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El Regreso visto desde dos trincheras

Expertos en la música consideran que la banda resurge con nuevos bríos en la escena del rock nacional

GUADALAJARA, JALISCO (08/OCT/2011).- Los fanáticos no son los únicos que aplauden el regreso de Caifanes, y tampoco los que más se emocionan con la noticia.

Personalidades de los medios de comunicación y músicos consagrados de la escena roquera también tienen muchos motivos para sentir que la “resurrección” del proyecto de los cinco músicos le inyecta nuevos bríos al convulsionado medio sonoro nacional.

Polémico locutor y coordinador de la estación de rock RMX, Gonzalo Oliveros explica que la vuelta de Caifanes “tiene varias lecturas. Por un lado, la gran necesidad de escuchar de nueva cuenta a Diego (Herrera), a Sabo (Romo), a Alfonso (André), a Alejandro (Marcovich) y a Saúl (Hernández), quienes enmarcan su vuelta en un momento muy complicado de la vida política y social del país, en donde pareciera que todo tiempo pasado fue mejor ante la zozobra y la tristeza que nos ofrece el presente y las pobres perspectivas que tenemos de cara al futuro”.

“Pero hay otras lecturas”, agrega el locutor, quien explica que “hay jóvenes que quieren escuchar a esa banda que conocieron a través de sus padres. Tenemos que recordar que Caifanes aparece originalmente en un momento donde el país también enfrenta muchos cambios, como lo fue el terremoto de 1985, los movimientos estudiantiles de 1986 o la lucha por la democracia en las elecciones de 1988. Todo esto terminó influyendo en el rock de esa época, todos esos vientos de cambio generacional, positivos y negativos, que por la fuerza terminaron por modificar las estructuras del país”.

El conductor del programa Coup d’ etat en la frecuencia 100.3 agrega que la deuda del rock mexicano hacia Caifanes es “considerable”: “Son el ejemplo de cuando se tiene talento, ideas y creatividad se puede cambiar el discurso, ellos lo lograron. Hay un antes y un después para el rock mexicano tras la irrupción de Caifanes con respecto a lo que hemos llegado a escuchar después, tan es así que si te pones a pensar hoy en día en una banda que tenga un peso similar al que tuvieron los Caifanes para su generación, muy difícilmente se encuentra con alguna. Tal vez, Café Tacvba, pero de allí en fuera, no hay ninguna que tenga esa capacidad de trascender por su talento, más allá de otras cosas. Caifanes fue la conjugación de talento y de mucha hambre de triunfo”.

Joselo, ídolo convertido en “fan”

Si Caifanes le abrió las puertas al rock mexicano, Café Tacvba se encargó de que la puerta se quedara “atrancada” para no volverse a cerrar. Joselo Rangel, integrante de esta banda capitalina, es uno de los grandes gurús de la escena sonora nacional. Ya sea con el grupo o en solitario, patrocinando concursos de rock y hasta abriendo escuelas de música, su labor en el mundo artístico nacional ha traspasado la frontera que divide a la “estrella de rock” del “administrador de talentos”.

Pero aún con todo el prestigio que carga sobre la guitarra, Joselo se da tiempo para reconocer que él como miles respira el regreso de Caifanes desde una trinchera distinta. Sí, son colegas, pero reconoce que él se considera antes que nada todo un fan: “Cuando supe que Saúl se había puesto en contacto con Alejandro para reunirse, luego de todos los problemas que sufrieron de salud por separado los integrantes, se me hizo muy bueno, fue una forma muy humana de juntarse”.

Joselo recuerda que hace algunos meses (antes de que se anunciara la reunión) “fui a entrevistar a Saúl a Playa del Carmen (para la revista Gatopardo). Allí hice amistad con su mánager que me invitó al concierto que dieron en el Vive Latino, es más, me dieron chance de verlo desde la consola de monitores, lo que es un honor para mí, porque la verdad soy muy fan de la banda”:

Y qué tan fan no será Joselo que después del Vive Latino viajó hasta Estados Unidos para  volver a verlos, ahora en el Festival de Coachella. “Aunque sea música y mucha gente no lo sepa, también me gustan sus canciones. Crecí escuchando a Caifanes y para mí verlos en su época fue una enorme inspiración. Le abrieron camino a muchas cosas que siguieron”.

AUGE Y CAÍDA DE UN GRUPO LEYENDA

1984
Un estudiante de cine, Carlos Marcovich, está por terminar su carrera, pero para su tesis necesita dinero. Por ello organiza una fiesta en su casa con la ayuda de su hermano Alejandro, quien decide llamar a un grupo musical, y es así como contacta a Saúl Hernández y a Alfonso André, con quienes se “echa un palomazo”. Tras la reunión forman un  grupo llamado Las insólitas imágenes de Aurora (nombrado así en honor a un cuento de Saúl). La banda sobrevive.

1986
Tras deambular en varios proyectos individuales, Hernández conoce a Diego Herrera (tecladista y saxofonista) y a Sabo Romo. Con ellos forma una nueva banda y graban en Arco Estudios cuatro canciones a modo de presentación: Mátenme porque me muero (en homenaje a una película de Tin Tan), Será por eso, Nada y Amanece.

