Cultura

Vive Morelos tradición milenaria de Día de Muertos

Para los morelenses, las tradiciones, creencias o rituales representan un arraigo de fe

CUERNAVACA, MORELOS.- Para los morelenses, las tradiciones, creencias o rituales representan un arraigo de fe que vive, y la celebración del Día de Muertos no puede pasar desapercibida en los 33 municipios del estado.

En Ocotepec, poblado ubicado en el municipio de Cuernavaca, el cual se rige aún por usos y costumbres, cuyo significado es 'En el Cerro de los ocotes', sobre la carretera federal Cuernavaca-Tepoztlán, los habitantes conservan costumbres y tradiciones indígenas.

Las tumbas del panteón de Ocotepec son decoradas con colores llamativos, confirmando su creencia en la continuidad de la vida después de la muerte.

La puesta o levantamiento de ofrendas también se lleva a cabo en el poblado de Ocotepec, como en otros lugares del país, en honor a quienes fallecieron durante el año, conociéndolas como 'ofrendas nuevas'.

Las mismas se ubican en los domicilios de los difuntos sobre una mesa, recreando el cuerpo del finado, el cual se vestirá con ropa nueva, huaraches y sombrero o rebozo.

De igual forma, a la altura de la cabeza se colocan las tradicionales calaveras de azúcar, mientras que el cuerpo se rodea de las bebidas y los platillos que en vida fueron favoritos del difunto.

Los elementos con los que debe contar toda ofrenda son: el pan, agua, el fuego y el viento.

Otros elementos que también se pueden encontrar en dichas ofrendas son las flores de cempasúchil y el incienso, que contribuyen o ayudan a los difuntos a encontrar el camino a casa y a sus familiares; en el caso de los altares de los niños se incluyen juguetes y golosinas.

En los cuatro barrios que comprenden al poblado de Ocotepec -La Candelaria, Santa Cruz, Los Ramos y la Santa Cruz- en las casas con ofrendas nuevas se coloca un camino de flores que se extiende desde el altar hasta la banqueta, con la que se avisa a los visitantes que se espera el arribo, en forma espiritual, de su difunto.

Con esta señal, las familias morelenses pueden pasar y admirar la ofrenda, donde se les convida pan, ponche, café, tamales; a cambio los visitantes dan velas o flores en a agradecimiento por las atenciones brindadas.

Eduardo Tapia, habitante de Ocotepec, comentó que 'la noche del 31 de octubre empiezan a repicar las campanas de la Parroquia del Divino Salvador, anunciando la llegada próxima de los niños difuntos; al día siguiente se visita el panteón de la comunidad, donde se celebra una misa'.

'Esa noche también se tocan las campanas, para la espera de los difuntos mayores; entonces se realizan los preparativos para la ofrenda y en la mañana del 2 de noviembre se acude al panteón y se brinda una misa', explicó.

Por las principales calles del poblado se colocan un sinnúmero de puestos que ofertan los aditamentos necesarios para adornar los altares: calaveras de azúcar, veladoras, velas, flores, copales e inciensos.

Sin embargo, en la actualidad se ve el contraste entre los disfraces y lo relacionado con el halloween y los aditamentos utilizados para las ofrendas.


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