Jalisco
Ante invasiones a Chapala, todas las autoridades son omisas: especialistas
La sanción por invadir el lago es penal, no administrativa, aunque ése es el tipo de medidas que toma la Conagua
GUADALAJARA, JALISCO (06/MAY/2013).- La sanción por invadir el Lago de Chapala es de carácter penal y no administrativo, explica el presidente de Colegio de Abogados Libres de Jalisco, Juan Manuel López González, al recordar que el delito consiste en aprovechar un área de acceso público para dominio particular. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) confirmó que hay 96 invasiones en la zona lacustre, pero indicó que sólo prepara “procedimientos administrativos” contra los responsables.
“La Conagua no está trabajando para evitarlo, son omisos. Los empleados públicos corren con responsabilidad penal porque no están actuando como la ley se los exige. Ellos son culpables penalmente porque están cometiendo un delito de omisión”.
De acuerdo con el especialista, estas invasiones deben castigarse con base en el Código Penal federal porque el vaso lacustre es una zona federal; para ello se requiere la intervención de los juzgados de distrito. Agrega que la Procuraduría General de la República (PGR) debió iniciar una averiguación inmediatamente después de verificadas las invasiones.
La misma Conagua, expone, tiene por obligación presentar la denuncia penal porque es la principal instancia obligada a hacerlo: “Debe actuar de oficio, no se necesita que haya una denuncia previa porque son hechos notorios, a la vista”.
Este medio solicitó a la Conagua que informara si existen denuncias por la comisión de delitos ambientales en el Lago de Chapala ante la PGR, pero la Unidad de Transparencia de esa instancia omitió aclararlo. La Ley de Transparencia ha sido la única forma de entablar diálogo con la nueva administración de la Conagua; las solicitudes de entrevista para ahondar en el tema son negadas por la Dirección de Comunicación Social.
López González concluye que los ayuntamientos también son responsables porque están obligados a parar las obras. “Lo dejan para cuando ya revienta algún problema. Después tendrán una política de interés social hacia los invasores porque son gente que ya invirtieron en hacer construcciones, y demandarán por los daños y perjuicios que se les ocasionaron. Y quienes pagamos las consecuencias somos la ciudadanía”.
“Federación y municipios son endebles”
La abogada y experta en derecho medioambiental Raquel Gutiérrez Nájera coincide con el diagnóstico: los ayuntamientos de la Ribera de Chapala y la Conagua se han mostrado “endebles” ante las invasiones al lago, pues es su responsabilidad regular los terrenos que corresponden a éste y no lo han hecho.
La académica del Departamento de Derecho Social de la Universidad de Guadalajara indica que es clave la participación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ya que el cuidado del vaso lacustre corresponde a la federación.
Explica que los daños causados por las invasiones sí son reversibles, y que todo depende del cuidado que se le dé al lago: “La acción de los ciudadanos conjunta a una reacción de las autoridades beneficiaría al lago (…) Se debería proteger definitivamente como patrimonio natural”.
La propuesta
Para evitar que se den esas invasiones, López González propone que el Ministerio Público y las administraciones municipales actúen de inmediato para vigilar nuevos intentos de invasiones: “A nivel ambiental están creando un grave problema porque están acotando el espacio natural del lago (…) Otras presas se han venido secando por el exceso de extracción de agua”.
El abogado menciona como ejemplo la presa de Las Pintitas en El Salto: “Se acabó ese vaso natural, por la negligencia e irresponsabilidad de los empleados públicos en todos los niveles gubernamentales”. No descartó que un caso similar suceda en Chapala.
La primera invasión al Lago de Chapala detectada por la Conagua quedó registrada el 18 de enero de 2008 en Tuxcueca; la última fue en Jocotepec el 19 de marzo pasado
Este año se han detectado cuatro espacios invadidos; dos están en Ocotlán, uno en Poncitlán y el último en Jocotepec
EN CIFRAS
Las 96 invasiones
Año por año Por municipio
2008 6 Jocotepec 39
2009 20 Chapala 27
2010 15 Poncitlán 12
2011 18 Ocotlán 7
2012 33 Jamay 6
2013 4 Tuxcueca 5
CRÓNICA
Un billete a cambio de librarla
JOCOTEPEC, JAL.- Es gradual, sigiloso y sin violencia, pero es un robo al fin. Hay apoderamiento de un bien ajeno y la víctima no tiene cualidades para buscarse un abogado e iniciar un proceso legal; ni siquiera para replicar. Cuando al Lago de Chapala le quitan territorio las invasiones humanas, su defensa se limita al actuar de las autoridades municipales y nacionales.
