Jalisco
Correr a ''ciegas''
María de Jesús Reyes, atleta profesional invidente del CODE
GUADALAJARA, JALISCO (04/DIC/2012).- María de Jesús Reyes "ve poquita luz cuando hay Sol". Pero su andar es fijo, sin titubeos. Pareciera que la ceguera que padece ha sido un cuento de sus entrenadores, dada su incuestionable soltura al andar. Ella corre a ciegas; lo hace profesionalmente. De esta manera es como se procura alimentos, techo y una vida plena... como un atleta de alto rendimiento debe hacerlo: entrenándose siete horas diarias, seis días a la semana.
La llama Édgar Cortés, el encargado de deporte adaptado en el CODE. Ella se acerca, extiende la mano para saludarlo, y después hace lo propio con el extraño de la grabadora en mano que desea platicar con ella. Formalidades cubiertas, sube a una base de concreto que rodea a un árbol, toma asiento y responde a la primera y más previsible pregunta: "tengo 19 años; entreno atletismo desde hace 10".
--¿Desde los nueve estás en esto?; ¿Cómo te acercaste aquí?
--Sí. Estudiaba en una escuela para ciegos en Las Águilas, por donde está Tv Azteca. Ahí estudié mi primaria; posteriormente la maestra de educación física habló con un preparador, y él se acercó para detectar talentos. Ahí fue cuando me invitaron a participar a Paralimpiadas.
Desde entonces, sus esfuerzos la han hecho escalar peldaños con tal facilidad como la mostrada al acercarse al árbol donde se desarrolla el diálogo. Al cumplir 15 años, logró entregarse de lleno a su disciplina y ejercitarse a nivel profesional. "Desde ahí empecé a despegar", dice con modestia, pues su mayor logro, del cual muestra orgullo, ha sido una medalla panamericana de bronce que ganó en 2011 en Guadalajara. La prueba: 400 metros planos.
Gran parte de sus ánimos los reúne porque está "contenta" en las instalaciones del CODE. Aunado a las dietas que le son conferidas, la posibilidad de entrar al gimnasio, y hacer uso de la alberca o la pista, y gozar de un hospedaje en el albergue son significativos para su formación.
"Desde que estoy aquí he subido mi rendimiento. (Entreno) en las mañanas, de siete a nueve; y de 12 a dos y media, de lunes a sábado".
Corriendo como ella sabe, "Marichuy" logró una beca del CODE, una más del municipio de Guadalajara, y goza de una tercera por parte de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). De ahí que su compromiso con mantener su estatus como atleta de excelencia sea vital.
Visita a sus padres, que viven en Tlaquepaque, desde el sábado por la tarde y regresa a su hogar antes de que concluya el domingo. Su recomendación para quienes, al igual que ella, padecen de una discapacidad, es eliminarse barreras y entregar su vida al deporte, una disciplina que, además de salud, le ha traído la felicidad de la cual hoy goza.
"A los papás, sobre todo, que acerquen a sus hijos, que no los limiten porque son discapacitados. A lo mejor el proceso (de acondicionamiento físico) es lento, pero a final de cuentas se obtiene un gran resultado".
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
La llama Édgar Cortés, el encargado de deporte adaptado en el CODE. Ella se acerca, extiende la mano para saludarlo, y después hace lo propio con el extraño de la grabadora en mano que desea platicar con ella. Formalidades cubiertas, sube a una base de concreto que rodea a un árbol, toma asiento y responde a la primera y más previsible pregunta: "tengo 19 años; entreno atletismo desde hace 10".
--¿Desde los nueve estás en esto?; ¿Cómo te acercaste aquí?
--Sí. Estudiaba en una escuela para ciegos en Las Águilas, por donde está Tv Azteca. Ahí estudié mi primaria; posteriormente la maestra de educación física habló con un preparador, y él se acercó para detectar talentos. Ahí fue cuando me invitaron a participar a Paralimpiadas.
Desde entonces, sus esfuerzos la han hecho escalar peldaños con tal facilidad como la mostrada al acercarse al árbol donde se desarrolla el diálogo. Al cumplir 15 años, logró entregarse de lleno a su disciplina y ejercitarse a nivel profesional. "Desde ahí empecé a despegar", dice con modestia, pues su mayor logro, del cual muestra orgullo, ha sido una medalla panamericana de bronce que ganó en 2011 en Guadalajara. La prueba: 400 metros planos.
Gran parte de sus ánimos los reúne porque está "contenta" en las instalaciones del CODE. Aunado a las dietas que le son conferidas, la posibilidad de entrar al gimnasio, y hacer uso de la alberca o la pista, y gozar de un hospedaje en el albergue son significativos para su formación.
"Desde que estoy aquí he subido mi rendimiento. (Entreno) en las mañanas, de siete a nueve; y de 12 a dos y media, de lunes a sábado".
Corriendo como ella sabe, "Marichuy" logró una beca del CODE, una más del municipio de Guadalajara, y goza de una tercera por parte de la Comisión Nacional del Deporte (Conade). De ahí que su compromiso con mantener su estatus como atleta de excelencia sea vital.
Visita a sus padres, que viven en Tlaquepaque, desde el sábado por la tarde y regresa a su hogar antes de que concluya el domingo. Su recomendación para quienes, al igual que ella, padecen de una discapacidad, es eliminarse barreras y entregar su vida al deporte, una disciplina que, además de salud, le ha traído la felicidad de la cual hoy goza.
"A los papás, sobre todo, que acerquen a sus hijos, que no los limiten porque son discapacitados. A lo mejor el proceso (de acondicionamiento físico) es lento, pero a final de cuentas se obtiene un gran resultado".
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA