Entretenimiento
Enfrentan La última pelea
El filme protagonizado por Joel Edgerton y Tom Hardy muestra el drama que se vive arriba y abajo del ring
GUADALAJARA, JALISCO (25/NOV/2011).- Dentro de la moda desatada por las películas que toman a los deportes de contacto como punto de partida, La última pelea (Warrior, su título en inglés) optó por transitar por un camino distinto, de acuerdo a la visión del director del largometraje, Gavin O’Connor.
El realizador no quería hacer una historia más de peleas, así que optó por contar una trama mucho más elaborada, adentrándose en el drama que vive una familia de luchadores en un ambiente realista, lejos del glamour que suele rodear a este deporte.
La última pelea, que se estrena hoy, narra la travesía de Tommy Conlon (Tom Hardy), un luchador extremo, con un oscuro y trágico pasado, que abandonó el hogar en busca de sus sueños y que ahora vuelve lleno de dudas.
Luego de 14 años de vagar, Tommy vuelve a encontrarse en casa y con su padre, Paddy Conlon (Nick Nolte), a quien le pide ayuda para entrenarse y poder entrar en la Liga de Lucha Sparta, la competencia más grande del país.
Al mismo tiempo su hermano Brendan (Joel Edgerton), un ex peleador, decide regresar al ring ante la dura situación financiera que vive su familia, por lo que el destino que alguna vez los separó pronto comenzará a girar para unirlos, aunque no de la forma en que ellos hubieran querido.
La lucha que se presenta en la pantalla, explica el director, “permite contar la historia de dos hermanos que colapsan al tener que lidiar con su pasado y su presente en una jaula, donde sólo podrán comunicarse con los puños para rectificar una dolorosa situación personal”.
A pesar de que es una película que apuesta por la acción como motor, es la trama lo que le ha permitido obtener buenas críticas en Estados Unidos, particularmente entre el público femenino, algo que ha sorprendido gratamente a los protagonistas del filme.
Una cinta para todos
En los últimos años la llamada “lucha extrema” ha ganado una gran popularidad entre los jóvenes. En ella, hombres se enfrentan en el ring delimitado por una jaula y se permite el impacto de puñetazos y patadas, además de llaves.
O’Connor asegura que para disfrutar de la trama no se requiere un conocimiento profundo en este deporte: Si no sabes la técnica, te vas a ir por la parte emocional, porque cada pelea que mostramos tiene una historia y la dinámica va relacionada con cada pelea, así de simple. Todos sabemos que gana al que le levanten la mano (risas)”.
Para encontrar el equilibrio perfecto entre acción y drama el realizador no dudó en buscar hasta el cansancio a los actores que “dieran el ancho” para el papel. Audicionó a más de 200 actores para el papel de Tommy, hasta que dio con Tom Hardy. “No fue una audición tradicional”, reconoce el histrión, quien tuvo que someterse a una profunda transformación mental y física para ajustarse al papel, e incluso permaneció cinco días a la casa del director, con la intención de trabajar en la estructura del personaje.
El caso de Joel Edgerton es más especial, pues aunque tiene experiencia en cine, no era precisamente actuando, sino siendo doble de acción (incluso es cinta negra en karate. “Lo que me gustó de Joel es que destila integridad, y eso es algo que se tiene, no que se actúa. Representa perfectamente lo opuesto a lo que es su hermano, y eso redondea la carga dramática en la cinta”.
Finalmente para Paddy, el realizador encontró a la persona ideal en Nick Nolte, quien además es su vecino. “Actuar es como un deporte para Nick –afirma su compañero en el filme, Tom Hardy– es un tipo con una presencia y fuerza escénica impresionante”.
''La cinta es tan comprometedora que mi novia lloró cuando la vio. Creo que eso es un logro personal.''
Tom Hardy, actor.
''En la película hay muchos golpes y patadas, pero detrás de todos ellos hay un significado. No es violencia gratuita.''
