Internacional
Detienen a gobernador de Pando
La detención obligó a suspender las negociaciones que comenzaron el gobierno y la oposición para pactar una tregua tras 28 días de manifestaciones antigubernamentales
LA PAZ, BOLIVIA.- El
presidente boliviano, Evo Morales anunció hoy la detención del prefecto (gobernador) opositor del departamento de Pando, Leopoldo Fernández, acusado de genocidio, mientras su gobierno y la oposición negociaban una tregua para terminar con violentas protestas antigubernamentales en cuatro regiones rebeldes.
La detención obligó a suspender las negociaciones que comenzaron el gobierno y la oposición para pactar una tregua tras 28 días de manifestaciones antigubernamentales. No se informó cuándo serán reiniciadas.
En una reunión de urgencia, los líderes cívicos regionales opositores aprobaron una resolución para ``exigir'' al gobierno la ``inmediata libertad'' de Fernández y la suspensión del estado de sitio en Pando.
En la oriental ciudad de Santa Cruz, manifestantes autonomistas marcharon en apoyo a Pando y al prefecto, mientras en La Paz afines al gobierno respaldaron la decisión de Morales.
El senador opositor Paulo Bravo declaró a la radio Erbol desde el municipio brasileño de Brasilea, vecina de Cobija, que más 500 personas huyeron al vecino país para pedir ``ayuda humanitaria'' a las autoridades brasileñas. Bravo cruzó la frontera tras la detención de Fernández, con quien se encontraba en el momento de la detención.
Morales hizo el anuncio durante una rueda de prensa en la que agradeció el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas en la cumbre celebrada en Santiago de Chile el lunes.
``El caso de la detención del prefecto (Fernández) es una acción legal y constitucional, las fuerzas armadas están cumpliendo con su rol en el marco del estado de sitio'', dijo.
Diversos medios reportaron que Fernández fue detenido por militares y trasladado a La Paz en una aeronave. En la víspera fue acusado por el fiscal Mario Uribe de ``genocidio'' por la muerte de 15 personas durante violentos disturbios el jueves en Pando.
Unas 300 personas esperaron a Fernández en las puertas del edificio de la Fuerza Aérea Boliviana, en La Paz, ante versiones de que sería trasladado allí, algo que no ocurrió.
``Leopoldo, asesino, te espera el ``'Chonchocoro''', gritaban a coro los manifestantes, aludiendo a la cárcel de máxima seguridad en las afueras de esta capital.
``El pueblo de pié, nunca de rodillas'', era otra de la consigna de la multitud, rodeada por un centenar de policías.
Enardecida al extremo, una mujer que se identificó como Agustina Ibáñez dijo que ``espero que ese asesino se pudra en la cárcel''.
Por entonces, el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana dijo que Fernández ``fue confinado'', pero no aclaró adónde.
Fernández a quien se acusa de instigar a grupos afines a la violencia en contra de campesinos es prefecto del departamento amazónico de Pando, fronterizo con Brasil y cuya capital es Cobija, 600 kilómetros al norte de La Paz.
Uribe dijo el martes que no ordenó la detención, pero aseguró que el Ejecutivo tiene prerrogativas para hacerlo bajo el estado de excepción.
Fernández, que de joven jugó fútbol en el popular club Bolívar, es uno de los políticos vigentes desde la apertura democrática en 1979. Fue ministro del Interior, diputado y senador durante varias legislaturas por el desaparecido partido del extinto ex presidente Hugo Banzer.
La violencia en Pando obligó al gobierno a declarar el estado de sitio el viernes. En Cobija, la capital, grupos de choque opositores protagonizaron violentas tomas de oficinas gubernamentales y saquearon algunos comercios, al igual que en otras tres regiones lideradas por gobernadores opositores que encaminan procesos de autonomía en abierta rebeldía al gobierno.
Según informes oficiales, de los 15 muertos en Pando, 13 eran campesinos. Otras 37 personas resultaron heridas y 106 campesinos no han podido ser ubicados desde los ataques que les obligó a huir por el monte, algunos con heridas de bala.
En descargo, Fernández dijo que no fue una masacre sino un choque entre bandos rivales. Dos fallecidos eran funcionarios de la prefectura.
En tanto, el gobierno y la oposición regional negociaban un acuerdo inicial para declarar una tregua y sentar las bases de una negociación.
``Seguimos dialogando...esperamos firmar en el día un documento que será la base para seguir negociando'', dijo Morales.
Todavía al martes persistían bloqueos carreteros en varias de las cuatro regiones rebeldes que se oponen al proyecto constitucional que encamina Morales y exigen la devolución de unos fondos confiscados por el gobierno cuya demanda detonó el conflicto.
