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La vida después de la libertad

El documental denuncia el proceso legal que vivió José Antonio Zúñiga y su vida en prisión

CIUDAD DE MÉXICO.- José Antonio Zúñiga o mejor dicho Toño pasó años en la cárcel, acusado injustamente de asesinato. Ahí bailaba para pasar el tiempo. El video de su segundo juicio, lleno de anormalidades del juez y el Ministerio Público, llegó a la máxima instancia de justicia de la nación y logró salir libre.

Pero, dejó la colonia donde vivía en Iztapalapa y ahora reconoce estar temeroso de que alguna venganza lo devuelva a prisión. Así que el protagonista del documental Presunto culpable, hecho por los jóvenes juristas Layda Negrete y Roberto Hernández y que se encuentra en competencia en el Festival de Cine de Morelia, ha decidido salir a la luz pública para dar a conocer su caso.

La gente que ha visto ya el documental, cuyas canciones son escritas por él y que no tiene fecha de estreno comercial, lo felicita y le muestra su indignación. Toño asegura que la mitad de su corazón sigue adentro y que extraña a sus amigos del reclusorio que juran, y él dice saber, son inocentes; desea terminar su prepa y estudiar algo que sea alusivo al tema.

— ¿Cómo fue el primer día fuera de la cárcel?

— No te adaptas. El primer día que estuve en mi cama no pude dormir. Le dije a mi esposa que dormiría en el piso porque no la aguantaba. Lo más raro es que extraño a la gente que está adentro, sé por la que están pasando. En prisión no tenía miedo, sino terror. Llegaban momentos en que escuchaba mi nombre y me daba ganas de vomitar. Cada que te llaman es para decir que tú fuiste.

— ¿Sigues bailando y escribiendo?

— Sigo escribiendo. Algunas canciones hablan de la cárcel y de que no soy culpable de los delitos. Ya no bailo, porque no tengo tiempo ahora. Si mi vida era de clase media baja, cuando sales de la cárcel le quedas debiendo (dinero) a todo mundo. Cuando salí hicieron favor de ayudarme y tuve trabajo en la Cámara de Diputados, era en la oficina. Estaba siendo apoyado por la diputada Layda Sansores, quien me dijo que la apoyara en la oficina.

— ¿Tienes miedo de que algo pase?

— Las personas que me detuvieron y que salen en la película, no les va a agradar cómo salen, pero así son. Tengo un poco de miedo de volver a encontrarlos. En los dos o tres primeros días de libertad iba en la calle y juraba ver a quien me acusaba por todas partes, entré en psicosis. Veía una patrulla y pensaba que iban por mí. Creo que no es relevante para ellos que están construyendo sus vidas. Ellos (los judiciales) decían no acordarse de mí en el juicio, así que así debe de ser.

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