Internacional
Evo Morales llama al diálogo, pero decreta estado de sitio
A partir de anoche rigen medidas especiales en Pando, en donde sicarios asesinaron al menos a 15 simpatizantes del Gobierno
LA PAZ, BOLIVIA.- El
presidente de Bolivia, Evo Morales, dictó anoche el estado de sitio para detener la violencia en la región de Pando, a pesar de haber instalado el diálogo con la oposición en el marco de un clima de beligerancia política que dejó al menos 15 muertos y un centenar de heridos.
La medida, que restringe las libertades constitucionales, fue adoptada tras vivir Pando, en el Norte del país, frontera con Brasil, una jornada de terror con saqueos a comercios, domicilios y entidades públicas por parte de grupos de derecha y sicarios de nacionalidad brasileña, según las autoridades.
Los episodios de violencia acontecieron un día después de que grupos de derecha, entre ellos sicarios brasileños, emboscaron a tiros a campesinos afines al Gobierno matando a ocho, según versiones de prensa.
Versiones oficiales indican que el número de muertos llega a 15, pero un senador por Pando, Abraham Cuéllar, del Movimiento Unidad Nacional, aseguró que las víctimas fatales eran 21.
El ministro de Interior, Alfredo Rada, dijo que en esta "verdadera situación de masacre" intervinieron empleados del prefecto derechista Leopoldo Fernández, un hacendado y ex congresista.
"Cada hora que pasa los medios de comunicación reportan un número creciente de víctimas. A los cadáveres que están en la morgue se van sumando cada vez más que son encontrados en el monte y el río".
En este contexto de violencia, el jefe del Estado boliviano aseguró que "seguirá apostando por el diálogo (...) pese a la provocación" que, según su Gobierno, impulsan prefectos y líderes civiles de cinco de los nueve departamentos, donde se registran duras protestas.
Buscan coincidencias
El Gobierno abrió este viernes las puertas del diálogo con el prefecto opositor de Tarija, Mario Cossío, en representación de sus colegas de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, que inició un cabildeo en el palacio presidencial de La Paz con la idea de desactivar la crisis política y la violencia.
"Lo primero es pacificar el país, ésta es la primera tarea que vamos a plantear al presidente y esperamos coincidir con él", dijo Cossío.
Entretanto, las Fuerzas Armadas rechazaron eventuales "intromisiones externas de cualquier índole" en asuntos internos en respuesta al anuncio del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien el jueves afirmó que apoyará "cualquier movimiento armado", si su colega Evo Morales es derrocado.
El canciller boliviano, David Choquehuanca, señaló también que "los problemas vamos a resolverlos entre los bolivianos", en respuesta a Chávez, cuyo Gobierno aseguró que sus actos no son de intromisión, sino de "solidaridad".
La medida, que restringe las libertades constitucionales, fue adoptada tras vivir Pando, en el Norte del país, frontera con Brasil, una jornada de terror con saqueos a comercios, domicilios y entidades públicas por parte de grupos de derecha y sicarios de nacionalidad brasileña, según las autoridades.
Los episodios de violencia acontecieron un día después de que grupos de derecha, entre ellos sicarios brasileños, emboscaron a tiros a campesinos afines al Gobierno matando a ocho, según versiones de prensa.
Versiones oficiales indican que el número de muertos llega a 15, pero un senador por Pando, Abraham Cuéllar, del Movimiento Unidad Nacional, aseguró que las víctimas fatales eran 21.
El ministro de Interior, Alfredo Rada, dijo que en esta "verdadera situación de masacre" intervinieron empleados del prefecto derechista Leopoldo Fernández, un hacendado y ex congresista.
"Cada hora que pasa los medios de comunicación reportan un número creciente de víctimas. A los cadáveres que están en la morgue se van sumando cada vez más que son encontrados en el monte y el río".
En este contexto de violencia, el jefe del Estado boliviano aseguró que "seguirá apostando por el diálogo (...) pese a la provocación" que, según su Gobierno, impulsan prefectos y líderes civiles de cinco de los nueve departamentos, donde se registran duras protestas.
Buscan coincidencias
El Gobierno abrió este viernes las puertas del diálogo con el prefecto opositor de Tarija, Mario Cossío, en representación de sus colegas de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, que inició un cabildeo en el palacio presidencial de La Paz con la idea de desactivar la crisis política y la violencia.
"Lo primero es pacificar el país, ésta es la primera tarea que vamos a plantear al presidente y esperamos coincidir con él", dijo Cossío.
Entretanto, las Fuerzas Armadas rechazaron eventuales "intromisiones externas de cualquier índole" en asuntos internos en respuesta al anuncio del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien el jueves afirmó que apoyará "cualquier movimiento armado", si su colega Evo Morales es derrocado.
El canciller boliviano, David Choquehuanca, señaló también que "los problemas vamos a resolverlos entre los bolivianos", en respuesta a Chávez, cuyo Gobierno aseguró que sus actos no son de intromisión, sino de "solidaridad".