Economía
Piden a zona euro más esfuerzo antes de cumbre para el crecimiento
La posibilidad de que Grecia salga del euro y de que España no tenga más remedio que pedir ayuda para re capitalizar su banca revolucionó la agenda europea
BRUSELAS, BÉLGICA (22/MAY/2012).- La zona euro tiene que "hacer un mayor esfuerzo" para estimular el crecimiento, exhortó el martes la jefa del FMI, un día antes de una cumbre europea que debatirá medidas para sacar al continente de una crisis que, según la OCDE, amenaza la reactivación económica mundial.
Esa cumbre era esperada con optimismo por los mercados, con fuertes subidas en las bolsas, pese a las desavenencias sobre la posibilidad de emitir eurobonos apoyada por Francia pero rechazada por Alemania.
"Hay que hacer más para respaldar el crecimiento, en particular mediante reformas estructurales" y no solamente mediante las reformas estructurales sugeridas a países como España e Italia, declaró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una rueda de prensa en Londres.
Un pedido más que oportuno. La posibilidad de que Grecia salga del euro y de que España no tenga más remedio que pedir ayuda para recapitalizar su banca revolucionó la agenda europea y ambos temas se colarán en la cumbre informal de los Veintisiete jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE).
La cumbre estaba inicialmente dedicada a orientar el foco de las políticas oficiales hacia el crecimiento, y no sólo hacia los ajustes aplicados para equilibrar las cuentas públicas, que según muchos economistas están agravando la recesión.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con sede en París), advirtió que la crisis de la zona euro (formada por 17 de los 27 países de la UE) "se agravó recientemente y sigue representando la principal fuente de riesgo para la economía mundial".
"Existe un riesgo creciente de círculo vicioso entre el creciente costo de las deudas soberanas, la debilidad de los sistemas bancarios, el exceso de consolidación fiscal y el bajo crecimiento", alertó el economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan.
La solvencia de la banca española se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza de los responsables europeos y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, deberá despejar esas dudas en la cena del miércoles.
Los bancos españoles prestaron cantidades colosales de dinero antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y cargan actualmente con 184 mil millones de euros en créditos de dudoso reembolso, así como con edificios y terrenos confiscados en un mercado devaluado. En total, un 60% de su cartera.
Las perspectivas para España, cuarta economía de la Eurozona, "siguen siendo malas y corren el riesgo de empeorar", dice la OCDE.
Para salir del círculo vicioso, España tiene que "perseverar en las políticas en las que está trabajando (...) y hacerse de los apoyos, de la capacidad de fuego, de los socios europeos", declaró a la AFP el secretario general de la OCDE, el mexicano Angel Gurría.
Pero España de momento descarta pedir ayuda y apunta sobre todo a que el Banco Central Europeo (BCE) inyecte más liquidez y compre deuda de los países que cumplen con la austeridad.
Los líderes europeos debatirán medidas como la emisión de eurobonos, impulsada por el nuevo presidente francés, el socialista Francois Hollande, quien hará su estreno en una cumbre de la UE. Pero Alemania, primera economía de la eurozona y mayor contribuyente europea, rechazó ese proyecto.
"Es nuestra posición firme y será la misma en (la cumbre europea de) junio", dijo una fuente alemana. "No es una cuestión nueva, creemos que es el camino equivocado", añadió este responsable al referirse a ese instrumento de financiación de deuda, que tendría una tasa de interés única para todos los países de la zona euro.
La cumbre se da en un marco de presiones crecientes para que Alemania, principal potencia económica del bloque, flexibilice sus posiciones.
La jefa del gobierno germano, Angela Merkel, se dijo sorprendida por las críticas.
El debate sobre las medidas "da a veces la impresión de que para nosotros ahorrar es un placer en sí mismo", dijo la canciller en Berlín. "Pero se trata simplemente de no gastar más de lo que se ingresa, es sorprendente que una cosa tan simple genere tantos debates", añadió.
Las respuestas que se den a esos temas pueden ser determinantes en la permanencia de Grecia en la Eurozona.
A Europa le preocupa que los partidos que apoyan el plan de ajuste griego, exigido a cambio del rescate acordado por la UE y el FMI, no obtengan mayoría suficiente para formar Gobierno en las elecciones del 17 de junio, convocadas precisamente por el bloqueo al que se llegó tras los comicios del 6 de mayo.
Una salida de Grecia de la Eurozona provocaría un contagio de la crisis de la deuda de una amplitud "imprevisible" y Francia quiere "hacer todo" para evitar ese escenario, declaró el ministro de Economía y Finanzas francés, Pierre Moscovici, entrevistado por la AFP.
