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Aumenta tensión en familiares de víctimas de incendio en Honduras

Crece ansiedad por entrega a cuentagotas de restos de presos en Honduras

Aumenta tensión en familiares de víctimas de incendio en Honduras
TEGUCIGALPA, HONDURAS (18/FEB/2012).- La desesperación aumentó el sábado entre  las familias que aguardan que les entreguen los cuerpos de los cientos de reos  muertos en el incendio del penal hondureño de Comayagua, mientras que los  sobrevivientes tuvieron un conmovedor reencuentro con sus parientes, cuatro  días después de la tragedia.

Otros dos reclusos con graves quemaduras fallecieron en un hospital de  Tegucigalpa, con lo que subió a 358 el número de víctimas mortales que dejó el  terrible incendio ocurrido en la noche del martes a miércoles, en la cárcel de  Comayagua, 90 km al norte de Tegucigalpa.

Apenas 38 cuerpos habían sido identificados hasta este sábado por forenses  de Honduras, El Salvador, Chile, México, Guatemala y Perú, a los que se  agregarán expertos de Argentina y Venezuela que llegarán al país para colaborar  en esa tarea. Apenas 19 de los cadáveres habían sido entregados a sus familias.

"Necesitamos que nos los entreguen, ya no aguantamos estar acá. Incluso nos  da miedo que nos entreguen los ataúdes sin cuerpo, estamos esperando, esperando  y nada", declaró a la AFP María del Carmen Flores, quien espera el cuerpo de su  hermano Jorge.

Unos 1.000 familiares de todos los rincones del país se aglomeran en  albergues y a unos 200 metros de la morgue de Tegucigalpa, adonde fueron  llevados todos los cadáveres, pidiendo que les entreguen los cuerpos para  llevarlos a sus pueblos y sepultarlos.

"Llevamos cuatro días aquí, pero no me lo han dado. Mi marido murió  intoxicado por el humo, debería de ser fácil de identificar, pero no me lo han  dado", lamentó Delmi Matute.

"Estamos esperando y no aparece en ningún listado, ni entre los muertos ni  entre los vivos. No sabemos qué hacer, nos mandan de un lado para otro",  expresó en un albergue Fausto López, de 70 años, que busca a su hermano  Pascual, de 53, sentenciado por homicidio.

Bajo carpas instaladas en las afueras de la Morgue, médicos forenses toman  muestras de sangre a los familiares de las víctimas calcinadas, para  realizarles exámenes de ADN.

"Hay cuerpos que solo se pueden identificar con el examen de ADN", explicó  la forense Antonieta Zúniga al precisar que muchos cadáveres están carbonizados.

A 90 km, en Comayagua, entre llantos de alegría, los cerca de 500  sobrevivientes, hacinados en lo que quedó del penal, lograron ver y abrazar a  sus parientes, quienes les llevaron alimentos, constataron periodistas de la  AFP.

"Me dijo que está bien. Dice que se sintió como en el infierno pero ahora  cree que la vida le ha dado otra oportunidad de vivir. Se siente muy feliz y yo  también porque creí que nunca lo iba a poder ver de nuevo", relató Vilma Huezo,  quien pudo llevarle a su padre, Julio César, ropa limpia y varias botellas de  agua.

En contraste, muchos aún esperaban en el portón de la granja penal. "Es  angustiante y frustrante que a nosotros nadie nos diga dónde está la persona a  la que buscamos", dijo entre lágrimas el joven Isaías Carrillo, quien trata de  encontrar a su hermano, de 28 años.

Los primeros sepelios comenzaron el viernes en medio de desgarradoras  escenas de dolor y gritos de justicia.

El país está convulsionado por una creciente polémica ante las insistentes  acusaciones de familiares y sobrevivientes de que las autoridades fueron  negligentes y dejaron encerrados a los presos durante el incendio.

"Es muy arriesgado hacer cualquier tipo de aseveraciones (...). Yo  esperaría el resultado de las investigaciones", en las que participan expertos  estadounidenses, dijo el presidente hondureño, Porfirio Lobo, la noche del  viernes, tras prometer "resarcir" a los familiares.

Pero el mandatario abonó a la confusión al afirmar que durante el incendio  hubo presos que se fugaron, lo que hasta entonces había sido negado de plano  por la las autoridades.

Según el balance oficial, de 852 reclusos que había en el penal, 353  murieron en el lugar del incendio y cinco en hospitales, mientras que otros  cinco permanecen internados en centros médicos y el resto de los sobrevivientes  están recluidos en lo que quedó de la cárcel.

Lobo, quien no dijo si los fugados figuran en la lista de supervivientes o  si la población del penal era mayor, afirmó que, para garantizar la  "imparcialidad" de la investigación, un equipo de expertos estadounidenses  busca pruebas en el interior del penal.

El presidente afirmó que ante lo sucedido en Comayagua el gobierno ordenará  "movimientos administrativos rápidos" para revisar las otras 23 cárceles del  país y que el Poder Judicial agilice las sentencias porque hay "una mora  terrible".

La de Comayagua, una granja penal donde los presos cultivan y crían  animales, era presentada por las autoridades como la "cárcel modelo" de un  sistema penitenciario que, con capacidad para 8.000 presos, tiene una población  de más 12 mil.

Más del 60% de los reclusos en Comayagua no había recibido condena y la  población del presidio era el doble de su capacidad. El incendio de Comayagua  es una de las peores catástrofes ocurridas en una prisión en el mundo.

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