1987

El 11 de abril el grupo se presenta por primera vez en Rockotitlán, Distrito Federal, bajo el nombre de Caifanes.

El productor argentino Óscar López conoce la banda y los invita a abrirle un concierto a Miguel Mateos, entonces gran estrella del pop, el 31 de octubre.

1988
Editan su primero disco, titulado simplemente Caifanes, compuesto por nueve canciones. Los sencillos fueron Mátenme porque me muero y Viento.

1989
Caifanes lanza el sencillo La negra Tomasa. El tema lo tocaban en son de broma al final de sus conciertos, pero se convierte en un fenómeno en la radio, abriéndole las puertas de estaciones donde el rock mexicano estaba estigmatizado. En septiembre se integra al grupo el guitarrista Alejandro Marcovich, con quien graban el segundo disco de la banda, El Diablito. Para septiembre graban su segundo material llamado, Caifanes volumen II, aunque es mejor conocido como El Diablito.

1990
Caifanes sale de gira por todo el país, abriéndole las puertas al rock en español en muchas plazas donde estaba vetado el género. Comparten escena con otros conjuntos como Fobia, Los Amantes de Lola, Café Tacvba, Maldita Vecindad y Neón.

1991
El 23 de marzo se llevó a cabo uno de los conciertos más memorables para los amantes del rock en español. Y es que en el marco de la Gira animal, Soda Stereo se presentó en México en el Palacio de los Deportes, alternando su show con Caifanes.

1992

Lanzan el disco El silencio, considerado como la obra cumbre de la banda por sus críticos, lleno de éxitos como Nubes, Piedra, No dejes qué, Hasta morir y Nos vamos juntos, entre otros. Con esta placa se fueron de gira por varios países del continente, aunque México y Estados Unidos eran sus grandes mercados.

1993
Durante la celebración del sexto aniversario de la banda en el Palacio de los Deportes (donde tocó como invitado el grupo Santa Sabina), Sabo Romo se despide de la agrupación.

Este mismo año y tras una gira por países como El Salvador, Panamá, Colombia y Chile, Diego Herrera también deja el grupo, que termina convertido en un trío con Hernández, Marcovich y André.

1994

Convertidos en los máximos exponentes del rock mexicano, Caifanes lanza El nervio del volcán, disco del que se desprenden los sencillos Afuera, Ayer me dijo un ave, Miedo y Aquí no es así.

Su presencia en Estados Unidos se refuerza al llamar la atención de la cadena MTV (con quienes grabaron ese año uno de los primeros Unplugged hecho por una banda mexicana), al tiempo que son seleccionados para abrir el concierto de The Rolling Stones en el Distrito Federal.

El conjunto vivió un año tenso, y las primeras señales de una eventual separación se empezaron a escuchar, aunque al final sus integrantes decidieron seguir adelante.

1995
Las peleas internas llegan al punto de ebullición durante la gira El nervio del volcán, que incluyó a Sudamérica y México.

Aunque los asistentes al concierto celebrado en San Luis Potosí en 1995 no lo sabían, el concierto que ofrecieron en ese Estado fue el último, en una anticlimática despedida donde Saúl y Alejandro jamás se dirigieron la palabra sobre el escenario.

Días después y en un boletín emitido por su disquera, se daba a conocer que Saúl Hernández y Alfonso André abandonaban Caifanes, con lo que daban punto final a la vida del grupo… hasta ahora.

CINCO CAMINOS

SaúlHernández

Monstruos, cosmos, cerros y células que explotan habitan en la mente del “Caifán mayor”, Saúl Hernández, la estampa viva de lo que es un rockstar a la mexicana: Melena larga, una voz desgarrada por los años y un carácter volátil que cambia con una facilidad pasmosa.

Amante de las guitarras e incansable compositor de temas que se mueven entre lo onírico y lo francamente incomprensible, Hernández no ha perdido con los años su habilidad para alborotar al público cada que sube al escenario para saludar a la “raza”, además de ser un defensor de los indígenas y los grupos vulnerables del país.

Lo que sí se ha visto mermado con el paso del tiempo es la portentosa voz que alguna vez presumió en los primeros discos de Caifanes. Sin embargo y aunque su garganta ya no se encuentra en las mejores condiciones (ha sufrido cerca de 40 cirugías), Saúl sigue siendo capaz de hacer viajar al público a través del viento, las nubes y los volcanes.

El regreso de Caifanes a escena lo tomó a medio camino de la promoción de su primer disco como solista, Remando, con el que logró éxito comercial y buenas opiniones entre la crítica.

''En este momento que estamos viviendo un México, tan dividido  por tantos problemas, creo que la unidad puede ser uno de los factores de lucha más poderosos.''


DiegoHerrera

Si alguien ha escuchado la canción Viento, entonces ha escuchado el trabajo de Diego Herrera, el “multifuncional” de Caifanes, donde la hizo de tecladista, percusionista y saxofonista cuando fue necesario.

Fue coautor de canciones como Amanece, Detrás de ti y Piedra, y dejó a la banda mientras promocionaban el disco El silencio (1992), para dedicarse a ser ejecutivo en una disquera.