El líder de la izquierda radical griega, Alexis Tsipras, cuyo partido Syriza se convirtió en el segundo más votado en los comicios del 6 de mayo, dijo este martes en Berlín que es favorable a la permanencia de su país en la unión monetaria, aunque se oponga a los ajustes.
"Votar a la izquierda no quiere decir que vayamos a salir del euro, sino todo lo contrario, significa que vamos a permanecer en el euro", declaró.
Esa cumbre era esperada con optimismo por los mercados, con fuertes subidas en las bolsas, pese a las desavenencias sobre la posibilidad de emitir eurobonos apoyada por Francia pero rechazada por Alemania.
"Hay que hacer más para respaldar el crecimiento, en particular mediante reformas estructurales" y no solamente mediante las reformas estructurales sugeridas a países como España e Italia, declaró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una rueda de prensa en Londres.
Un pedido más que oportuno. La posibilidad de que Grecia salga del euro y de que España no tenga más remedio que pedir ayuda para recapitalizar su banca revolucionó la agenda europea y ambos temas se colarán en la cumbre informal de los Veintisiete jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE).
La cumbre estaba inicialmente dedicada a orientar el foco de las políticas oficiales hacia el crecimiento, y no sólo hacia los ajustes aplicados para equilibrar las cuentas públicas, que según muchos economistas están agravando la recesión.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con sede en París), advirtió que la crisis de la zona euro (formada por 17 de los 27 países de la UE) "se agravó recientemente y sigue representando la principal fuente de riesgo para la economía mundial".
"Existe un riesgo creciente de círculo vicioso entre el creciente costo de las deudas soberanas, la debilidad de los sistemas bancarios, el exceso de consolidación fiscal y el bajo crecimiento", alertó el economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan.
La solvencia de la banca española se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza de los responsables europeos y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, deberá despejar esas dudas en la cena del miércoles.
Los bancos españoles prestaron cantidades colosales de dinero antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y cargan actualmente con 184 mil millones de euros en créditos de dudoso reembolso, así como con edificios y terrenos confiscados en un mercado devaluado. En total, un 60% de su cartera.
Las perspectivas para España, cuarta economía de la Eurozona, "siguen siendo malas y corren el riesgo de empeorar", dice la OCDE.
Para salir del círculo vicioso, España tiene que "perseverar en las políticas en las que está trabajando (...) y hacerse de los apoyos, de la capacidad de fuego, de los socios europeos", declaró a la AFP el secretario general de la OCDE, el mexicano Angel Gurría.
Pero España de momento descarta pedir ayuda y apunta sobre todo a que el Banco Central Europeo (BCE) inyecte más liquidez y compre deuda de los países que cumplen con la austeridad.
Los líderes europeos debatirán medidas como la emisión de eurobonos, impulsada por el nuevo presidente francés, el socialista Francois Hollande, quien hará su estreno en una cumbre de la UE. Pero Alemania, primera economía de la eurozona y mayor contribuyente europea, rechazó ese proyecto.
"Es nuestra posición firme y será la misma en (la cumbre europea de) junio", dijo una fuente alemana. "No es una cuestión nueva, creemos que es el camino equivocado", añadió este responsable al referirse a ese instrumento de financiación de deuda, que tendría una tasa de interés única para todos los países de la zona euro.
La cumbre se da en un marco de presiones crecientes para que Alemania, principal potencia económica del bloque, flexibilice sus posiciones.
La jefa del gobierno germano, Angela Merkel, se dijo sorprendida por las críticas.
El debate sobre las medidas "da a veces la impresión de que para nosotros ahorrar es un placer en sí mismo", dijo la canciller en Berlín. "Pero se trata simplemente de no gastar más de lo que se ingresa, es sorprendente que una cosa tan simple genere tantos debates", añadió.
Las respuestas que se den a esos temas pueden ser determinantes en la permanencia de Grecia en la Eurozona.
A Europa le preocupa que los partidos que apoyan el plan de ajuste griego, exigido a cambio del rescate acordado por la UE y el FMI, no obtengan mayoría suficiente para formar Gobierno en las elecciones del 17 de junio, convocadas precisamente por el bloqueo al que se llegó tras los comicios del 6 de mayo.
Una salida de Grecia de la Eurozona provocaría un contagio de la crisis de la deuda de una amplitud "imprevisible" y Francia quiere "hacer todo" para evitar ese escenario, declaró el ministro de Economía y Finanzas francés, Pierre Moscovici, entrevistado por la AFP.
El líder de la izquierda radical griega, Alexis Tsipras, cuyo partido Syriza se convirtió en el segundo más votado en los comicios del 6 de mayo, dijo este martes en Berlín que es favorable a la permanencia de su país en la unión monetaria, aunque se oponga a los ajustes.
"Votar a la izquierda no quiere decir que vayamos a salir del euro, sino todo lo contrario, significa que vamos a permanecer en el euro", declaró.