Jalisco
Clérigos de la Iglesia local sobrellevan cautelosamente la actividad del narco
Los sacerdotes en la Arquidiócesis de Guadalajara, en algunas partes, están ubicados en un territorio donde hay siempre presencia militar
GUADALAJARA, JALISCO.- En la Arquidiócesis de Guadalajara, los sacerdotes que trabajan en parroquias fuera de la zona metropolitana se han visto forzados a ser prudentes y a la vez que cumplen con sus tareas pastorales, evitar conflictos o confrontación con personas que siembran mariguana o están involucradas en el narcotráfico, reconoció este martes el vocero del Arzobispado, el presbítero Antonio Gutiérrez Montaño, al tiempo que se realizan las actividades de la asamblea ordinaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que se ha visto ensombrecida por el escándalo mediático en que el obispo de Durango, Héctor González, denunció que en aquel Estado vive el “Chapo” Guzmán, aunque después ofreció una disculpa pública.
Gutiérrez Montaño, entrevistado en un programa radiofónico local, comentó: “Los sacerdotes en la Arquidiócesis de Guadalajara, en algunas partes, están ubicados en un territorio donde de ordinario, hay siempre presencia militar. Aquí yo no quisiera profundizar, pero sí ha habido casos en que los sacerdotes saben que existe el riesgo y la realidad de que hay narcotráfico, de que se siembra mariguana por ejemplo. En esta situación, los sacerdotes han tenido que ser cautos, precavidos, y también con el suficiente tacto pastoral para que al mismo tiempo de prevenir este tipo de riesgos entre la población, prevenir enfrentamientos directos contra gente que anda metida en estas cosas”.
Después, especificó que “en Guadalajara, no hemos experimentado los sacerdotes, las amenazas que ya se han denunciado en nueve estados de la República, de ser intimidados”.
El vocero de la Iglesia de Guadalajara argumentó también, cuestionado acerca de una “relación de tolerancia o forzada” con el narcotráfico: “Si se entiende esta expresión de relación Iglesia-narcotráfico como una relación permanente, o que se da por debajo del agua o hay comunicación con ellos, eso es absolutamente falso. Como Iglesia, los sacerdotes estamos distribuidos en toda la República, incluso donde no pueden llegar autoridades ni políticos estamos nosotros, por el trabajo pastoral que desempeñamos, tanto en la Diócesis de Guadalajara como en cualquiera otra.
“Entonces, estando cerca de esta realidad o estas realidades, pues a los sacerdotes nos toca escuchar más de cerca y lo que la gente piensa, lo que la gente dice y ha visto, y aparecen cosas buenas y cosas negativas. Es en este sentido es el único en el que pudiéramos hablar de relación, porque uno escucha a las personas, por ejemplo, decir que en la ciudad de Guadalajara, en determinado lugar está una ‘narcotiendita’ (...), la mayoría de las veces es difícil que uno pueda comprobar, porque ellos tienen su protección o sus protecciones naturales, pero las personas hablan de todos estos temas, y en este sentido —insistió— es en el único en que pudiéramos hablar de una ‘relación’ entre la Iglesia y el narcotráfico”.
Gutiérrez Montaño, entrevistado en un programa radiofónico local, comentó: “Los sacerdotes en la Arquidiócesis de Guadalajara, en algunas partes, están ubicados en un territorio donde de ordinario, hay siempre presencia militar. Aquí yo no quisiera profundizar, pero sí ha habido casos en que los sacerdotes saben que existe el riesgo y la realidad de que hay narcotráfico, de que se siembra mariguana por ejemplo. En esta situación, los sacerdotes han tenido que ser cautos, precavidos, y también con el suficiente tacto pastoral para que al mismo tiempo de prevenir este tipo de riesgos entre la población, prevenir enfrentamientos directos contra gente que anda metida en estas cosas”.
Después, especificó que “en Guadalajara, no hemos experimentado los sacerdotes, las amenazas que ya se han denunciado en nueve estados de la República, de ser intimidados”.
El vocero de la Iglesia de Guadalajara argumentó también, cuestionado acerca de una “relación de tolerancia o forzada” con el narcotráfico: “Si se entiende esta expresión de relación Iglesia-narcotráfico como una relación permanente, o que se da por debajo del agua o hay comunicación con ellos, eso es absolutamente falso. Como Iglesia, los sacerdotes estamos distribuidos en toda la República, incluso donde no pueden llegar autoridades ni políticos estamos nosotros, por el trabajo pastoral que desempeñamos, tanto en la Diócesis de Guadalajara como en cualquiera otra.
“Entonces, estando cerca de esta realidad o estas realidades, pues a los sacerdotes nos toca escuchar más de cerca y lo que la gente piensa, lo que la gente dice y ha visto, y aparecen cosas buenas y cosas negativas. Es en este sentido es el único en el que pudiéramos hablar de relación, porque uno escucha a las personas, por ejemplo, decir que en la ciudad de Guadalajara, en determinado lugar está una ‘narcotiendita’ (...), la mayoría de las veces es difícil que uno pueda comprobar, porque ellos tienen su protección o sus protecciones naturales, pero las personas hablan de todos estos temas, y en este sentido —insistió— es en el único en que pudiéramos hablar de una ‘relación’ entre la Iglesia y el narcotráfico”.