Entretenimiento
Alex de la Iglesia y su cinta más arriesgada
Notable resulta la mezcla de imágenes reales con ficción y las referencias históricas
VENECIA, ITALIA (09/SEP/2010).- El descabellado filme Balada triste de trompeta del español Alex de la Iglesia sacudió La Mostra de Venecia con un retrato extravagante sobre el franquismo y las dos Españas que enfrían el corazón.
La película, la única española que compite por el León de Oro, coloca al espectador en 1937, en plena Guerra Civil Española, para iniciar un repaso original de la historia reciente de España a través de dos payasos desfigurados, Javier y Sergio, el triste y el jovial, que se combaten a muerte por el amor de una acróbata. “Es una historia de amor, de amor salvaje, de horror y humor”, la describió de la Iglesia durante una conferencia de prensa.
La cinta es una metáfora de las dos Españas, y como en la poesía de Antonio Machado, hiela el corazón gracias al empleo de todos los géneros cinematográficos y las secuencias disparatadas, cercanas al estilo pulp.
El autor de filmes tales como La comunidad (2000) y El día de la bestia (1995), seguramente convecerá con su obra al presidente del jurado, Quentin Tarantino, con sus escenas excesivas, grotescas, apabullantes. “Es la película más arriesgada que he realizado y de la que estoy más orgulloso”, aseguró el realizador español.
La parodia del horror, con los personajes del circo como telón de fondo y payasos transformados en monstruos entre elefantes y enanos llega hasta a la década de los años setenta, poco antes del final del franquismo.
La violencia prevalece en la memoria
“Tenemos un pasado terriblemente doloroso que condiciona el presente”, reconoció de la Iglesia, quien adereza la cinta con horrendas y a la vez sarcásticas escenas de violencia y venganza. “La sensación que tengo de ese pasado es la violencia, la vivíamos como algo normal, natural”, recuerda.
Notable resulta la mezcla de imágenes reales con ficción y las referencias históricas: el atentado en 1973 contra presidente de Gobierno Luis Carrero Blanco, las baladas cantadas por el entonces célebre Raphael y los inicios de los programas de variedad televisivos.
La irreverente y fuerte escena en la que el protagonista (Carlos Areces) tratado como un perro de cacería muerde al general Francisco Franco se suma a la lista de alucinaciones, sueños y pesadillas que el realizador ha creado “para exorcizar un dolor en el alma que no quiere irse, confesó.
Balada triste de trompeta, que será estrenada en España en diciembre, cuenta además con Carolina Bang, Antonio de la Torre y Fernando Guillen Cuervo en el reparto y concursa junto con otras 23 películas en la sección oficial.
La película, la única española que compite por el León de Oro, coloca al espectador en 1937, en plena Guerra Civil Española, para iniciar un repaso original de la historia reciente de España a través de dos payasos desfigurados, Javier y Sergio, el triste y el jovial, que se combaten a muerte por el amor de una acróbata. “Es una historia de amor, de amor salvaje, de horror y humor”, la describió de la Iglesia durante una conferencia de prensa.
La cinta es una metáfora de las dos Españas, y como en la poesía de Antonio Machado, hiela el corazón gracias al empleo de todos los géneros cinematográficos y las secuencias disparatadas, cercanas al estilo pulp.
El autor de filmes tales como La comunidad (2000) y El día de la bestia (1995), seguramente convecerá con su obra al presidente del jurado, Quentin Tarantino, con sus escenas excesivas, grotescas, apabullantes. “Es la película más arriesgada que he realizado y de la que estoy más orgulloso”, aseguró el realizador español.
La parodia del horror, con los personajes del circo como telón de fondo y payasos transformados en monstruos entre elefantes y enanos llega hasta a la década de los años setenta, poco antes del final del franquismo.
La violencia prevalece en la memoria
“Tenemos un pasado terriblemente doloroso que condiciona el presente”, reconoció de la Iglesia, quien adereza la cinta con horrendas y a la vez sarcásticas escenas de violencia y venganza. “La sensación que tengo de ese pasado es la violencia, la vivíamos como algo normal, natural”, recuerda.
Notable resulta la mezcla de imágenes reales con ficción y las referencias históricas: el atentado en 1973 contra presidente de Gobierno Luis Carrero Blanco, las baladas cantadas por el entonces célebre Raphael y los inicios de los programas de variedad televisivos.
La irreverente y fuerte escena en la que el protagonista (Carlos Areces) tratado como un perro de cacería muerde al general Francisco Franco se suma a la lista de alucinaciones, sueños y pesadillas que el realizador ha creado “para exorcizar un dolor en el alma que no quiere irse, confesó.
Balada triste de trompeta, que será estrenada en España en diciembre, cuenta además con Carolina Bang, Antonio de la Torre y Fernando Guillen Cuervo en el reparto y concursa junto con otras 23 películas en la sección oficial.