Jalisco
Las autoridades llegan tarde
El académico advierte que al permitir ese tipo de carreteras en áreas naturales tan importantes como el Cerro Viejo se abre la puerta a posibles asentamientos urbanos
GUADALAJARA, JALISCO (25/ENE/2013).- La declaratoria de Área Estatal de Protección Hidrológica en el Cerro Viejo que está por concluir su proceso llega tarde, pues, aunque el Macrolibramiento se mantiene fuera de sus límites, éste representa un impacto irreversible para el bosque, indica el investigador Jaime Eloy Ruiz Barajas.
El académico advierte que al permitir ese tipo de carreteras en áreas naturales tan importantes como el Cerro Viejo se abre la puerta a posibles asentamientos urbanos, comercios e industrias que podrían depredar más la zona ecológica.
“Es un problema de nuestras autoridades ambientales, las cosas las están haciendo muy tarde y eso es de lamentar porque luego se nos adelantan procesos de urbanización como el Macrolibramiento”.
Recomienda que, si las autoridades ya dieron el permiso, por lo menos se aseguren de que la construcción no entorpezca la dinámica ecológica del área, es decir, que permita los pasos naturales de la fauna, construyendo las vialidades por debajo o por encima del suelo, lo cual es difícil porque eleva considerablemente los costos.
“La Semades y la Semarnat facilitan mucho este tipo de obras y cuando hablan con los especialistas descubren que hay más cosas de fondo que cuidar. Por eso, las autoridades ambientales deben ser coherentes: se les olvidan muchas cosas por una mentalidad desarrollista y, más que restringir y cuidar la norma, dan permisos”.
El académico advierte que al permitir ese tipo de carreteras en áreas naturales tan importantes como el Cerro Viejo se abre la puerta a posibles asentamientos urbanos, comercios e industrias que podrían depredar más la zona ecológica.
“Es un problema de nuestras autoridades ambientales, las cosas las están haciendo muy tarde y eso es de lamentar porque luego se nos adelantan procesos de urbanización como el Macrolibramiento”.
Recomienda que, si las autoridades ya dieron el permiso, por lo menos se aseguren de que la construcción no entorpezca la dinámica ecológica del área, es decir, que permita los pasos naturales de la fauna, construyendo las vialidades por debajo o por encima del suelo, lo cual es difícil porque eleva considerablemente los costos.
“La Semades y la Semarnat facilitan mucho este tipo de obras y cuando hablan con los especialistas descubren que hay más cosas de fondo que cuidar. Por eso, las autoridades ambientales deben ser coherentes: se les olvidan muchas cosas por una mentalidad desarrollista y, más que restringir y cuidar la norma, dan permisos”.