Deportes

* Historia

A propósito por Jaime García Elías

La historia es bonita. Pero cuando incorpora algunas inexactitudes, se queda en cuento de hadas... y deja de ser, precisamente, historia.

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Caso concreto: refiere una nota periodística que una reportera del canal de noticias Francia 24, se encuentra en México. Vino, se dice, con la intención de hacer un reportaje acerca del “Chicharito” Hernández.

El interés no puede estar desvinculado del nombre que el novel atacante tiene ya en Europa, donde se le ve como prospecto para el futbol del Primer Mundo, por el espectacular arranque de temporada que tuvo con el equipo más popular de México.

Sin embargo, también se afirma que la reportera se interesó en el actual prospecto de la Selección Mexicana --y, en consecuencia, serio candidato a participar en el Mundial que arranca el próximo 11 de junio en Sudáfrica-- por una bonita anécdota de carácter familiar: el nombre de su abuelo, Tomás Balcázar, consta en actas como anotador de un gol en el partido que Francia y México disputaron el 19 de junio de 1954, en el estadio del club Servette de Ginebra, Suiza, en el quinto Mundial de la historia.

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El hecho, hasta ahí, es verídico. En aquella Selección Mexicana jugaron varios tapatíos: Narciso “Chicho” López, Alfredo “Pistache” Torres, José “Chepe” Naranjo, Raúl “Pina” Arellano --padre de Omar y abuelo de Omar hijo-- y, por supuesto, Balcázar. México, en ese tiempo, se limitaba a servir de carne para los leones en esos torneos. En ese partido, México vendió cara la zalea.  Francia ganaba por 2-0 (gol de Vincent y autogol de Raúl Cárdenas), y el “Tri” revivió con goles de José Luis Lamadrid y Balcázar (quienes, por cierto, aún matan el gusanito en funciones de comentaristas). Raymond Kopa (que luego sería figura con el legendario Real Madrid de Alfredo Di Stéfano), de penalty, en el minuto 88, selló la victoria francesa... y la derrota mexicana.

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Lo inexacto de la nota consiste en que el Francia-México del próximo 17 de junio (casi 56 años después del de Suiza) no será el segundo y sí el cuarto de la historia. El primero, el 13 de julio de 1930, en Uruguay, marcó, con un rotundo 4-0 adverso, el debut de México en una Copa del Mundo. El tercero, exactamente 36 años después, en el Estadio de Wembley, en el Mundial de Inglaterra, terminó empatado a un gol. Vale.

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