Jalisco
Las ventas colapsaron junto con el mercado Pedro Ogazón
Un parque que se volvió mercado, y que no da los mismos resultados
GUADALAJARA, JALISCO (25/ENE/2014).- Todos los días, Roque Rodríguez abría su puesto de jugos en el mercado Pedro Ogazón, en la colonia El Tepopote (Morelos), a las 7:00 de la mañana, pero el
26 de septiembre de 2013 lo que hizo fue rescatar sus cosas de entre escombros. Al llegar se encontró con que el techo del edificio se había derrumbado.
"Se siente preocupación y tristeza de ver la fuente de trabajo caída". Ese día entero fue de incertidumbre. "¿Qué va a pasar con nosotros?". Ahí afuera estuvieron los locatarios hasta pasadas las 10:00 de la noche. La solución que se encontró fue reubicar a los vendedores en el Jardín Juana Pavón de Morelos, enfrente de donde estaba el inmueble original, que ahora aparenta un lote baldío.
El parque se volvió mercado, pero no da los mismos resultados. "De por sí la situación ya estaba malona, aquí las ventas bajaron mucho más", expresa Roque. Él vende la mitad menos que hace cinco meses.
Y eso que los puestos ahora tienen la ventaja de un espacio al aire libre, rodeado de árboles, dice José García, vendedor de fruta, pero ni así se arriman los clientes como hace meses. El mercado les quedaba a la pasada. "Si antes venían 10, hasta acá sólo llegan siete".
"Adiós, Chata". "Buen día, Lupe. ¿Cómo te fue ayer". Hay clientes que no perdieron la costumbre de ir al mercado, ahora acomodado en los espacios que las bancas, fuentes y árboles del parque permiten. Los puestos se levantan con tubos y toman forma con carpas, algunas de ellas aprovechan para hacer propaganda de los entonces candidatos, ahora funcionarios del PRI.
Y aunque no hay quejas de que el mercado acondicionado sea inseguro, porque hay un velador y un policía las 24 horas, nada como tener un espacio fincado "Un día lloviendo no se vende nada", expresa Antonio Cortés, locatario de "Pollos Mary".
Nada como un techo de concreto, eso sí, con el mantenimiento suficiente para que no se colapse, con más atención de las autoridades: "Ya se estaba cayendo el techo a pedazos, vieron y no hicieron nada. Nosotros estábamos enojados porque ya les habíamos dicho", agrega Antonio.
Entre el lote baldío, quedaron de pie los baños y tres puestos: una carnicería, una paletería y una zapatería. Esta última es el patrimonio de Jorge Aréchiga, presidente de la mesa directiva del mercado. Sí, él continúa en el espacio tradicionalmente preferido para los clientes, pero ni así se acercan como antes; le bajaron ganancias a la mitad.
Jorge Aréchiga se encarga del diálogo con las autoridades. Del Ayuntamiento de Guadalajara han estado al pendiente, así como el diputado local, Miguel Castro. Con ellos se ven tres proyectos de reconstrucción. Los locatarios ya quieren volver, pero no les dicen cuándo.
SABER MÁS
El Gobierno del Estado será el que se encargue de dar los recursos para rescatar el inmueble; se señala una posible negligencia de las autoridades muncipales porque antes del derrumbe, hubo un dictamen de Protección Civil del municipio que urgía a intervenir el lugar, publicó este medio ayer.
EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA
"Se siente preocupación y tristeza de ver la fuente de trabajo caída". Ese día entero fue de incertidumbre. "¿Qué va a pasar con nosotros?". Ahí afuera estuvieron los locatarios hasta pasadas las 10:00 de la noche. La solución que se encontró fue reubicar a los vendedores en el Jardín Juana Pavón de Morelos, enfrente de donde estaba el inmueble original, que ahora aparenta un lote baldío.
El parque se volvió mercado, pero no da los mismos resultados. "De por sí la situación ya estaba malona, aquí las ventas bajaron mucho más", expresa Roque. Él vende la mitad menos que hace cinco meses.
Y eso que los puestos ahora tienen la ventaja de un espacio al aire libre, rodeado de árboles, dice José García, vendedor de fruta, pero ni así se arriman los clientes como hace meses. El mercado les quedaba a la pasada. "Si antes venían 10, hasta acá sólo llegan siete".
"Adiós, Chata". "Buen día, Lupe. ¿Cómo te fue ayer". Hay clientes que no perdieron la costumbre de ir al mercado, ahora acomodado en los espacios que las bancas, fuentes y árboles del parque permiten. Los puestos se levantan con tubos y toman forma con carpas, algunas de ellas aprovechan para hacer propaganda de los entonces candidatos, ahora funcionarios del PRI.
Y aunque no hay quejas de que el mercado acondicionado sea inseguro, porque hay un velador y un policía las 24 horas, nada como tener un espacio fincado "Un día lloviendo no se vende nada", expresa Antonio Cortés, locatario de "Pollos Mary".
Nada como un techo de concreto, eso sí, con el mantenimiento suficiente para que no se colapse, con más atención de las autoridades: "Ya se estaba cayendo el techo a pedazos, vieron y no hicieron nada. Nosotros estábamos enojados porque ya les habíamos dicho", agrega Antonio.
Entre el lote baldío, quedaron de pie los baños y tres puestos: una carnicería, una paletería y una zapatería. Esta última es el patrimonio de Jorge Aréchiga, presidente de la mesa directiva del mercado. Sí, él continúa en el espacio tradicionalmente preferido para los clientes, pero ni así se acercan como antes; le bajaron ganancias a la mitad.
Jorge Aréchiga se encarga del diálogo con las autoridades. Del Ayuntamiento de Guadalajara han estado al pendiente, así como el diputado local, Miguel Castro. Con ellos se ven tres proyectos de reconstrucción. Los locatarios ya quieren volver, pero no les dicen cuándo.
SABER MÁS
El Gobierno del Estado será el que se encargue de dar los recursos para rescatar el inmueble; se señala una posible negligencia de las autoridades muncipales porque antes del derrumbe, hubo un dictamen de Protección Civil del municipio que urgía a intervenir el lugar, publicó este medio ayer.
EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA