Internacional
Inicia cuenta regresiva para rescate de mineros
Esta noche inicia el izado de trabajadores y continuará hasta el viernes, según el Gobierno chileno
MINA SAN JOSÉ (12/OCT/2010).- Algunos de los mineros durmieron anoche lo que sería su última pernoctación dentro de la mina juntos, luego de 68 días en las entrañas del desierto del Norte de Chile.
La inminencia del rescate la anticipó el ministro de Minería, Laurence Golborne, al anunciar que todo indica que el rescate comenzará a las 00:00 de esta noche (22:00 horas de México).
Golborne señaló que ya se realizaron pruebas con la cápsula de rescate que sacará a los mineros del fondo del socavón. La jaula de rescate bajó hasta 610 metros y “los resultados de esa prueba han sido muy promisorios”.
La cápsula bajó al menos cuatro veces sin experimentar ningún bamboleo y “no existe la caída ni siquiera de polvo”.
Faltando poco par el inicio del rescate, aumentó el nerviosismo entre los mismos mineros, sus familiares y los rescatistas, por el ascenso en la estrecha cápsula a lo largo de un ducto con una longitud comparable a un edificio de 250 pisos.
De hecho el ministro de Salud, Jaime Mañalich, advirtió sobre posibles ataques de pánico durante el ascenso. “Esto se puede producir porque subirán en un vehículo que se desplaza por roca viva y cuyo flujo no es simétrico, además soportando vapor de agua con una temperatura de 30 grados”.
Precisamente por este riesgo es que se escogió a los más hábiles para que salgan primero y puedan ir reportando los “sobresaltos” y así permitir preparar a los demás.
Prevén riesgos
El ascenso de los mineros tiene sus riesgos, especialmente por la posibilidad de desprendimiento de rocas, según señalan los ingenieros que trabajan en la operación y expertos.
“El riesgo tiene que ver con el transporte de personas, con la caída de rocas y que alguna de las cápsulas se atasque. Pero tenemos mecanismos para desatorarlas”.
Para minimizar el riesgo de caída de rocas, finalmente se decidió revestir el ducto con un tubo metálico en los primeros 96 metros, aunque un problema en uno de esos tubos obligó ayer a detener el encamisado en los 56 metros.
De cualquier modo hay un mecanismo previsto en caso de que la cápsula se trabe: se activa una palanca y la parte inferior y la superior de la jaula se separan y el minero desciende de nuevo hasta el fondo mientras se soluciona el problema.
AFP/EFE
CRÓNICA
“Me hice cambio de look, ya lo espero ansiosa”
Algunas de las esposas y parejas de los mineros ya compraron ligueros, otras se pondrán corsés y una se hizo mechas doradas en su larga cabellera. Las mujeres de los 33 mineros, tras una larga y angustiante espera, se apresuran para lo que será su propia fiesta.
“Me hice un cambio completo de look”, cuenta la pareja del Claudio Yáñez, uno de los 33 mineros atrapados en un yacimiento en el desierto de Atacama, mientras mueve coqueta de lado a lado su melena.
“Yo nunca me había hecho nada en el pelo, me hice mechas, me lo corté, lo espero ansiosa”, narra Cristina Núñez, de 26 años. Sonríe y se le llenan los ojos de lágrimas. Ahora está deseando probarse un “baby doll de novia rojo” que le regalaron para recibir a su pareja de hace diez años y con quien tiene dos hijos, uno de ocho años y otra de uno.
“Estoy ansiosa por abrazarlo, besarlo”, tras una larga espera de más de dos meses y que finalmente en las próximas horas parece que llegará a su fin.
Cristina tiene una ilusión muy grande y muchos planes con Claudio, el minero de 34 años aficionado al futbol. Vamos a “sacar número en el registro civil y casarnos”, cuenta orgullosa.
Y después cumplir un sueño de hace largos años: “Comprar una casita, queremos tener nuestra casa, nuestro hogar”.
“Nosotros a pesar del sufrimiento que hemos pasado, sentimos que esto nos cambió la vida. Quizá Dios haya hecho esto para mejorar nuestra vida”, cree con convicción esta mujer que, como varias en el campamento Esperanza, aguarda con ansias el reencuentro a solas con su marido.
La mujer de Mario Gómez, que con 63 años es el minero más veterano enterrado en la Mina San José, lo primero que hizo fue “arreglarse el pelo”. “Él nunca me vio desarreglada, yo siempre ando maquillada”, se vanagloria Liliana Ramírez, casada con él desde hace 30 años. Tienen cuatro hijos, de entre 30 y 17 años.
