Entretenimiento
Creatividad que busca pantalla
Roberto Fiesco considera que el trabajo de los realizadores en México requiere más apoyo
GUADALAJARA, JALISCO (09/JUL/2013).- El documental mexicano vive su mejor momento, sin duda. Pero lo vive sin una pantalla donde pueda ser reflejado. Esa es la conclusión de Roberto Fiesco, documentalista, productor y amante del Séptimo Arte, quien en los últimos años ha pugnado por hacer un cine diferente, retador, que mueva conciencias y logre despertar la reflexión en los espectadores.
Metódico, apasionado tanto por la creación de historias como por retratar la realidad sin matices, sería difícil entender el cine “independiente” mexicano (ese que gana premios), sin la mano de Roberto Fiesco, cuya labor como productor le ha reportado los mayores aplausos de la crítica, gracias cintas como ''Todo el mundo tiene a alguien menos yo'', ''Flor de fango'', ''Rabioso Sol, rabioso cielo'' y ''Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor''.
Aunque la producción es una de sus pasiones en el cine, no es la única. También le gusta dirigir, y el ejemplo más reciente es ''Quebranto'', proyecto que ganó el Premio Especial del Jurado Iberoamericano en la edición más reciente del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
''Quebranto'' retrata la vida de Fernando García, un actor que alcanzó fama en su infancia en los años sesenta y que, tras haber aceptado su homosexualidad y vivir como travesti, sigue buscando la fama en los círculos artísticos del Distrito Federal. El documental forma parte de Ambulante Gira de Documentales, “que es una iniciativa afortunada”, considera Fiesco, “porque permite que estos trabajos lleguen a muchas plazas donde no llegarían de otra forma”.
Lleno de proyectos, a veces como guionista, otras como productor y algunas más tras la cámara, Fiesco hace un diagnóstico sobre la salud de la que goza el cine nacional, y reconoce que el momento más complicado que enfrenta un documentalista “siempre es en el que no sabe cuándo dejar de filmar”.
—¿Cuál es el estado de salud que guarda el documental en México en estos momentos?
—Creo que es un campo de expresión más fértil, mejor desarrollado, y a veces con mejor salud que la ficción. Hoy tenemos mejores documentalistas que directores de ficción, eso lo afirmo sin duda. Están Everardo González, Mercedes Moncada, Tatiana Huezo. Cada año vemos uno, dos o hasta tres grandes documentales en festivales. Es una relación proporcional muy buena, comparada con la ficción, donde a veces no vemos una decente.
—Durante muchos años se acusó al género de haber caído en una fórmula, o ser solamente educativo, ¿qué tanto ha cambiado eso?
—Hay una enorme libertad ahora. El documental hoy va mucho más allá de los géneros, va mucho más allá de algo fijo, de algo estático. Eso es lo que lo hace fascinante. Además de que te permite esa posibilidad de grabar, levantar imágenes, experimentar, crear un montaje.
—Esa libertad al momento de rodar, ¿no se encuentra en la ficción?
—No, no te la da, porque enfrentar un rodaje es mucho más estructurado, con vías más claras, donde tienes que filmar tantas secuencias al día. Aquí (en el género documental) no, los equipos de rodaje son mucho más pequeños, y la libertad de aproximación es mucho más amplia. Y creo que por eso muchos estamos en el documental.
—Todo eso es el lado “positivo” del documental, pero, ¿qué sucede con su exhibición?
—Desafortunadamente, las posibilidades de distribución siguen siendo excepcionalmente limitadas. Son pocos los documentales que llegan a las salas, es cierto, y los que llegan no enfrentan un buen escenario. Allí está el caso de Everardo González con ''Cuates de Australia'', quizás la mejor película de 2013 que, sin embargo, la exhibición mató, y que tuvo además una mala estrategia de distribución, que acabó por cerrarle muchas puertas para llegar a un público que de seguro le hubiera fascinado.
—¿Existe una solución o una idea para revertir esta “falta de pantalla”?
—Debe llegar, ya sea por la televisión, por el cine, o al menos en DVD. Es una pena que vas a una tienda, preguntas por el documental mexicano, y si acaso te encuentras con cinco títulos, siempre de autor. Creo que allí hay algo que hay que cambiar, debe hacerse una política pública, pero también un esfuerzo por realizadores para darle la vuelta a este problema.
—Hablando de “ver” los documentales, ¿te gusta ver los tuyos o prefieres no hacerlo por encontrarles detalles?
—''Quebranto lo vi una vez'', con la gente de Ambulante, cuando recién estaba terminada. Después, nunca la he vuelto a ver. No la quiero ver completa, la verdad (risas), no porque no me guste, pero al final siempre hay una sensación de desnudez frente a la gente que la ve. Cierto que yo no estoy a cuadro, pero lo que sale son cosas en las que uno cree, las que vives o te afectan emocionalmente. Son las cosas en las que creo, el mundo que me interesa.
