Jalisco

Huecos legales mantienen en el ''limbo'' operación de franeleros

Especialista aboga por reglamentos municipales, y más oportunidades de empleo

GUADALAJARA, JALISCO (19/FEB/2013).- La sociedad ha crecido con la idea de que la calle es de todos, y es ante este razonamiento que los franeleros quedan libres de delito o falta administrativa, cuando "toman" las calles para establecerse.
 
Alfredo Rico Chávez, coordinador de la carrera de sociología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), expone que se trata de una actividad "no regulada" y que, por ello, carece de formalidad.  Además, señala que el crecimiento de este giro informal es secuela directa de la "exclusión de un sistema social y económico que no genera las oportunidades y los espacios de crecimiento para todos".
 
Esto obliga a que las personas que no acceden a un empleo fijo encuentren formas alternas para procurar comida y techo a ellos, o a su familia entera. Entre ellas: el crimen organizado, el robo o la "toma" de calles, ya sea para cuidar y lavar coches, limpiar parabrisas en cruceros u ofertar un breve espectáculo durante los tiempos de alto en varias vialidades de la ciudad.
 
"La gente que está siendo excluida busca la manera de sobrevivir y sostener una calidad de vida más o menos decorosa; en este sentido se generan los empleos no formales o no tradicionales que van generando estas dinámicas sociales, en las que la persona común y corriente ve que su calle de repente está abarrotada de botes porque alguien 'decidió' apropiarse del espacio público".
 
Sugiere que el diálogo y el acuerdo se ponderen a la "ley de la selva", donde gana el más fuerte. Sobre todo porque los enfrentamientos no abonan a la construcción de un tejido social, que se ha deteriorado en este aspecto por causa de la falta de oportunidades.
 
"Uno tiene que aprender a negociar, a tolerar, o a aceptar (...) En la medida que no hay una salida (reglamentación), son situaciones inesperadas. Si la autoridad no tiene una respuesta, los ciudadanos menos. El Estado no da respuesta a la gente a través de su creatividad, de su capacidad y potencial, y esta encuentra otras salidas".
 
El fenómeno ha sido motivo de estudio tanto por el sector académico como por la autoridad; no obstante, la reglamentación de este sector aún permanece como tema aparte. El investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) detalla que esta ausencia de regulación impide que surja un mecanismo para, ya sea potenciar, o marginar de plano la labor del franelero, lo cual lo posiciona como "una expresión de poder fáctico no instituido".
 
"En este caso no se tiene un argumento para decirle: 'este espacio es mío', porque tampoco es un espacio propio. Pero hay ocasiones en donde la gente los ve como un hecho normal, e incluso les da cuota fija, lo que genera un vínculo de relación donde incluso se les dejan las llaves del vehículo".
 
¿Qué pueden hacer los vecinos de zonas habitacionales invadidas?
 
Aunque son los casos menos usuales (por lo regular los franeleros buscan zonas de alta concentración de automotores para lograr una mejor ganancia), desde la óptica de los expertos sociólogos lo más recomendable es lograr un acercamiento con ellos, para que se eviten problemas que pudieran concluir en un enfrentamiento a golpes, o en situaciones aún más delicadas.
 
Como medida adicional, el ciudadano que desee "comprar" un espacio de calle para estacionarse en él e impedir que alguien más lo haga, puede acudir a la dirección de Padrón y Licencias de su respectivo municipio, y tramitar el espacio que habrá de ocupar de manera permanente, mismo que será marcado con pintura amarilla y que permanecerá en esas condiciones hasta por un año, con posibilidad de renovar el contrato.
 
¿Procede una denuncia ante la Policía?
 
Llamar al número de emergencia y esperar que la Policía arreste al individuo que aparta lugares de estacionamiento sólo procederá si este es sorprendido en flagrancia cometiendo faltas administrativas, o adopta una actitud agresiva para con los ciudadanos. La ausencia de un reglamento en este tenor impide que la labor de este grupo social se considere como delito, aunque tampoco se puede llamar un trabajo legal.
 
¿Qué hace la autoridad para impedir que este sector crezca?
 
Por lo regular, los casos son tratados e intervenidos como se hace ante personas en condición de calle; por ello, es el DIF municipal o estatal quien se encarga de ellos. A varios sectores (franeleros, limpiaparabrisas, artistas de crucero y vagabundos, por ejemplo) se les procura apoyo en vivienda y comida.
 
Sin embargo, hay aparta lugares que prácticamente viven de cuidar y lavar vehículos, percibiendo ingresos variables de hasta dos mil o tres mil pesos por quincena. Eso, aseguran las personas entrevistadas por este medio, les permite rentar alojamiento, comer e incluso procurar de su familia, aunque con muchas limitantes.
 
El precedente
 
La administración anterior del Ayuntamiento de Guadalajara buscó atender el sector de franeleros, aunque al poner en marcha el primer intento de regulación (en mayo de 2010) obró haciendo uso de su fuerza policIaca, animada a su vez por múltiples quejas de comerciantes, vecinos y automovilistas que denunciaban "mafias" que operaban en conjunto con las bandas de robo de auto partes.
 
Previamente (abril de 2010), el regidor Jorge Salinas Osorio propuso la realización de una campaña de comunicación para crear conciencia sobre el uso correcto de la vía pública, y que la población denunciara a "apartalugares" que se apropian de vialidades "para usufructuar ilegalmente".
 
En su iniciativa, pidió recordar que la actividad de los "viene viene" no puede ser considerada como un trabajo, pues "se encuentra en clara contravención con diversas disposiciones legales y reglamentarias vigentes".
 
En 2011 el operativo de "limpia" se implementó de nuevo, aunque esa ocasión se generó una oleada de críticas a la autoridad por parte de organizaciones civiles, debido a la coincidencia de la movilización con la cercanía de los Juegos Panamericanos. Tanto el Sistema DIF Municipal como la Policía tapatía descartaron que se tratara de evitar que el turismo apreciara a este sector durante la justa deportiva, y señalaron que la intención era "dignificar" la situación de "grupos vulnerables".
 
Posteriormente, el ex secretario general de Guadalajara, Roberto López Lara, confirmó que el Ayuntamiento tapatío estaría trabajando en la elaboración de un "padrón de apartalugares", que una vez concluido estaría otorgando permisos por 28 días para laborar. Asintió a la posibilidad de que el gremio de cuida coches eventualmente se convirtiera en "vigía" del robo de autopartes, luego de que un grupo considerable le presentara sus credenciales, acompañadas de actas de no antecedentes penales. Poco se supo después de ello.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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