Entretenimiento
Jack El Destripador, acosado por los turistas en Londres
Jack El Destripador atrae a cientos de turistas que buscan la secuela invisible de sus crímenes en Whitechapel
Jack "El Destripador" atrae cada noche a cientos de turistas que aún buscan la secuela invisible de sus crímenes en Whitechapel, el barrio de Londres donde el famoso asesino aniquiló sin piedad a sus víctimas.
Ciento veinte años después de aquel sobrecogedor "Otoño del Terror" de 1888, cuando "El Destripador" perpetró asesinatos horrendos que conmocionaron a la sociedad victoriana, la verdadera identidad del autor de las atrocidades continúa siendo un misterio.
El alias con que ha pasado a la historia el siniestro personaje proviene de una carta enviada a la Agencia Central de Noticias con la firma "Jack, The Ripper" ("Jack, El Destripador") que, según Scotland Yard, resultó ser una broma de mal gusto de un periodista.
La perenne fascinación por el criminal victoriano ha generado ríos de literatura (se han escrito más libros de Jack que sobre todos los presidentes de EU juntos) y hasta varias rutas turísticas por los escenarios en los que mutiló a cinco prostitutas.
Esos paseos tras las huellas de "El Destripador", guiados a veces por prestigiosos "ripperólogos", como se conoce a los detectives que investigan los desmanes del mítico asesino, se han convertido en un lucrativo negocio por el que pugnan más de una decena de empresas.
"Es enormemente competitivo. Más de un millón de personas participa cada año en los paseos", asegura Richard Jones, guía de un paseo por el East End londinense del legendario homicida.
Muchas de esas caminatas, que cuestan unas seis libras (7,5 euros, 11 dólares), empiezan en la estación de metro de Tower Hill, como la que ofrece Donald Rumbelow, uno de los más reputados "ripperólogos", quien convoca a los visitantes al anochecer.
Ex policía y autor de "The Complete Jack The Ripper"(1975), todo un clásico sobre el tema, Rumbelow inicia su andadura en Tower Hill porque ese punto delimitaba los territorios de Scotland Yard y la Policía de la City (centro financiero de Londres), las dos fuerzas de seguridad cuya eterna rivalidad hizo imposible capturar a Jack.
Seguido de una tropa de turistas con cámaras de fotos en ristre, el experto se adentra en Whitechapel, que en 1888 era un barrio mísero con casi un millón de habitantes que malvivían en sus calles, donde abundaban las tabernas pestilentes y el sexo barato.
"Podías comprar una prostituta por una rebanada de pan", cuenta Rumbelow, encaramado a un banco para que nadie le pierda de vista.
Con un silencio reverencial roto a veces por el claxon de algún taxi, los "excursionistas del crimen" escuchan a Rumbelow pasar revista a los llamados asesinatos "canónicos", es decir, los cinco crímenes que los "ripperólogos" atribuyen oficialmente a Jack.
Las víctimas fueron Mary Ann Nichols, de 43 años y muerta el 31 de agosto de 1888 en Buck's Row (hoy, Durward Street); Annie Chapman, de 47 años y cuyo cadáver apareció el 8 de septiembre en Hanbury Street; Elizabeth Stride, de 43 años y asesinada el 30 de septiembre en Berner Street (hoy, Henriques Street); y Catherine Eddowes, de 46 años y atacada el 30 de septiembre en Mitre Square.
La última víctima -y la más mutilada- fue Mary Jane Kelly, de 25 años, cuyo cuerpo se encontró en un antro de Dorset Street.
"Todos los asesinatos ocurrieron a primera hora de un viernes, un sábado o un domingo. Además, Jack actuaba con rapidez y tenía conocimientos anatómicos", explica Rumbelow.
Como no podía ser de otra manera, la pregunta más habitual de los turistas es "¿Quién fue Jack El Destripador?", a la que el respetado "ripperólogo" contesta siempre con un franco "No lo sé".
Múltiples teorías han apuntado a numerosos sospechosos: desde un barbero polaco llamado Aaron Kosminski hasta el príncipe Alberto Víctor, nieto de la Reina Victoria, o el pintor Walter Sickert.
Pero Rumbelow no concede crédito "ni a los grandes nombres ni a las grandes teorías": "Creo -esgrime- que fue alguien que vivía en la zona. Alguien muy ordinario, como un carnicero o un marinero".
Los tours tras la pista de "The Ripper" acaban cerca del pub victoriano "Ten Bells", frecuentado por las víctimas y -supuestamente- por el propio asesino en serie.
Tras dos horas de paseo, los "excursionistas del crimen" suelen refrescarse con una cerveza en el pub, que aparece en "From Hell" (2001), filme sobre "El Destripador" protagonizado por Johnny Depp.
