara en el caso de El Zapotillo, y sugirió que la distribución de agua no se base sólo en la oferta y la demanda, sino en las fuentes de abastecimiento con las que se cuenta.
El embalse de referencia, subrayó, afectaría el equilibrio ecológico en torno al Río Verde, “uno de los pocos que siguen en buen estado y que no están represados”.
“No se ha justificado de la manera más correcta la necesidad (de su construcción); en las revisiones de la Manifestación de Impacto Ambiental no se presentaron otras opciones que fueran diferentes a presas, como la reducción de la demanda, mejorar la gestión del agua superficial y subterránea, mejorar las redes de distribución o reestructurar los esquemas tarifarios”.
Aumentan enfermedades degenerativas en Temacapulín
De acuerdo con estudios psicosociales elaborados por alumnos y especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) en el poblado de Temacapulín (que se planea inundar para dar vida a la Presa El Zapotillo), el 80% de sus habitantes padecen alguna enfermedad, derivada del anuncio que se hizo de la construcción del millonario proyecto.
Jorge Gastón Gutiérrez, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCHS), informó que de entre 500 y 600 habitantes cuantificados en el pequeño poblado, la mayoría presenta problemas en su salud.
“Uno de los factores que han sido omitidos, como parte de los impactos ambientales, (son) las afectaciones sociales y psicosociales en la población que vive la amenaza de desplazamiento forzado desde hace cinco años”.
Dijo que el estrés acumulado les ha generado problemas crónicos, así como un estado de ansiedad elevado que acarrea, además, enfermedades mentales. Los principales afectados, relató, son los adultos mayores y los niños.
Agregó que este porcentaje es 50% superior al de años pasados, y que ha sido corroborado con personal del pequeño centro de salud que se ubica en la plazoleta de Temacapulín. “Estamos hablando de enfermedades, hipertensión, diabetes, problemas en la piel, irritabilidad, insomnio, afectación de estados de ánimo y ansiedad”.
El informe, elaborado a manera de peritaje, es “legalmente válido”, por lo que ha sido entregado a diversas instancias gubernamentales para que den seguimiento al caso.
Los especialistas aplauden que las mesas de diálogo entre autoridades y opositores a la Presa El Zapotillo finalmente hayan nacido. No obstante, se tienen “pocas esperanzas” de que estas concluyan con resultados positivos para los habitantes de los poblados, que tienen una historia de mil 400 años.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA