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Vanessa Ciangherotti apuesta por la calidad

La actriz explica que los pilares que construyen su carrera son la paciencia, la preparación y la flexibilidad

CIUDAD DE MÉXICO (09/MAR/2011).- Una serie de travesuras fueron las que marcaron su destino. Así es como lo recuerda Vanessa Ciangherotti, quien relata que cuando estudiaba preparatoria “era muy inquieta, una bala”, al grado de que su mamá decidió mandarla a Canadá para que estudiara como interna en una escuela para señoritas. Aceptó pero sólo si la enviaban a una escuela donde hubiera clases de teatro. Y así fue.

Regresó a México y estudió en la primera generación del Centro de Educación Artística de Televisa. Años después, estudió en Londres dirección y un postgrado en arte dramático.

Desde entonces su carrera se ha desarrollado en diversos escenarios, producciones y foros. A veces la televisión y en otras el teatro, pero siempre unida a la actuación, ese viejo amor que conoció en su juventud y que la sigue fascinando, aunque eso sí, confiesa que con los años se ha vuelto cada vez más exigente.

– ¿Qué tan moldeable debe ser un actor cuando se debe estar cambiando constantemente de televisión al teatro?
– Es un deber respetar cada una de las manifestaciones artísticas, experimentar en todas las áreas y hacer bien tu trabajo. En lugar de decir que se hace muy mala televisión, trato de mejorarla. He hecho cabaret porque tiene sus riesgos y no es nada fácil, y también he hecho comedias y dramas en el teatro, lo mismo que cine. Todo eso me ha servido para ser no sólo mejor actriz sino mejor directora.

– ¿Qué tal su papel de policía en “Prófugas del destino”?
– Es una delicia. Es lindo hacer una villana conflictiva pero, a la vez, muy humana, para quien el amor es lo principal, y no sólo el amor por un hombre sino en general.

– ¿Qué sintió al detener al maloso de su hermano Fernando dentro de la trama?
– Fue muy divertido. Antes de grabar, le pedí permiso para embarrarle la cabeza en la pared (risas). Él se rió y me dijo: “Órale”. Lo disfrutamos mucho. Nunca habíamos trabajado juntos como actores, sólo lo había dirigido en unos programas que hicimos sobre la familia Ciangherotti en Lo que callamos las mujeres.

– ¿Es cierto que trabajará con su papá (Fernando Luján)?
– No quisiera hablar de ese proyecto; soy supersticiosa, he aprendido a quedarme callada porque luego se caen. También le tengo prohibido a mi viejo hablar de eso.

– Él dijo que haría “La jaula de las locas” o “Molière”…
– Es otro proyecto. Lo que pasa es que el muchacho está muy bien cotizado. Lo nuestro es un papel que él quiere hacer desde hace muchos años y será una realidad a mediano o largo plazo, pero muy bien pensado, con muy buena factura.

– ¿Su hija será actriz?
– Vaita dice que no, que ¡guácala! Nunca se sabe, apenas tiene 12 años. Ella tiene doble vena artística, tanto de mi parte como de su padre (Roberto Sosa). Le gusta la música y hacer videos. Tal vez sea cineasta o desarrolle otra actividad humanística.

– ¿Qué le parece la existencia de un Día Internacional de la Mujer?
– Tengo sentimientos encontrados con ese tema. Todos los días deberían estar dedicados a la mujer y no sólo uno en el año. No sé si sea bueno que exista una fecha como ésa o tal vez sea, inconscientemente, una forma de remarcar la discriminación. Cuando me invitan de alguna asociación para hacer algo en ese día, recaudar fondos o algo parecido, lo hago con mucho gusto y entusiasmo, pero nunca me verás levantando un acto yo solita.

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