En las paredes cochambrosas de las escaleras que conducen al sótano de los aseos del "Ten Bells", el eco remoto de Jack resuena hoy día en un cártel del diario de época "Police News", que todavía se pregunta en un titular: "¿Cuando será capturado el asesino?".
LONDRES, INGLATERRA.- Aunque parezca insólito,
Ciento veinte años después de aquel sobrecogedor "Otoño del Terror" de 1888, cuando "El Destripador" perpetró asesinatos horrendos que conmocionaron a la sociedad victoriana, la verdadera identidad del autor de las atrocidades continúa siendo un misterio.
El alias con que ha pasado a la historia el siniestro personaje proviene de una carta enviada a la Agencia Central de Noticias con la firma "Jack, The Ripper" ("Jack, El Destripador") que, según Scotland Yard, resultó ser una broma de mal gusto de un periodista.
La perenne fascinación por el criminal victoriano ha generado ríos de literatura (se han escrito más libros de Jack que sobre todos los presidentes de EU juntos) y hasta varias rutas turísticas por los escenarios en los que mutiló a cinco prostitutas.
Esos paseos tras las huellas de "El Destripador", guiados a veces por prestigiosos "ripperólogos", como se conoce a los detectives que investigan los desmanes del mítico asesino, se han convertido en un lucrativo negocio por el que pugnan más de una decena de empresas.
"Es enormemente competitivo. Más de un millón de personas participa cada año en los paseos", asegura Richard Jones, guía de un paseo por el East End londinense del legendario homicida.
Muchas de esas caminatas, que cuestan unas seis libras (7,5 euros, 11 dólares), empiezan en la estación de metro de Tower Hill, como la que ofrece Donald Rumbelow, uno de los más reputados "ripperólogos", quien convoca a los visitantes al anochecer.
Ex policía y autor de "The Complete Jack The Ripper"(1975), todo un clásico sobre el tema, Rumbelow inicia su andadura en Tower Hill porque ese punto delimitaba los territorios de Scotland Yard y la Policía de la City (centro financiero de Londres), las dos fuerzas de seguridad cuya eterna rivalidad hizo imposible capturar a Jack.
Seguido de una tropa de turistas con cámaras de fotos en ristre, el experto se adentra en Whitechapel, que en 1888 era un barrio mísero con casi un millón de habitantes que malvivían en sus calles, donde abundaban las tabernas pestilentes y el sexo barato.
"Podías comprar una prostituta por una rebanada de pan", cuenta Rumbelow, encaramado a un banco para que nadie le pierda de vista.
Con un silencio reverencial roto a veces por el claxon de algún taxi, los "excursionistas del crimen" escuchan a Rumbelow pasar revista a los llamados asesinatos "canónicos", es decir, los cinco crímenes que los "ripperólogos" atribuyen oficialmente a Jack.
Las víctimas fueron Mary Ann Nichols, de 43 años y muerta el 31 de agosto de 1888 en Buck's Row (hoy, Durward Street); Annie Chapman, de 47 años y cuyo cadáver apareció el 8 de septiembre en Hanbury Street; Elizabeth Stride, de 43 años y asesinada el 30 de septiembre en Berner Street (hoy, Henriques Street); y Catherine Eddowes, de 46 años y atacada el 30 de septiembre en Mitre Square.
La última víctima -y la más mutilada- fue Mary Jane Kelly, de 25 años, cuyo cuerpo se encontró en un antro de Dorset Street.
"Todos los asesinatos ocurrieron a primera hora de un viernes, un sábado o un domingo. Además, Jack actuaba con rapidez y tenía conocimientos anatómicos", explica Rumbelow.
Como no podía ser de otra manera, la pregunta más habitual de los turistas es "¿Quién fue Jack El Destripador?", a la que el respetado "ripperólogo" contesta siempre con un franco "No lo sé".
Múltiples teorías han apuntado a numerosos sospechosos: desde un barbero polaco llamado Aaron Kosminski hasta el príncipe Alberto Víctor, nieto de la Reina Victoria, o el pintor Walter Sickert.
Pero Rumbelow no concede crédito "ni a los grandes nombres ni a las grandes teorías": "Creo -esgrime- que fue alguien que vivía en la zona. Alguien muy ordinario, como un carnicero o un marinero".
Los tours tras la pista de "The Ripper" acaban cerca del pub victoriano "Ten Bells", frecuentado por las víctimas y -supuestamente- por el propio asesino en serie.
Tras dos horas de paseo, los "excursionistas del crimen" suelen refrescarse con una cerveza en el pub, que aparece en "From Hell" (2001), filme sobre "El Destripador" protagonizado por Johnny Depp.
En las paredes cochambrosas de las escaleras que conducen al sótano de los aseos del "Ten Bells", el eco remoto de Jack resuena hoy día en un cártel del diario de época "Police News", que todavía se pregunta en un titular: "¿Cuando será capturado el asesino?".
Síguenos en