Sólo que para todo hay un precio y por ello en algunas áreas de la comunidad de San Juan Cosalá, perteneciente al municipio de Jocotepec, ya no se distingue qué parte del suelo es terreno natural del lago, porque las fincas se han encargado de tapar rastros.
Hace décadas que a Chapala no se le ve con la opulencia de cuando se metía entre las calles del pueblo y había que acondicionar puentes con piedras para pasar de una banqueta a otra, platica Antonio, un hombre oriundo del lugar que se dedica a dar mantenimiento a viviendas desde hace 20 años. Ahora hay que caminar unos 15 metros de esa calle hacia donde se metía el agua para llegar al lago, y entre más se aleja la mancha del vaso lacustre más se extienden las fincas a la orilla, en suelo que no les pertenece.
El paisaje es de una casa tras otra, solas, pero bien arregladas. Están a disposición de los dueños que van de paso en vacaciones o fines de semana. Tienen vista directa a Chapala desde sus habitaciones, jardines y terrazas, y éstas más se acercan al lago conforme se seca. Rampas sobrepuestas que conectan a algunas casas con la orilla del vaso son fáciles de percibir; de igual forma ocurre con las ampliaciones de patios traseros, o muros cuyo objetivo es extender el territorio de la vivienda; en una finca incluso hay una alberca en escombros.
No hay una señal a la vista que indique hasta dónde es territorio federal, correspondiente a Chapala, y hasta dónde es suelo municipal, propiedad de los dueños de los inmuebles, comenta José Luis, quien también trabaja en mantenimiento de casas. La diferencia la hace el recuerdo de hasta dónde llegaba el lago, y la hace también el Ayuntamiento de Jocotepec cuando, al notificar obras de construcción en esas áreas, asiste, verifica y restringe.
Las ganas de los dueños de ampliar sus fincas y acercarse al límite de lo que va quedando del lago entran en un estira y afloja con las prohibiciones del Ayuntamiento, pero esto termina cuando hay dinero de por medio, coinciden los testimonios de Antonio, José Luis y Mario, todos cuidadores de casas desde hace años. Jocotepec es el municipio que más invasiones ha registrado en los últimos seis años, con 40% de las ocupaciones, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Con dinero baila el perro”; “aquí en Jocotepec las invasiones se arreglan con un billete”; “el que tiene lana, puede”. Entonces las autoridades municipales comienzan su labor apegadas a las normas e inspeccionan y paran obras; incluso amenazan con que la Conagua, autoridad en la que recae la protección de Chapala, hará acto de presencia y sancionará.
Sin embargo, cuando los propietarios “le llegan al precio” al municipio la restricción termina y éste hasta aconseja que se apuren en terminar la obra, porque una vez lista es más difícil dar vuelta atrás. Antonio trabajaba en una casa donde el precio para que el Ayuntamiento omitiera aplicar la ley fue de 150 mil pesos.
Se buscó al Ayuntamiento de Jocotepec para que diera su versión sobre su liderazgo en invasiones y la percepción de corrupción entre vecinos, pero respondieron que la Dirección de Desarrollo Urbano estaba acéfala y nadie puede proporcionar datos.
PREVALECE CORRUPCIÓN
La Conagua “se queda corta”
CHAPALA, JAL.- La cifra de 96 invasiones al Lago de Chapala ventiladas por la Unidad de Transparencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) “se queda corta”. Vecinos del municipio cuyo nombre comparte el vaso lacustre aseguran que sólo en esa localidad debe haber más ocupaciones ilegales que las detectadas por la autoridad en todo el lago.
Y el método para entrar sin complicaciones con camiones cargados con tierra y escombro para rellenar el lago es, simplemente, tener dinero. Una “mochada” arregla cualquier obstáculo.