La esposa del minero boliviano Carlos Mamani ya se ha hecho las manos, se pintó las uñas de color granate y se cortó su cabellera negra que provoca la envidia de centenares de mujeres, entre socorristas, familiares y periodistas que se congregaron en el Campamento Esperanza.
La inminencia del rescate la anticipó el ministro de Minería, Laurence Golborne, al anunciar que todo indica que el rescate comenzará a las 00:00 de esta noche (22:00 horas de México).
Golborne señaló que ya se realizaron pruebas con la cápsula de rescate que sacará a los mineros del fondo del socavón. La jaula de rescate bajó hasta 610 metros y “los resultados de esa prueba han sido muy promisorios”.
La cápsula bajó al menos cuatro veces sin experimentar ningún bamboleo y “no existe la caída ni siquiera de polvo”.
Faltando poco par el inicio del rescate, aumentó el nerviosismo entre los mismos mineros, sus familiares y los rescatistas, por el ascenso en la estrecha cápsula a lo largo de un ducto con una longitud comparable a un edificio de 250 pisos.
De hecho el ministro de Salud, Jaime Mañalich, advirtió sobre posibles ataques de pánico durante el ascenso. “Esto se puede producir porque subirán en un vehículo que se desplaza por roca viva y cuyo flujo no es simétrico, además soportando vapor de agua con una temperatura de 30 grados”.
Precisamente por este riesgo es que se escogió a los más hábiles para que salgan primero y puedan ir reportando los “sobresaltos” y así permitir preparar a los demás.
Prevén riesgos
El ascenso de los mineros tiene sus riesgos, especialmente por la posibilidad de desprendimiento de rocas, según señalan los ingenieros que trabajan en la operación y expertos.
“El riesgo tiene que ver con el transporte de personas, con la caída de rocas y que alguna de las cápsulas se atasque. Pero tenemos mecanismos para desatorarlas”.
Para minimizar el riesgo de caída de rocas, finalmente se decidió revestir el ducto con un tubo metálico en los primeros 96 metros, aunque un problema en uno de esos tubos obligó ayer a detener el encamisado en los 56 metros.
De cualquier modo hay un mecanismo previsto en caso de que la cápsula se trabe: se activa una palanca y la parte inferior y la superior de la jaula se separan y el minero desciende de nuevo hasta el fondo mientras se soluciona el problema.
AFP/EFE
CRÓNICA
“Me hice cambio de look, ya lo espero ansiosa”
Algunas de las esposas y parejas de los mineros ya compraron ligueros, otras se pondrán corsés y una se hizo mechas doradas en su larga cabellera. Las mujeres de los 33 mineros, tras una larga y angustiante espera, se apresuran para lo que será su propia fiesta.
“Me hice un cambio completo de look”, cuenta la pareja del Claudio Yáñez, uno de los 33 mineros atrapados en un yacimiento en el desierto de Atacama, mientras mueve coqueta de lado a lado su melena.
“Yo nunca me había hecho nada en el pelo, me hice mechas, me lo corté, lo espero ansiosa”, narra Cristina Núñez, de 26 años. Sonríe y se le llenan los ojos de lágrimas. Ahora está deseando probarse un “baby doll de novia rojo” que le regalaron para recibir a su pareja de hace diez años y con quien tiene dos hijos, uno de ocho años y otra de uno.
“Estoy ansiosa por abrazarlo, besarlo”, tras una larga espera de más de dos meses y que finalmente en las próximas horas parece que llegará a su fin.
Cristina tiene una ilusión muy grande y muchos planes con Claudio, el minero de 34 años aficionado al futbol. Vamos a “sacar número en el registro civil y casarnos”, cuenta orgullosa.
Y después cumplir un sueño de hace largos años: “Comprar una casita, queremos tener nuestra casa, nuestro hogar”.
“Nosotros a pesar del sufrimiento que hemos pasado, sentimos que esto nos cambió la vida. Quizá Dios haya hecho esto para mejorar nuestra vida”, cree con convicción esta mujer que, como varias en el campamento Esperanza, aguarda con ansias el reencuentro a solas con su marido.
La mujer de Mario Gómez, que con 63 años es el minero más veterano enterrado en la Mina San José, lo primero que hizo fue “arreglarse el pelo”. “Él nunca me vio desarreglada, yo siempre ando maquillada”, se vanagloria Liliana Ramírez, casada con él desde hace 30 años. Tienen cuatro hijos, de entre 30 y 17 años.
La esposa del minero boliviano Carlos Mamani ya se ha hecho las manos, se pintó las uñas de color granate y se cortó su cabellera negra que provoca la envidia de centenares de mujeres, entre socorristas, familiares y periodistas que se congregaron en el Campamento Esperanza.