A pesar del estado de sitio, las fuerzas armadas no habían tomado hasta el martes el control total de Cobija, de unos 20 mil habitantes. Reportes de radios decían que muchos comercios y oficinas mantenían sus puertas cerradas y el clima era todavía de tensión.
El proyecto de constitución que debe ser ratificado en referendo y propone la reelección del presidente.
La detención obligó a suspender las negociaciones que comenzaron el gobierno y la oposición para pactar una tregua tras 28 días de manifestaciones antigubernamentales. No se informó cuándo serán reiniciadas.
En una reunión de urgencia, los líderes cívicos regionales opositores aprobaron una resolución para ``exigir'' al gobierno la ``inmediata libertad'' de Fernández y la suspensión del estado de sitio en Pando.
En la oriental ciudad de Santa Cruz, manifestantes autonomistas marcharon en apoyo a Pando y al prefecto, mientras en La Paz afines al gobierno respaldaron la decisión de Morales.
El senador opositor Paulo Bravo declaró a la radio Erbol desde el municipio brasileño de Brasilea, vecina de Cobija, que más 500 personas huyeron al vecino país para pedir ``ayuda humanitaria'' a las autoridades brasileñas. Bravo cruzó la frontera tras la detención de Fernández, con quien se encontraba en el momento de la detención.
Morales hizo el anuncio durante una rueda de prensa en la que agradeció el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas en la cumbre celebrada en Santiago de Chile el lunes.
``El caso de la detención del prefecto (Fernández) es una acción legal y constitucional, las fuerzas armadas están cumpliendo con su rol en el marco del estado de sitio'', dijo.
Diversos medios reportaron que Fernández fue detenido por militares y trasladado a La Paz en una aeronave. En la víspera fue acusado por el fiscal Mario Uribe de ``genocidio'' por la muerte de 15 personas durante violentos disturbios el jueves en Pando.
Unas 300 personas esperaron a Fernández en las puertas del edificio de la Fuerza Aérea Boliviana, en La Paz, ante versiones de que sería trasladado allí, algo que no ocurrió.
``Leopoldo, asesino, te espera el ``'Chonchocoro''', gritaban a coro los manifestantes, aludiendo a la cárcel de máxima seguridad en las afueras de esta capital.
``El pueblo de pié, nunca de rodillas'', era otra de la consigna de la multitud, rodeada por un centenar de policías.
Enardecida al extremo, una mujer que se identificó como Agustina Ibáñez dijo que ``espero que ese asesino se pudra en la cárcel''.
Por entonces, el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana dijo que Fernández ``fue confinado'', pero no aclaró adónde.
Fernández a quien se acusa de instigar a grupos afines a la violencia en contra de campesinos es prefecto del departamento amazónico de Pando, fronterizo con Brasil y cuya capital es Cobija, 600 kilómetros al norte de La Paz.
Uribe dijo el martes que no ordenó la detención, pero aseguró que el Ejecutivo tiene prerrogativas para hacerlo bajo el estado de excepción.
Fernández, que de joven jugó fútbol en el popular club Bolívar, es uno de los políticos vigentes desde la apertura democrática en 1979. Fue ministro del Interior, diputado y senador durante varias legislaturas por el desaparecido partido del extinto ex presidente Hugo Banzer.
La violencia en Pando obligó al gobierno a declarar el estado de sitio el viernes. En Cobija, la capital, grupos de choque opositores protagonizaron violentas tomas de oficinas gubernamentales y saquearon algunos comercios, al igual que en otras tres regiones lideradas por gobernadores opositores que encaminan procesos de autonomía en abierta rebeldía al gobierno.
Según informes oficiales, de los 15 muertos en Pando, 13 eran campesinos. Otras 37 personas resultaron heridas y 106 campesinos no han podido ser ubicados desde los ataques que les obligó a huir por el monte, algunos con heridas de bala.
En descargo, Fernández dijo que no fue una masacre sino un choque entre bandos rivales. Dos fallecidos eran funcionarios de la prefectura.
En tanto, el gobierno y la oposición regional negociaban un acuerdo inicial para declarar una tregua y sentar las bases de una negociación.
``Seguimos dialogando...esperamos firmar en el día un documento que será la base para seguir negociando'', dijo Morales.
Todavía al martes persistían bloqueos carreteros en varias de las cuatro regiones rebeldes que se oponen al proyecto constitucional que encamina Morales y exigen la devolución de unos fondos confiscados por el gobierno cuya demanda detonó el conflicto.
A pesar del estado de sitio, las fuerzas armadas no habían tomado hasta el martes el control total de Cobija, de unos 20 mil habitantes. Reportes de radios decían que muchos comercios y oficinas mantenían sus puertas cerradas y el clima era todavía de tensión.
El proyecto de constitución que debe ser ratificado en referendo y propone la reelección del presidente.