Joel Edgerton, actor.
L a ú l t i m a p e l e a / C o n N i c k N o l t e , J e n n i f e r M o r r i s o n , J o e l E d g e r t o n y T o m H a r d y
El realizador no quería hacer una historia más de peleas, así que optó por contar una trama mucho más elaborada, adentrándose en el drama que vive una familia de luchadores en un ambiente realista, lejos del glamour que suele rodear a este deporte.
La última pelea, que se estrena hoy, narra la travesía de Tommy Conlon (Tom Hardy), un luchador extremo, con un oscuro y trágico pasado, que abandonó el hogar en busca de sus sueños y que ahora vuelve lleno de dudas.
Luego de 14 años de vagar, Tommy vuelve a encontrarse en casa y con su padre, Paddy Conlon (Nick Nolte), a quien le pide ayuda para entrenarse y poder entrar en la Liga de Lucha Sparta, la competencia más grande del país.
Al mismo tiempo su hermano Brendan (Joel Edgerton), un ex peleador, decide regresar al ring ante la dura situación financiera que vive su familia, por lo que el destino que alguna vez los separó pronto comenzará a girar para unirlos, aunque no de la forma en que ellos hubieran querido.
La lucha que se presenta en la pantalla, explica el director, “permite contar la historia de dos hermanos que colapsan al tener que lidiar con su pasado y su presente en una jaula, donde sólo podrán comunicarse con los puños para rectificar una dolorosa situación personal”.
A pesar de que es una película que apuesta por la acción como motor, es la trama lo que le ha permitido obtener buenas críticas en Estados Unidos, particularmente entre el público femenino, algo que ha sorprendido gratamente a los protagonistas del filme.
Una cinta para todos
En los últimos años la llamada “lucha extrema” ha ganado una gran popularidad entre los jóvenes. En ella, hombres se enfrentan en el ring delimitado por una jaula y se permite el impacto de puñetazos y patadas, además de llaves.
O’Connor asegura que para disfrutar de la trama no se requiere un conocimiento profundo en este deporte: Si no sabes la técnica, te vas a ir por la parte emocional, porque cada pelea que mostramos tiene una historia y la dinámica va relacionada con cada pelea, así de simple. Todos sabemos que gana al que le levanten la mano (risas)”.
Para encontrar el equilibrio perfecto entre acción y drama el realizador no dudó en buscar hasta el cansancio a los actores que “dieran el ancho” para el papel. Audicionó a más de 200 actores para el papel de Tommy, hasta que dio con Tom Hardy. “No fue una audición tradicional”, reconoce el histrión, quien tuvo que someterse a una profunda transformación mental y física para ajustarse al papel, e incluso permaneció cinco días a la casa del director, con la intención de trabajar en la estructura del personaje.
El caso de Joel Edgerton es más especial, pues aunque tiene experiencia en cine, no era precisamente actuando, sino siendo doble de acción (incluso es cinta negra en karate. “Lo que me gustó de Joel es que destila integridad, y eso es algo que se tiene, no que se actúa. Representa perfectamente lo opuesto a lo que es su hermano, y eso redondea la carga dramática en la cinta”.
Finalmente para Paddy, el realizador encontró a la persona ideal en Nick Nolte, quien además es su vecino. “Actuar es como un deporte para Nick –afirma su compañero en el filme, Tom Hardy– es un tipo con una presencia y fuerza escénica impresionante”.
''La cinta es tan comprometedora que mi novia lloró cuando la vio. Creo que eso es un logro personal.''
Tom Hardy, actor.
''En la película hay muchos golpes y patadas, pero detrás de todos ellos hay un significado. No es violencia gratuita.''
Joel Edgerton, actor.
L a ú l t i m a p e l e a / C o n N i c k N o l t e , J e n n i f e r M o r r i s o n , J o e l E d g e r t o n y T o m H a r d y