Deportes
* Dilema
A propósito pro Jaime García Elías
Si el Mundial de futbol fuera a comenzar mañana, el panorama, para Javier Aguirre, con respecto a uno de los puestos clave en la alineación, estaría muy claro: encomendar a Guillermo Ochoa el marco de la Selección Mexicana obliga a encender una veladora al santo de su devoción... y a saltar a la cancha, por lo que pudiera ofrecerse, con la bendición papal en la bolsa del saco.
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La apuesta lógica, en ese aspecto, hoy por hoy, tendría que ser a favor de Luis Ernesto Michel. A pesar de que el arquero del América lleva más tiempo como titular con su equipo y ha sido el titular del “Tri” durante el proceso de la eliminatoria, el del Guadalajara, en este momento, denota más madurez, más aplomo y más solvencia que su colega.
Y aunque pudiera decirse que fue puramente anecdótico lo del domingo pasado en el Estadio Jalisco (Michel, un bastión inquebrantable en el marco de las “Chivas”; Ochoa, cómplice involuntario en el gol de Arellano con que se escribió ese capítulo de la historia), también es de justicia señalar que el desempeño de uno y otro corresponden a sus antecedentes próximos: aunque el primero ha cometido los errores razonables en un guardameta --el jugador perfecto aún no se inventa--, en el balance consta que han sido muchos más los goles que ha evitado que los que se ha tragado; Memo, en cambio, tanto con la Selección como con su equipo ha dado claras señales de que atraviesa por una fase incierta, de titubeos...
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Es probable que algún día no muy lejano se aclare si la irregularidad del América ha contagiado a su portero... o si las pifias del joven guardameta han sido el primer eslabón de la cadena de mediocres actuaciones y de pobres resultados de su equipo. En contrapartida, cualquiera que tenga ojos en la cara y cinco centavos de discernimiento en las meninges, capta que el buen paso del Guadalajara en esta campaña (líder de la clasificación general y dueño del boleto para la “liguilla” con mucha más anticipación que el resto de los competidores), se explica, en gran medida, por el valor de uso de los goles del “Chicharito” Hernández --sería una necedad regatearle méritos--... pero también, en medida muy similar, a que el marco --al menos hasta ahora-- ha estado en las mejores manos posibles.
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La apuesta lógica, en ese aspecto, hoy por hoy, tendría que ser a favor de Luis Ernesto Michel. A pesar de que el arquero del América lleva más tiempo como titular con su equipo y ha sido el titular del “Tri” durante el proceso de la eliminatoria, el del Guadalajara, en este momento, denota más madurez, más aplomo y más solvencia que su colega.
Y aunque pudiera decirse que fue puramente anecdótico lo del domingo pasado en el Estadio Jalisco (Michel, un bastión inquebrantable en el marco de las “Chivas”; Ochoa, cómplice involuntario en el gol de Arellano con que se escribió ese capítulo de la historia), también es de justicia señalar que el desempeño de uno y otro corresponden a sus antecedentes próximos: aunque el primero ha cometido los errores razonables en un guardameta --el jugador perfecto aún no se inventa--, en el balance consta que han sido muchos más los goles que ha evitado que los que se ha tragado; Memo, en cambio, tanto con la Selección como con su equipo ha dado claras señales de que atraviesa por una fase incierta, de titubeos...
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Es probable que algún día no muy lejano se aclare si la irregularidad del América ha contagiado a su portero... o si las pifias del joven guardameta han sido el primer eslabón de la cadena de mediocres actuaciones y de pobres resultados de su equipo. En contrapartida, cualquiera que tenga ojos en la cara y cinco centavos de discernimiento en las meninges, capta que el buen paso del Guadalajara en esta campaña (líder de la clasificación general y dueño del boleto para la “liguilla” con mucha más anticipación que el resto de los competidores), se explica, en gran medida, por el valor de uso de los goles del “Chicharito” Hernández --sería una necedad regatearle méritos--... pero también, en medida muy similar, a que el marco --al menos hasta ahora-- ha estado en las mejores manos posibles.