EL DVD
Filmografía selecta
> Quebranto (2013,
director)
> Asalto al cine (2011, productor)
> Martín al amanecer (2010, productor)
> La transformación del cine en música (2009, director)
> Partes usadas (2007, productor)
Metódico, apasionado tanto por la creación de historias como por retratar la realidad sin matices, sería difícil entender el cine “independiente” mexicano (ese que gana premios), sin la mano de Roberto Fiesco, cuya labor como productor le ha reportado los mayores aplausos de la crítica, gracias cintas como ''Todo el mundo tiene a alguien menos yo'', ''Flor de fango'', ''Rabioso Sol, rabioso cielo'' y ''Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor''.
Aunque la producción es una de sus pasiones en el cine, no es la única. También le gusta dirigir, y el ejemplo más reciente es ''Quebranto'', proyecto que ganó el Premio Especial del Jurado Iberoamericano en la edición más reciente del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
''Quebranto'' retrata la vida de Fernando García, un actor que alcanzó fama en su infancia en los años sesenta y que, tras haber aceptado su homosexualidad y vivir como travesti, sigue buscando la fama en los círculos artísticos del Distrito Federal. El documental forma parte de Ambulante Gira de Documentales, “que es una iniciativa afortunada”, considera Fiesco, “porque permite que estos trabajos lleguen a muchas plazas donde no llegarían de otra forma”.
Lleno de proyectos, a veces como guionista, otras como productor y algunas más tras la cámara, Fiesco hace un diagnóstico sobre la salud de la que goza el cine nacional, y reconoce que el momento más complicado que enfrenta un documentalista “siempre es en el que no sabe cuándo dejar de filmar”.
—¿Cuál es el estado de salud que guarda el documental en México en estos momentos?
—Creo que es un campo de expresión más fértil, mejor desarrollado, y a veces con mejor salud que la ficción. Hoy tenemos mejores documentalistas que directores de ficción, eso lo afirmo sin duda. Están Everardo González, Mercedes Moncada, Tatiana Huezo. Cada año vemos uno, dos o hasta tres grandes documentales en festivales. Es una relación proporcional muy buena, comparada con la ficción, donde a veces no vemos una decente.
—Durante muchos años se acusó al género de haber caído en una fórmula, o ser solamente educativo, ¿qué tanto ha cambiado eso?
—Hay una enorme libertad ahora. El documental hoy va mucho más allá de los géneros, va mucho más allá de algo fijo, de algo estático. Eso es lo que lo hace fascinante. Además de que te permite esa posibilidad de grabar, levantar imágenes, experimentar, crear un montaje.
—Esa libertad al momento de rodar, ¿no se encuentra en la ficción?
—No, no te la da, porque enfrentar un rodaje es mucho más estructurado, con vías más claras, donde tienes que filmar tantas secuencias al día. Aquí (en el género documental) no, los equipos de rodaje son mucho más pequeños, y la libertad de aproximación es mucho más amplia. Y creo que por eso muchos estamos en el documental.
—Todo eso es el lado “positivo” del documental, pero, ¿qué sucede con su exhibición?
—Desafortunadamente, las posibilidades de distribución siguen siendo excepcionalmente limitadas. Son pocos los documentales que llegan a las salas, es cierto, y los que llegan no enfrentan un buen escenario. Allí está el caso de Everardo González con ''Cuates de Australia'', quizás la mejor película de 2013 que, sin embargo, la exhibición mató, y que tuvo además una mala estrategia de distribución, que acabó por cerrarle muchas puertas para llegar a un público que de seguro le hubiera fascinado.
—¿Existe una solución o una idea para revertir esta “falta de pantalla”?
—Debe llegar, ya sea por la televisión, por el cine, o al menos en DVD. Es una pena que vas a una tienda, preguntas por el documental mexicano, y si acaso te encuentras con cinco títulos, siempre de autor. Creo que allí hay algo que hay que cambiar, debe hacerse una política pública, pero también un esfuerzo por realizadores para darle la vuelta a este problema.
—Hablando de “ver” los documentales, ¿te gusta ver los tuyos o prefieres no hacerlo por encontrarles detalles?
—''Quebranto lo vi una vez'', con la gente de Ambulante, cuando recién estaba terminada. Después, nunca la he vuelto a ver. No la quiero ver completa, la verdad (risas), no porque no me guste, pero al final siempre hay una sensación de desnudez frente a la gente que la ve. Cierto que yo no estoy a cuadro, pero lo que sale son cosas en las que uno cree, las que vives o te afectan emocionalmente. Son las cosas en las que creo, el mundo que me interesa.
EL DVD
Filmografía selecta
> Quebranto (2013,
director)
> Asalto al cine (2011, productor)
> Martín al amanecer (2010, productor)
> La transformación del cine en música (2009, director)
> Partes usadas (2007, productor)