Deportes
* Talento mexicano
A propósito por Jaime García Elías
Una buena: el Deportivo La Coruña busca talentos en el futbol mexicano.
Y una mala: difícilmente los va a encontrar.
*
Miguel Ángel Lotina, técnico del “Dépor”, reveló que su presidente, Augusto César Londoiro, mueve los hilos con esa intención. En vista del éxito obtenido en la contratación de Andrés Guardado, quien se adaptó a la perfección y se ha convertido en referente --como ahora se estila decir-- del equipo, se encomendó a los agentes vinculados con la institución, buscar en México (esa fue la consigna... aunque no necesariamente con esas palabras) jugadores que puedan clasificarse con las consabidas tres B: buenos, bonitos y baratos. (Sobre todo esto último: baratos).
Los “scouts” de Londoiro le recomendarán, si son honestos, que no se engañe; que no se haga demasiadas ilusiones. Le dirán que futbolistas como Guardado no se dan en maceta... ni siquiera en México. Le harán entender que si ya una vez tuvo la fortuna de encontrarse tirado el billete premiado con el “gordo” de la lotería, no debe esperar que esa historia vaya a repetirse todos los días.
*
Ya es ganancia, con respecto a los tiempos en que no salía un jugador mexicano con calidad de exportación ni para remedio (Hugo Sánchez sería la excepción que confirma la regla), que en los últimos años hayan surgido, además de Guardado, los hermanos Giovani y Jonathan dos Santos... aunque éstos aún no pasan de promesas a realidades.
Además de la feliz experiencia de haberse llevado a Guardado, porque a los buscadores de equipos europeos de más jerarquía se les durmió el gallo, el “Dépor” tuvo la frustración de haberse llevado a Omar Bravo... con los escuálidos resultados que constan en actas.
*
Ahora, según dicen, Édgar Pacheco está en la mira.
El joven volante del Atlas tuvo ya algún llamado a la Selección. Si al final de la historia no consiguió plaza en el elenco de invitados a la primera fase de la concentración previa al Mundial, fue, casi seguramente, porque Javier Aguirre estimó que, aunque tiene futbol --eso salta a la vista--, aún le falta en otros aspectos (carácter, temperamento, personalidad...) para dar el kilo.
Así que, aunque a golpe de vista pudiera advertir indicios, será mejor, para que después no se lamente (o “se la mente”...), que Londoiro entienda que “no todo el monte --en México, al menos-- es orégano”.
Y una mala: difícilmente los va a encontrar.
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Miguel Ángel Lotina, técnico del “Dépor”, reveló que su presidente, Augusto César Londoiro, mueve los hilos con esa intención. En vista del éxito obtenido en la contratación de Andrés Guardado, quien se adaptó a la perfección y se ha convertido en referente --como ahora se estila decir-- del equipo, se encomendó a los agentes vinculados con la institución, buscar en México (esa fue la consigna... aunque no necesariamente con esas palabras) jugadores que puedan clasificarse con las consabidas tres B: buenos, bonitos y baratos. (Sobre todo esto último: baratos).
Los “scouts” de Londoiro le recomendarán, si son honestos, que no se engañe; que no se haga demasiadas ilusiones. Le dirán que futbolistas como Guardado no se dan en maceta... ni siquiera en México. Le harán entender que si ya una vez tuvo la fortuna de encontrarse tirado el billete premiado con el “gordo” de la lotería, no debe esperar que esa historia vaya a repetirse todos los días.
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Ya es ganancia, con respecto a los tiempos en que no salía un jugador mexicano con calidad de exportación ni para remedio (Hugo Sánchez sería la excepción que confirma la regla), que en los últimos años hayan surgido, además de Guardado, los hermanos Giovani y Jonathan dos Santos... aunque éstos aún no pasan de promesas a realidades.
Además de la feliz experiencia de haberse llevado a Guardado, porque a los buscadores de equipos europeos de más jerarquía se les durmió el gallo, el “Dépor” tuvo la frustración de haberse llevado a Omar Bravo... con los escuálidos resultados que constan en actas.
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Ahora, según dicen, Édgar Pacheco está en la mira.
El joven volante del Atlas tuvo ya algún llamado a la Selección. Si al final de la historia no consiguió plaza en el elenco de invitados a la primera fase de la concentración previa al Mundial, fue, casi seguramente, porque Javier Aguirre estimó que, aunque tiene futbol --eso salta a la vista--, aún le falta en otros aspectos (carácter, temperamento, personalidad...) para dar el kilo.
Así que, aunque a golpe de vista pudiera advertir indicios, será mejor, para que después no se lamente (o “se la mente”...), que Londoiro entienda que “no todo el monte --en México, al menos-- es orégano”.