Deportes
* “De panzazo”
A propósito por Jaime García Elías
Si Javier Aguirre, en efecto, quiere incorporar a su colección de diplomas un reconocimiento de la crítica por los tres partidos consecutivos en que la Selección Mexicana no ha recibido goles, no faltará quien, por darle gusto, se lo haga llegar escrito en pergamino, con letras góticas y capitular repujada en oro, finamente enmarcado...
(Tampoco faltará quien le diga --como el simple del cuento que, mientras todos en la aldea alababan la belleza del traje del Rey, que “sólo podían ver los inteligentes”, proclamó que el soberano iba desnudo--, que sería el colmo que el “Tri” recibiera algún gol, habida cuenta del poderío de los adversarios más recientes. A saber, Venezuela, Guatemala y Nicaragua).
*
Si, en cambio, el mensaje del “Vasco”, sus elogios a los supuestos progresos de sus discípulos, llevan la intención de contrarrestar la andanada de críticas que siguen cayendo sobre la crisma de los tricolores, con el saludable propósito de reforzarles la moral, de cara a los próximos compromisos de la eliminatoria mundialista, en los que se define si México participa en el Mundial del año próximo en Sudáfrica o se queda --como ya ha sucedido en el pasado-- chiflando en la lona, habrá que abonarle los correspondientes méritos... cuando el boleto se tenga en la mano.
Si eso llega a suceder, ya lo veremos: muchos de los mismos que ahora prodigan las censuras e incluso las cuchufletas contra los seleccionados, se apresurarán a comprarse un sombrero charro para tener algo que quitarse al paso del técnico nacional, a reconocer que “El ‘Vasco’ tenía razón”... o incluso a implorar, con afectada humildad: “Perdónanos, Javier”.
*
Por lo pronto, al margen de la victoria dominical, el balance del “Tri” en la era de Aguirre sigue siendo negativo... Nada ha sucedido que justifique la premura en reinstalarlo en el puente de mando de la Selección cuando se llegó a la conclusión de que Sven-Goran Eriksson sólo vino a cambiar espejitos por euros. El 2-0 sobre un equipo integrado por amateurs, clasificado en el modestísimo peldaño 135 de los tabuladores de la FIFA, sirve para aprobar “de panzazo” el examen del día en la Copa Oro, y para llenar, con 6 de calificación, el expediente de ganar un partido que obligatoriamente tenía que ganarse.
Pero de ahí a esperar medallas --o estrellita en la frente, al menos--, hay un abismo.
(Tampoco faltará quien le diga --como el simple del cuento que, mientras todos en la aldea alababan la belleza del traje del Rey, que “sólo podían ver los inteligentes”, proclamó que el soberano iba desnudo--, que sería el colmo que el “Tri” recibiera algún gol, habida cuenta del poderío de los adversarios más recientes. A saber, Venezuela, Guatemala y Nicaragua).
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Si, en cambio, el mensaje del “Vasco”, sus elogios a los supuestos progresos de sus discípulos, llevan la intención de contrarrestar la andanada de críticas que siguen cayendo sobre la crisma de los tricolores, con el saludable propósito de reforzarles la moral, de cara a los próximos compromisos de la eliminatoria mundialista, en los que se define si México participa en el Mundial del año próximo en Sudáfrica o se queda --como ya ha sucedido en el pasado-- chiflando en la lona, habrá que abonarle los correspondientes méritos... cuando el boleto se tenga en la mano.
Si eso llega a suceder, ya lo veremos: muchos de los mismos que ahora prodigan las censuras e incluso las cuchufletas contra los seleccionados, se apresurarán a comprarse un sombrero charro para tener algo que quitarse al paso del técnico nacional, a reconocer que “El ‘Vasco’ tenía razón”... o incluso a implorar, con afectada humildad: “Perdónanos, Javier”.
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Por lo pronto, al margen de la victoria dominical, el balance del “Tri” en la era de Aguirre sigue siendo negativo... Nada ha sucedido que justifique la premura en reinstalarlo en el puente de mando de la Selección cuando se llegó a la conclusión de que Sven-Goran Eriksson sólo vino a cambiar espejitos por euros. El 2-0 sobre un equipo integrado por amateurs, clasificado en el modestísimo peldaño 135 de los tabuladores de la FIFA, sirve para aprobar “de panzazo” el examen del día en la Copa Oro, y para llenar, con 6 de calificación, el expediente de ganar un partido que obligatoriamente tenía que ganarse.
Pero de ahí a esperar medallas --o estrellita en la frente, al menos--, hay un abismo.