Deportes
* “Manoseo”
A propósito por Jaime García Elías
Se aduce que los jóvenes que Javier Aguirre llamó a la Selección Nacional para el partido amistoso del martes próximo ante Colombia, en Dallas, carecen de historial. Se infiere, por lo consiguiente, que carecen de merecimientos para semejante distinción. Se concluye --remate del silogismo--, pues, que el “Vasco”, a semejanza de algunos de sus antecesores cuando han abierto las puertas a algunos prospectos, “está manoseando jugadores” y “abaratando a la Selección”.
Bueno...
*
Quizá no estaría de más, una de dos: o tratar de pensar, por un minuto, en todos los aspectos que tiene que considerar un técnico nacional..., o, para no someter a las neuronas --“if any”, dijo alguien-- a un esfuerzo tan brutal, preguntárselo al propio Javier.
En uno u otro caso, al confeccionar una lista de seleccionados nacionales tienen que ponerse varios elementos sobre la mesa: 1) la naturaleza del compromiso en puerta; 2) la jerarquía del adversario en turno; 3) el principal valor de uso que puede tener ese encuentro; 4) la posible interferencia de ese cotejo con la competencia doméstica; 5) la eventual conveniencia de convocar a jugadores que empiezan a sobresalir y que apuntan, a mediano plazo, como candidatos a seleccionados; 5) la pertinencia de tener una “lista de espera” para cuando sea necesario, conveniente y aun imperativo depurar el rol de los consabidos; después de todo, una de las pocas cosas de que podemos tener certeza en este mundo, es de que el tiempo no perdona.
*
Así, aunque pueda parecer prematuro convocar a Jonathan dos Santos, porque de momento es apenas un prospecto en el Barcelona, sería necio negar, a priori, que quizás un prospecto del Barcelona resulte más interesante, más atractivo, pongamos por caso, que un consagrado del Pachuca, del Monterrey o del equipo mexicano que usted quiera. Y aunque pueda parecer ilógico llamar a Omar Arellano --otro ejemplo--, por la inconsistencia que le ha impedido consolidarse como titular --y no digamos ya consagrarse como figura-- en el Guadalajara, habrá que reconocer que es sensato ganar tiempo.
Así, cuando uno u otro (o, idealmente, uno y otro) cuajen como profesionales del futbol, el técnico nacional tendrá la ventaja de haber trabajado con ellos y de tener, por ende, una idea bastante clara de lo que puede esperarse de ellos como futbolistas (que es muy importante)... y como personas (algo más importante todavía).
Bueno...
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Quizá no estaría de más, una de dos: o tratar de pensar, por un minuto, en todos los aspectos que tiene que considerar un técnico nacional..., o, para no someter a las neuronas --“if any”, dijo alguien-- a un esfuerzo tan brutal, preguntárselo al propio Javier.
En uno u otro caso, al confeccionar una lista de seleccionados nacionales tienen que ponerse varios elementos sobre la mesa: 1) la naturaleza del compromiso en puerta; 2) la jerarquía del adversario en turno; 3) el principal valor de uso que puede tener ese encuentro; 4) la posible interferencia de ese cotejo con la competencia doméstica; 5) la eventual conveniencia de convocar a jugadores que empiezan a sobresalir y que apuntan, a mediano plazo, como candidatos a seleccionados; 5) la pertinencia de tener una “lista de espera” para cuando sea necesario, conveniente y aun imperativo depurar el rol de los consabidos; después de todo, una de las pocas cosas de que podemos tener certeza en este mundo, es de que el tiempo no perdona.
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Así, aunque pueda parecer prematuro convocar a Jonathan dos Santos, porque de momento es apenas un prospecto en el Barcelona, sería necio negar, a priori, que quizás un prospecto del Barcelona resulte más interesante, más atractivo, pongamos por caso, que un consagrado del Pachuca, del Monterrey o del equipo mexicano que usted quiera. Y aunque pueda parecer ilógico llamar a Omar Arellano --otro ejemplo--, por la inconsistencia que le ha impedido consolidarse como titular --y no digamos ya consagrarse como figura-- en el Guadalajara, habrá que reconocer que es sensato ganar tiempo.
Así, cuando uno u otro (o, idealmente, uno y otro) cuajen como profesionales del futbol, el técnico nacional tendrá la ventaja de haber trabajado con ellos y de tener, por ende, una idea bastante clara de lo que puede esperarse de ellos como futbolistas (que es muy importante)... y como personas (algo más importante todavía).