Carlos Rosales, representante de la organización ciudadana “Sí al lago de Chapala, no al Acueducto”, expone que hay testimonios de un espacio invadido en donde había dos postes de luz y que, una vez que el “dueño” del lugar se “arreglara” con la autoridad municipal, “hasta los postes sacaron para que no le estorbaran en sus tierras”.
“Es increíble, estaba marcada la zona (…) los postes quedaron adentro de la casa y luego los sacaron. Lo arreglan todo con lana. ¿Cómo es posible que ninguna autoridad vea hasta siete mil viajes de tierra (para ocupar más espacio)?”. Celebra que la Conagua reconozca las invasiones. “Eso es una buena noticia, algo que sí nos da gusto. Pero también, ahora que reconocen, que actúen y acaben con ellas”.
Narra que la comunidad chapalense ha buscado acercarse a la delegación local de la dependencia federal, pero “no han logrado coincidir” con el titular del organismo de cuenca Lerma-Santiago Pacífico, José Elías Chedid Abraham. Según menciona, cada vez que viajan a Guadalajara para verlo, éste se encuentra en reuniones de trabajo.
VOZ CIUDADANA
Vecinos exigen regular terrenos
Es sumamente importante que se regulen las áreas de la Ribera de Chapala para evitar más invasiones, dice un hombre rodeado desde hace 20 años por diarios, noticias, reportajes y letras: el voceador José Ascencio García, quien vende periódicos y revistas en el primer cuadro de Guadalajara.
“Sucede lo mismo con el Bosque La Primavera: como no están reguladas las áreas, se invade. Realmente no es positivo: si se delimita la medida del lago cada persona tendrá su propiedad y no estarán construyendo en zonas que no son suyas”.
La extracción de agua es importante para Andrea Orozco Galindo, quien opina sobre las invasiones justo frente a la Catedral: “Es un lugar natural donde el agua abastece a varios municipios y el hecho de que construyan está pésimo”. Ella no considera que esto la afecte directamente, a diferencia de los habitantes de la Ribera, donde “el paisaje es bastante decadente, ya no ves lo que había hace 10 años. Es triste que las autoridades permitan ese tipo de acciones”.
El contraste lo da Viridiana Morfín, quien se prepara para vender libros afuera de la Presidencia Municipal de Guadalajara. Ve desde otro enfoque las invasiones: “Puede que esté mal, pero, si el lago no va a tener más agua, ese terreno se puede aprovechar”. Expone que los pobladores deberían manifestarse contra el hecho, y agrega: “Nos afecta a todos en cuestión de agua, pero, si fincan o no, me da igual”.
“La Conagua no está trabajando para evitarlo, son omisos. Los empleados públicos corren con responsabilidad penal porque no están actuando como la ley se los exige. Ellos son culpables penalmente porque están cometiendo un delito de omisión”.
De acuerdo con el especialista, estas invasiones deben castigarse con base en el Código Penal federal porque el vaso lacustre es una zona federal; para ello se requiere la intervención de los juzgados de distrito. Agrega que la Procuraduría General de la República (PGR) debió iniciar una averiguación inmediatamente después de verificadas las invasiones.
La misma Conagua, expone, tiene por obligación presentar la denuncia penal porque es la principal instancia obligada a hacerlo: “Debe actuar de oficio, no se necesita que haya una denuncia previa porque son hechos notorios, a la vista”.
Este medio solicitó a la Conagua que informara si existen denuncias por la comisión de delitos ambientales en el Lago de Chapala ante la PGR, pero la Unidad de Transparencia de esa instancia omitió aclararlo. La Ley de Transparencia ha sido la única forma de entablar diálogo con la nueva administración de la Conagua; las solicitudes de entrevista para ahondar en el tema son negadas por la Dirección de Comunicación Social.
López González concluye que los ayuntamientos también son responsables porque están obligados a parar las obras. “Lo dejan para cuando ya revienta algún problema. Después tendrán una política de interés social hacia los invasores porque son gente que ya invirtieron en hacer construcciones, y demandarán por los daños y perjuicios que se les ocasionaron. Y quienes pagamos las consecuencias somos la ciudadanía”.
“Federación y municipios son endebles”
La abogada y experta en derecho medioambiental Raquel Gutiérrez Nájera coincide con el diagnóstico: los ayuntamientos de la Ribera de Chapala y la Conagua se han mostrado “endebles” ante las invasiones al lago, pues es su responsabilidad regular los terrenos que corresponden a éste y no lo han hecho.