El salto de los escenarios al escritorio fue más afortunado de lo que muchos pensaban. Herrera demostró tener un olfato bien desarrollado para cazar talentos para la empresa donde trabajó (BMG), y el mejor ejemplo lo dio cuando contrató a una entonces nobel Julieta Venegas. A la par siguió desarrollando pequeños proyectos de jazz y colaborando en bandas sonoras para el cine.

Tras años de retiro musical, Diego se encontró a Saúl en una playa de Ciudad del Carmen mientras ambos vacacionaban con sus respectivas familias. Tras una rápida plática sobre los viejos tiempos, Hernández invitó a Herrera a sumarse al proyecto de Jaguares (donde ya estaba Alfonso André y donde anteriormente había participado como productor Sabo Romo), tras dudarlo un poco por sentirse oxidado, el tecladista aceptó y el resto es historia, pues ahora Caifanes camina de nuevo.

''Yo siempre he dicho que tuvimos nuestras broncas, pero lo que vivimos juntos en la relación va más allá de cualquier bronca.''


SaboRomo

El llamado “mejor bajista de América Latina” nació en el Distrito Federal (aunque ha pasado la mayor parte de su vida viajando de ciudad en ciudad exponiendo sus diversos proyectos sonoros), y es el músico que a la larga ha terminado por definir a Caifanes, banda de la que fue fundador y el primero en salirse por diferencias creativas.

Siempre con sus lentes y una larga cola en el cabello, el bajo de Sabo Romo sonó igual para Caifanes que con Los Finger (su proyecto más reciente, con el que visitó la Feria Internacional de la Música de Guadalajara este año) y Rostros Ocultos.

Justamente con los Rostros y en Guadalajara, Romo vivió una de las experiencias más duras de su vida el año pasado. El bajista sufrió un ataque cardiaco en febrero de 2010 mientras ensayaba para una colaboración que haría con el grupo encabezado por Cala y que lo llevó al borde de la muerte.

Afortunadamente logró superar la terapia intensiva, recuperarse de forma satisfactoria y como buen Caifán regresa “con la pila cargada al máximo” (como él lo dijo) para subir al escenario con sus viejos amigos: Saúl, Alejandro, Diego y Alfonso.

''El reencuentro lo veo como una gira de amor y de agradecimiento para nosotros y para toda esa gente que no permitió que en todos estos años los Caifanes se fueran.''


AlejandroMarcovich

Argentino de nacimiento pero mexicano por naturalización y pasión, Alejandro Marcovich representó la otra mitad creativa de Caifanes y un rival en dicho rubro para Saúl Hernández, en una relación explosiva que lo mismo llevó a la banda al éxito que terminó  por desintegrarla.

Considerado como uno de los mejores guitarristas de la fauna roquera mexicana, Marcovich le imprimió al grupo un sello irrepetible, donde las notas de su guitarra se fundían con instrumentos prehispánicos en una fórmula que completaba la voz de Saúl Hernández.

Tras la disolución del grupo en 1995, el músico se dedicó trabajar como productor y arreglista de varios conjuntos, entre ellos Santa Sabina, Los amantes de Lola, Kenny & Los eléctricos y hasta Celso Piña, además de participar en las bandas sonoras de varias películas, entre las que destacan ¿Quién diablos es Juliette? y ¿Cómo no te voy a querer?

El 10 de junio de 2010 el incansable Marcovich descubrió que tenía un tumor en el cerebro. La complicada operación fue exitosa y terminó restaurando no sólo su salud, sino su relación con Hernández, fracturada por más de una década.

El acercamiento entre ambos creativos terminó con la reunión de los cinco músicos originales y la resurrección de Caifanes.

''Creo que Caifanes todavía tiene muchas cosas que contar y música que ofrecer. Volver a tocar estas canciones hace correr un impulso eléctrico por mis manos.''


AlfonsoAndré

El escudero de Saúl Hernández en cada proyecto que ha emprendido y uno de los más comprometidos con Caifanes mientras existió, Alfonso André puso su talento en la batería al servicio del grupo leyenda.

Aunque también ha hecho gala de su carácter cuando ha sido necesario, lo cierto es que Alfonso apostó más por la conciliación que por la confrontación para poner una solución entre Saúl y Alejandro.

Además de Caifanes y Jaguares, André también tomó parte en otro proyecto de culto para el rock mexicano: La Barranca, con quienes desplegó un estilo suelto y lleno de energía, además de demostrar que está dispuesto a escribir su propia historia, al lanzar su primera producción como solista, titulada Cerro al aire, en la que intervino el músico Paco Huidobro, así como su esposa, la artista Cecilia Toussaint.

Acostumbrado a los vaivenes en el carácter de sus compañeros, Alfonso André reconoce que no están haciendo muchos planes a futuro después de la gira, y por ahora se siente más que satisfecho con saltar al escenario y darse cuenta que la magia del grupo sigue intacta.

''Desde el primer ensayo supimos que ahí estaba todavía la magia de Caifanes, y desde las primeras notas parecía como si hubiéramos dejado de tocar hace una semana.''

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