Entretenimiento
Héctor Ibarra: artesano del cine independiente
'El lugar de las flores' compite por ser uno de los mejores largometrajes del Premio Mezcal, y Héctor Ibarra Jiménez nos platica sobre los desafíos que asumió la realización
GUADALAJARA, JALISCO (03/MAR/2016).- ¿Egresar de la carrera para empezar a ejercer? Héctor I. Jiménez dijo que no y pese a no contar con los recursos pertinentes para iniciar su proyecto de vida, la convicción de que en Guadalajara se hace buen cine lo impulsó a crear “El lugar de las flores”, película que ahora compite por ser uno de los mejores largometrajes del Premio Mezcal en la trigésimo primera edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
Héctor I. Jiménez todavía es estudiante de la licenciatura de Comunicación y Artes Audiovisuales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), pero eso no impidió que desarrollara una historia capaz de sensibilizar y presumir las tradiciones mexicanas que van más allá del tequila y el mariachi, y que cotidianamente se promueven cuando se habla de un México folclórico y ancestral.
“Tuvimos tres meses de vacaciones en el verano hace dos años y lo aprovechamos para hacer algo que nos gusta y a lo que nos queremos dedicar, que es hacer cine. Ahora es más fácil hacer una película, no necesitas de tanta producción y equipo, que antes eran inaccesibles. No teníamos recursos, sólo una cámara y una idea”.
Explorando las virtudes que un poblado como Suchitlán, Colima, ofrece para filmar en sus rincones, Héctor I. Jiménez conoció a Feliciano Carrillo, un mascarero de la localidad que le brindó un panorama distinto sobre las relaciones familiares, las ausencias, la pasión por el trabajo artesanal y cómo conectarse directamente con la naturaleza.
Aunque Feliciano no es actor de formación, el cineasta de 24 años de edad convenció inmediatamente a este artesano de formar parte del elenco que estrenará nacionalmente “El lugar de las flores” el próximo 5 de marzo en el encuentro cinematográfico de Guadalajara.
“Sentíamos miedo de llegar a decirle a alguien del poblado que queríamos hacer una película, que somos primerizos. Feliciano es uno de los tres mascareros de Suchitlán, le planteé la idea de ser el actor principal y dijo que sí. El sería el padre de esa familia de mascareros y para encontrar a sus hijos fuimos a una escuela para hacer casting. Tuvimos mucha suerte”.
Héctor I. Jiménez destaca que la idea de contar la historia y pericias de una familia de mascareros que enfrenta conflictos sentimentales y enfermedades girando alrededor de la migración, surge ante la inquietud de no esperarse a tener un gran presupuesto para filmar y por el contrario, aprovechar las herramientas, apoyos y locaciones cercanas a la metrópoli tapatía.
“Fuimos realistas con los recursos que teníamos y lo que podíamos hacer. Pensamos que si íbamos apostar por cine independiente necesitábamos contar una historia íntima, microuniversos que fueran fáciles de producir, de cómo podríamos situar una historia interesante de una familia se Suchitlán y sus tradiciones”.
Sentimientos en acción
Héctor comenzó a escribir la historia sin tener en cuenta que la condición física de Feliciano Carrillo le implicaría adaptar su guion a un personaje en silla de ruedas y enfrentarse al reto de movilizarlo a él y todo su equipo de producción por todo el poblado de Suchitlán para filmar los 77 minutos que exhibirán en la pantalla grande.
“Feliciano realmente está en silla de ruedas. Escribí el guion pensando en un actor que pudiera caminar, pero en la preproducción conocí a este mascarero y sabía que el personaje estaba hecho para él. Adaptamos nuevamente el guion y eso le dio otra dimensión al proyecto”.
A lo largo de 20 días, Héctor I. Jiménez y el equipo de producción también integrado por Cecilia Guerrero y Sergio Martínez (producción), Manuel Acuña (fotografía) y Giovanni Rodríguez (música), se instalaron en diversos puntos de Suchitlán, como la laguna “La María”, y Tuxpán en Jalisco, escenario en el que las máscaras de la historia se manifiestan a través de una danza tradicional.
“Esta historia tiene que ver con la tradición de los pueblos con sus máscaras, danzas y su gente. Es un relato familiar y el público se puede identificar con algunas situaciones, la relación entre padres e hijos. La película también es atractiva porque está hecha por gente de aquí, es cine universitario y se aleja de las películas convencionales”.
Retos en la mira
Héctor I. Jiménez destaca que si bien el reto de filmar la película ya se cumplió, ahora uno de los procesos más complejos que vivirá la producción es lograr que “El lugar de las flores” recorra diferentes festivales cinéfilos de México y el extranjero, confiando en la buena respuesta que despertará en el FICG, además de buscar canales de distribución en plataformas digitales.
“El difícil el panorama. Nuestra apuesta principal es llegar a los 103 festivales de México, queremos estar en los que sean posibles. Lo siguiente es abrir puertas de distribución, desde televisión hasta en Internet”.
TOMA NOTA
¡Agéndalo!
