Jalisco
Identifican a otras dos víctimas de los Arcos del Milenio
Uno de los fallecidos era jornalero con domicilio en Tlaquepaque; el otro, repartidor de una cadena farmacéutica en León, Guanajuato
GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2011).- Dos víctimas más que fueron abandonadas dentro de automotores en los Arcos del Milenio, ya fueron identificadas de manera oficial.
De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Estado, uno de ellos llevaba el nombre de José de Jesús Enríquez Martínez, de 30 años de edad, que vivía en Tlaquepaque.
Según el reporte ante el agente del Ministerio Público adscrito al Servicio Médico Forense, el fallecido era jornalero y que salió el 23 de noviembre de 2011, a trabajar y que habló por teléfono, pero desapareció.
El otro fallecido es Carlos Humberto Carpio Peña, de 24 años, quien tenía su domicilio en la ciudad de León, Guanajuato.
De acuerdo, con sus familiares, la víctima era repartidor de una cadena farmacéutica de aquella Entidad, y fue visto por última vez el 22 de noviembre de 2011, cuando salió rumbo al Estado de Aguascalientes, por la noche.
Con estas identificaciones ya suman 21 cadáveres reconocidos por sus familiares desde que fueron abandonados en los Arcos del Milenio.
EL INFORMADOR / OMAR RUVALCABA
De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Estado, uno de ellos llevaba el nombre de José de Jesús Enríquez Martínez, de 30 años de edad, que vivía en Tlaquepaque.
Según el reporte ante el agente del Ministerio Público adscrito al Servicio Médico Forense, el fallecido era jornalero y que salió el 23 de noviembre de 2011, a trabajar y que habló por teléfono, pero desapareció.
El otro fallecido es Carlos Humberto Carpio Peña, de 24 años, quien tenía su domicilio en la ciudad de León, Guanajuato.
De acuerdo, con sus familiares, la víctima era repartidor de una cadena farmacéutica de aquella Entidad, y fue visto por última vez el 22 de noviembre de 2011, cuando salió rumbo al Estado de Aguascalientes, por la noche.
Con estas identificaciones ya suman 21 cadáveres reconocidos por sus familiares desde que fueron abandonados en los Arcos del Milenio.
EL INFORMADOR / OMAR RUVALCABA