Jalisco
Caen presuntos curanderos que robaban a ancianos
Dos sujetos y una mujer son detenidos en Ameca; delinquían contra adultos mayores en municipios de Jalisco y Nayarit
GUADALAJARA, JALISCO (18/OCT/2011).- Agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (PGJEJ), pertenecientes a la Delegación Regional de Mascota, con apoyo de agentes en Ameca, lograron capturar a una mujer y un hombre que eran parte de una banda de narcotizadores que operaba en varios municipios de los estados de Jalisco y Nayarit.
Los detenidos son: María Elena García Reyes, quien también se hace llamar Trinidad García Reyes, de 40 años de edad, y su yerno José Luis Rentería Guzmán, de 55 años, ambos con domicilio en Ameca, Jalisco.
La detención de los presuntos narcotizadores, quienes operaban principalmente en agravio de personas de la tercera edad, se derivó de una denuncia presentada el pasado 22 de septiembre, ante el Ministerio Público de Mascota, por un hombre de 86 años, quien denunció haber sido víctima del robo de aproximadamente 47 mil pesos en efectivo. El agraviado señaló ser vecino de la Hacienda de San Nicolás, del municipio de Mascota, Jalisco.
Indicó que la mujer le dio a beber de un frasco de vidrio; pero inmediatamente él perdió el conocimiento y despertó en un hospital de la Región. El hombre señaló que al regresar a su cuarto se dio cuenta que la mujer y el sujeto se llevaron 47 mil 400 pesos que guardaba en el clóset, los cuales había recibido por haber trabajado, hace décadas, como “bracero” en los Estados Unidos.
En las indagatorias del caso, en las que también participó la Delegación de la PGJEJ en Ameca, se pudo establecer que los señalados venían operando desde aproximadamente tres años atrás y que las localidades en las que delinquían eran las siguientes: Mascota, Mixtlan, Atenguillo, Talpa de Allende, Guachinango, Ayutla y Ameca, pertenecientes a Jalisco; y Amatlán de Cañas e Ixtlán del Río, municipios pertenecientes a Nayarit.
Por el momento, la PGJEJ tiene cuatro averiguaciones previas en contra de los detenidos, una de ellas radicada en Mascota, y la otra en Talpa, donde robaron aproximadamente 50 mil pesos; también existe una averiguación en Guachinango, lugar donde robaron a una pareja de ancianos y otra en Mixtlán.
Tras la captura de los presuntos narcotizadores, el Ministerio Público los consignó al Juzgado Mixto de Primera Instancia de Mascota por robo calificado.
Táctica de robo
¿Cómo operaban?
Empatía: Para cometer los hurtos, los detenidos se hacían pasar por personas de bajos recursos para lograr empatía con sus víctimas potenciales, principalmente ancianos, a quienes solicitaban ayuda para comer.
Socialización: Los señalados socializaban con los ancianos para ganar su confianza y misericordia. A sabiendas de que son un sector poblacional vulnerable, prometían devolver el apoyo con la entrega de medicamentos para mejorar sus problemas de salud.
Seguimiento: Pasados días, los miembros del grupo de narcotizadores ingresaban a la vivienda de la víctima para proporcionarle el medicamento prometido, se trataba de “Diazepam”, una droga con propiedades sedantes que ocasionaba a los ancianos la pérdida del conocimiento al instante.
Robo: Con la víctima inconsciente, la presunta “curandera”, en compañía de sus cómplices, registraban la vivienda de los ancianos hurtando efectivo y objetos de valor.
Los detenidos son: María Elena García Reyes, quien también se hace llamar Trinidad García Reyes, de 40 años de edad, y su yerno José Luis Rentería Guzmán, de 55 años, ambos con domicilio en Ameca, Jalisco.
La detención de los presuntos narcotizadores, quienes operaban principalmente en agravio de personas de la tercera edad, se derivó de una denuncia presentada el pasado 22 de septiembre, ante el Ministerio Público de Mascota, por un hombre de 86 años, quien denunció haber sido víctima del robo de aproximadamente 47 mil pesos en efectivo. El agraviado señaló ser vecino de la Hacienda de San Nicolás, del municipio de Mascota, Jalisco.
Indicó que la mujer le dio a beber de un frasco de vidrio; pero inmediatamente él perdió el conocimiento y despertó en un hospital de la Región. El hombre señaló que al regresar a su cuarto se dio cuenta que la mujer y el sujeto se llevaron 47 mil 400 pesos que guardaba en el clóset, los cuales había recibido por haber trabajado, hace décadas, como “bracero” en los Estados Unidos.
En las indagatorias del caso, en las que también participó la Delegación de la PGJEJ en Ameca, se pudo establecer que los señalados venían operando desde aproximadamente tres años atrás y que las localidades en las que delinquían eran las siguientes: Mascota, Mixtlan, Atenguillo, Talpa de Allende, Guachinango, Ayutla y Ameca, pertenecientes a Jalisco; y Amatlán de Cañas e Ixtlán del Río, municipios pertenecientes a Nayarit.
Por el momento, la PGJEJ tiene cuatro averiguaciones previas en contra de los detenidos, una de ellas radicada en Mascota, y la otra en Talpa, donde robaron aproximadamente 50 mil pesos; también existe una averiguación en Guachinango, lugar donde robaron a una pareja de ancianos y otra en Mixtlán.
Tras la captura de los presuntos narcotizadores, el Ministerio Público los consignó al Juzgado Mixto de Primera Instancia de Mascota por robo calificado.
Táctica de robo
¿Cómo operaban?
Empatía: Para cometer los hurtos, los detenidos se hacían pasar por personas de bajos recursos para lograr empatía con sus víctimas potenciales, principalmente ancianos, a quienes solicitaban ayuda para comer.
Socialización: Los señalados socializaban con los ancianos para ganar su confianza y misericordia. A sabiendas de que son un sector poblacional vulnerable, prometían devolver el apoyo con la entrega de medicamentos para mejorar sus problemas de salud.
Seguimiento: Pasados días, los miembros del grupo de narcotizadores ingresaban a la vivienda de la víctima para proporcionarle el medicamento prometido, se trataba de “Diazepam”, una droga con propiedades sedantes que ocasionaba a los ancianos la pérdida del conocimiento al instante.
Robo: Con la víctima inconsciente, la presunta “curandera”, en compañía de sus cómplices, registraban la vivienda de los ancianos hurtando efectivo y objetos de valor.