“El lugar de las flores”, de Héctor Ibarra Jiménez. Exhibiciones: 5 de marzo a las 19:00 horas en el Cineforo UdeG, 6 y 7 de marzo a las 18:00 y 16:00 horas en Cinépolis Centro Magno y 11 de marzo a las 16:00 horas en el Museo de Arte Zapopan (MAZ).
Héctor I. Jiménez todavía es estudiante de la licenciatura de Comunicación y Artes Audiovisuales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), pero eso no impidió que desarrollara una historia capaz de sensibilizar y presumir las tradiciones mexicanas que van más allá del tequila y el mariachi, y que cotidianamente se promueven cuando se habla de un México folclórico y ancestral.
“Tuvimos tres meses de vacaciones en el verano hace dos años y lo aprovechamos para hacer algo que nos gusta y a lo que nos queremos dedicar, que es hacer cine. Ahora es más fácil hacer una película, no necesitas de tanta producción y equipo, que antes eran inaccesibles. No teníamos recursos, sólo una cámara y una idea”.
Explorando las virtudes que un poblado como Suchitlán, Colima, ofrece para filmar en sus rincones, Héctor I. Jiménez conoció a Feliciano Carrillo, un mascarero de la localidad que le brindó un panorama distinto sobre las relaciones familiares, las ausencias, la pasión por el trabajo artesanal y cómo conectarse directamente con la naturaleza.
Aunque Feliciano no es actor de formación, el cineasta de 24 años de edad convenció inmediatamente a este artesano de formar parte del elenco que estrenará nacionalmente “El lugar de las flores” el próximo 5 de marzo en el encuentro cinematográfico de Guadalajara.
“Sentíamos miedo de llegar a decirle a alguien del poblado que queríamos hacer una película, que somos primerizos. Feliciano es uno de los tres mascareros de Suchitlán, le planteé la idea de ser el actor principal y dijo que sí. El sería el padre de esa familia de mascareros y para encontrar a sus hijos fuimos a una escuela para hacer casting. Tuvimos mucha suerte”.
Héctor I. Jiménez destaca que la idea de contar la historia y pericias de una familia de mascareros que enfrenta conflictos sentimentales y enfermedades girando alrededor de la migración, surge ante la inquietud de no esperarse a tener un gran presupuesto para filmar y por el contrario, aprovechar las herramientas, apoyos y locaciones cercanas a la metrópoli tapatía.
“Fuimos realistas con los recursos que teníamos y lo que podíamos hacer. Pensamos que si íbamos apostar por cine independiente necesitábamos contar una historia íntima, microuniversos que fueran fáciles de producir, de cómo podríamos situar una historia interesante de una familia se Suchitlán y sus tradiciones”.
Sentimientos en acción
Héctor comenzó a escribir la historia sin tener en cuenta que la condición física de Feliciano Carrillo le implicaría adaptar su guion a un personaje en silla de ruedas y enfrentarse al reto de movilizarlo a él y todo su equipo de producción por todo el poblado de Suchitlán para filmar los 77 minutos que exhibirán en la pantalla grande.
“Feliciano realmente está en silla de ruedas. Escribí el guion pensando en un actor que pudiera caminar, pero en la preproducción conocí a este mascarero y sabía que el personaje estaba hecho para él. Adaptamos nuevamente el guion y eso le dio otra dimensión al proyecto”.
A lo largo de 20 días, Héctor I. Jiménez y el equipo de producción también integrado por Cecilia Guerrero y Sergio Martínez (producción), Manuel Acuña (fotografía) y Giovanni Rodríguez (música), se instalaron en diversos puntos de Suchitlán, como la laguna “La María”, y Tuxpán en Jalisco, escenario en el que las máscaras de la historia se manifiestan a través de una danza tradicional.
“Esta historia tiene que ver con la tradición de los pueblos con sus máscaras, danzas y su gente. Es un relato familiar y el público se puede identificar con algunas situaciones, la relación entre padres e hijos. La película también es atractiva porque está hecha por gente de aquí, es cine universitario y se aleja de las películas convencionales”.
Retos en la mira
Héctor I. Jiménez destaca que si bien el reto de filmar la película ya se cumplió, ahora uno de los procesos más complejos que vivirá la producción es lograr que “El lugar de las flores” recorra diferentes festivales cinéfilos de México y el extranjero, confiando en la buena respuesta que despertará en el FICG, además de buscar canales de distribución en plataformas digitales.
“El difícil el panorama. Nuestra apuesta principal es llegar a los 103 festivales de México, queremos estar en los que sean posibles. Lo siguiente es abrir puertas de distribución, desde televisión hasta en Internet”.
TOMA NOTA
¡Agéndalo!
“El lugar de las flores”, de Héctor Ibarra Jiménez. Exhibiciones: 5 de marzo a las 19:00 horas en el Cineforo UdeG, 6 y 7 de marzo a las 18:00 y 16:00 horas en Cinépolis Centro Magno y 11 de marzo a las 16:00 horas en el Museo de Arte Zapopan (MAZ).