La académica del Departamento de Derecho Social de la Universidad de Guadalajara indica que es clave la participación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ya que el cuidado del vaso lacustre corresponde a la federación.
Explica que los daños causados por las invasiones sí son reversibles, y que todo depende del cuidado que se le dé al lago: “La acción de los ciudadanos conjunta a una reacción de las autoridades beneficiaría al lago (…) Se debería proteger definitivamente como patrimonio natural”.
La propuesta
Para evitar que se den esas invasiones, López González propone que el Ministerio Público y las administraciones municipales actúen de inmediato para vigilar nuevos intentos de invasiones: “A nivel ambiental están creando un grave problema porque están acotando el espacio natural del lago (…) Otras presas se han venido secando por el exceso de extracción de agua”.
El abogado menciona como ejemplo la presa de Las Pintitas en El Salto: “Se acabó ese vaso natural, por la negligencia e irresponsabilidad de los empleados públicos en todos los niveles gubernamentales”. No descartó que un caso similar suceda en Chapala.
La primera invasión al Lago de Chapala detectada por la Conagua quedó registrada el 18 de enero de 2008 en Tuxcueca; la última fue en Jocotepec el 19 de marzo pasado
Este año se han detectado cuatro espacios invadidos; dos están en Ocotlán, uno en Poncitlán y el último en Jocotepec
EN CIFRAS
Las 96 invasiones
Año por año Por municipio
2008 6 Jocotepec 39
2009 20 Chapala 27
2010 15 Poncitlán 12
2011 18 Ocotlán 7
2012 33 Jamay 6
2013 4 Tuxcueca 5
CRÓNICA
Un billete a cambio de librarla
JOCOTEPEC, JAL.- Es gradual, sigiloso y sin violencia, pero es un robo al fin. Hay apoderamiento de un bien ajeno y la víctima no tiene cualidades para buscarse un abogado e iniciar un proceso legal; ni siquiera para replicar. Cuando al Lago de Chapala le quitan territorio las invasiones humanas, su defensa se limita al actuar de las autoridades municipales y nacionales.
Sólo que para todo hay un precio y por ello en algunas áreas de la comunidad de San Juan Cosalá, perteneciente al municipio de Jocotepec, ya no se distingue qué parte del suelo es terreno natural del lago, porque las fincas se han encargado de tapar rastros.
Hace décadas que a Chapala no se le ve con la opulencia de cuando se metía entre las calles del pueblo y había que acondicionar puentes con piedras para pasar de una banqueta a otra, platica Antonio, un hombre oriundo del lugar que se dedica a dar mantenimiento a viviendas desde hace 20 años. Ahora hay que caminar unos 15 metros de esa calle hacia donde se metía el agua para llegar al lago, y entre más se aleja la mancha del vaso lacustre más se extienden las fincas a la orilla, en suelo que no les pertenece.
El paisaje es de una casa tras otra, solas, pero bien arregladas. Están a disposición de los dueños que van de paso en vacaciones o fines de semana. Tienen vista directa a Chapala desde sus habitaciones, jardines y terrazas, y éstas más se acercan al lago conforme se seca. Rampas sobrepuestas que conectan a algunas casas con la orilla del vaso son fáciles de percibir; de igual forma ocurre con las ampliaciones de patios traseros, o muros cuyo objetivo es extender el territorio de la vivienda; en una finca incluso hay una alberca en escombros.
No hay una señal a la vista que indique hasta dónde es territorio federal, correspondiente a Chapala, y hasta dónde es suelo municipal, propiedad de los dueños de los inmuebles, comenta José Luis, quien también trabaja en mantenimiento de casas. La diferencia la hace el recuerdo de hasta dónde llegaba el lago, y la hace también el Ayuntamiento de Jocotepec cuando, al notificar obras de construcción en esas áreas, asiste, verifica y restringe.
