Deportes
El dolor del Periférico
La calma llegó a unos carriles
GUADALAJARA, JALISCO (13/OCT/2011).- Los hijos del Periférico estaban listos para la invasión largamente anunciada. Habían logrado el acopio de horas de paciencia e interminables espacios de tolerancia. Los claxon fueron silenciados y las bocas educadas.
El pesimismo cundía a pesar de que también eran partícipes de la Fiesta de América. Los medios de comunicación pronosticaron durante mucho tiempo el desborde de la vía Lázaro Cárdenas a favor de los carriles panamericanos y su consecuente desagüe de miles de vehículos en el Periférico, que apenas había alcanzado la movilidad satisfactoria según aquellos que lo transitan diariamente de Tlajomulco a la gran Guadalajara. Otra noticia acrecentaba la desesperanza: También en el Periférico había Carril Panamericano a partir de avenida Guadalupe. Los augurios eran pésimos.
Pero no. Los invasores, o no aparecieron, o simplemente se levantaron más temprano. Quizá desconfiaron de alguna hipotética hostilidad de parte de los hijos del Periférico. El caso es que los trayectos se cumplieron en el tiempo normal y hubo aquellos, más quisquillosos en estos menesteres, que con cronómetro en mano comprobaron que llegaron más rápido a sus destinos aunque fuera cosa de algunos minutos.
Los hijos del periférico, cuyo árbol genealógico indica cierta descendencia de la Casa Alfaro, aún no cantan victoria. Pasaron cuatro días de carril panamericano y la normalidad sigue instalada como si nada. Pero con el silbatazo inicial de los Juegos aún aguardan por esa invasión. Saben incluso que este viernes intentar transitar por todo su periférico será una locura. Se mantienen alertas, pero de a poco, el pesimismo se va junto con los peores augurios no cumplidos de Jova.
El pesimismo cundía a pesar de que también eran partícipes de la Fiesta de América. Los medios de comunicación pronosticaron durante mucho tiempo el desborde de la vía Lázaro Cárdenas a favor de los carriles panamericanos y su consecuente desagüe de miles de vehículos en el Periférico, que apenas había alcanzado la movilidad satisfactoria según aquellos que lo transitan diariamente de Tlajomulco a la gran Guadalajara. Otra noticia acrecentaba la desesperanza: También en el Periférico había Carril Panamericano a partir de avenida Guadalupe. Los augurios eran pésimos.
Pero no. Los invasores, o no aparecieron, o simplemente se levantaron más temprano. Quizá desconfiaron de alguna hipotética hostilidad de parte de los hijos del Periférico. El caso es que los trayectos se cumplieron en el tiempo normal y hubo aquellos, más quisquillosos en estos menesteres, que con cronómetro en mano comprobaron que llegaron más rápido a sus destinos aunque fuera cosa de algunos minutos.
Los hijos del periférico, cuyo árbol genealógico indica cierta descendencia de la Casa Alfaro, aún no cantan victoria. Pasaron cuatro días de carril panamericano y la normalidad sigue instalada como si nada. Pero con el silbatazo inicial de los Juegos aún aguardan por esa invasión. Saben incluso que este viernes intentar transitar por todo su periférico será una locura. Se mantienen alertas, pero de a poco, el pesimismo se va junto con los peores augurios no cumplidos de Jova.