Las ganas de los dueños de ampliar sus fincas y acercarse al límite de lo que va quedando del lago entran en un estira y afloja con las prohibiciones del Ayuntamiento, pero esto termina cuando hay dinero de por medio, coinciden los testimonios de Antonio, José Luis y Mario, todos cuidadores de casas desde hace años. Jocotepec es el municipio que más invasiones ha registrado en los últimos seis años, con 40% de las ocupaciones, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“Con dinero baila el perro”; “aquí en Jocotepec las invasiones se arreglan con un billete”; “el que tiene lana, puede”. Entonces las autoridades municipales comienzan su labor apegadas a las normas e inspeccionan y paran obras; incluso amenazan con que la Conagua, autoridad en la que recae la protección de Chapala, hará acto de presencia y sancionará.
Sin embargo, cuando los propietarios “le llegan al precio” al municipio la restricción termina y éste hasta aconseja que se apuren en terminar la obra, porque una vez lista es más difícil dar vuelta atrás. Antonio trabajaba en una casa donde el precio para que el Ayuntamiento omitiera aplicar la ley fue de 150 mil pesos.
Se buscó al Ayuntamiento de Jocotepec para que diera su versión sobre su liderazgo en invasiones y la percepción de corrupción entre vecinos, pero respondieron que la Dirección de Desarrollo Urbano estaba acéfala y nadie puede proporcionar datos.
PREVALECE CORRUPCIÓN
La Conagua “se queda corta”
CHAPALA, JAL.- La cifra de 96 invasiones al Lago de Chapala ventiladas por la Unidad de Transparencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) “se queda corta”. Vecinos del municipio cuyo nombre comparte el vaso lacustre aseguran que sólo en esa localidad debe haber más ocupaciones ilegales que las detectadas por la autoridad en todo el lago.
Y el método para entrar sin complicaciones con camiones cargados con tierra y escombro para rellenar el lago es, simplemente, tener dinero. Una “mochada” arregla cualquier obstáculo.
Carlos Rosales, representante de la organización ciudadana “Sí al lago de Chapala, no al Acueducto”, expone que hay testimonios de un espacio invadido en donde había dos postes de luz y que, una vez que el “dueño” del lugar se “arreglara” con la autoridad municipal, “hasta los postes sacaron para que no le estorbaran en sus tierras”.
“Es increíble, estaba marcada la zona (…) los postes quedaron adentro de la casa y luego los sacaron. Lo arreglan todo con lana. ¿Cómo es posible que ninguna autoridad vea hasta siete mil viajes de tierra (para ocupar más espacio)?”. Celebra que la Conagua reconozca las invasiones. “Eso es una buena noticia, algo que sí nos da gusto. Pero también, ahora que reconocen, que actúen y acaben con ellas”.
Narra que la comunidad chapalense ha buscado acercarse a la delegación local de la dependencia federal, pero “no han logrado coincidir” con el titular del organismo de cuenca Lerma-Santiago Pacífico, José Elías Chedid Abraham. Según menciona, cada vez que viajan a Guadalajara para verlo, éste se encuentra en reuniones de trabajo.
VOZ CIUDADANA
Vecinos exigen regular terrenos
Es sumamente importante que se regulen las áreas de la Ribera de Chapala para evitar más invasiones, dice un hombre rodeado desde hace 20 años por diarios, noticias, reportajes y letras: el voceador José Ascencio García, quien vende periódicos y revistas en el primer cuadro de Guadalajara.
“Sucede lo mismo con el Bosque La Primavera: como no están reguladas las áreas, se invade. Realmente no es positivo: si se delimita la medida del lago cada persona tendrá su propiedad y no estarán construyendo en zonas que no son suyas”.
La extracción de agua es importante para Andrea Orozco Galindo, quien opina sobre las invasiones justo frente a la Catedral: “Es un lugar natural donde el agua abastece a varios municipios y el hecho de que construyan está pésimo”. Ella no considera que esto la afecte directamente, a diferencia de los habitantes de la Ribera, donde “el paisaje es bastante decadente, ya no ves lo que había hace 10 años. Es triste que las autoridades permitan ese tipo de acciones”.
El contraste lo da Viridiana Morfín, quien se prepara para vender libros afuera de la Presidencia Municipal de Guadalajara. Ve desde otro enfoque las invasiones: “Puede que esté mal, pero, si el lago no va a tener más agua, ese terreno se puede aprovechar”. Expone que los pobladores deberían manifestarse contra el hecho, y agrega: “Nos afecta a todos en cuestión de agua, pero, si fincan o no, me da igual”.