Cultura
Una apuesta por la nueva generación de compositores jaliscienses
Sigue vigente el concurso para premiar a piezas orquestales de creadores originarios de Jalisco; los músicos pueden inscribir sus composiciones hasta el próximo 10 de febrero
GUADALAJARA, JALISCO (06/ENE/2015).- La pieza de orquesta más emblemática de la música mexicana es “Huapango” de José Pablo Moncayo, director y pianista tapatío que nació en el siglo pasado. Al igual que él, muchos de sus contemporáneos y sucesores han dado al mundo importantes composiciones que se han convertido en símbolo de la mexicanidad y patrimonio de la humanidad.
Ante las necesidades de los creadores de este ámbito de tener más espacios y apoyo es que la Secretaría de Cultura (SC) lanzó en julio pasado el primer Concurso a las Composiciones Orquestales del Estado, certamen con el que también busca dar a conocer al talento que existe en ese ámbito.
Sibila Knobel, coordinadora de Música de la SC, dijo anteriormente a este medio (EL INFORMADOR, 17/JUL/2014) que se pretende que el evento se realice de manera anual, ya que las piezas ganadoras formarán parte del repertorio de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). “Daremos a conocer composiciones jaliscienses que nunca antes hemos escuchado”, señaló Knobel. La directiva puntualizó que el Estado siempre ha sido cuna de importantes compositores.
A continuación un recuento de los músicos cuyas composiciones han marcado un hito en Jalisco.
José Rolón
El Fundador de la Orquesta Filarmónica de Jalisco nació en Zapotlán el Grande, Jalisco en el año 1876.
De acuerdo con la página de la OFJ, por iniciativa del compositor un grupo de músicos del Estado comenzaron a presentar conciertos de música sinfónica y de cámara para el público de la ciudad, lo que fue el punto de partida para la fundación de la Filarmónica, conocida en sus inicios como Orquesta Sinfónica de Guadalajara.
Mozkowski, Paul Dukas y Nadia Boulanger fueron algunos de sus maestros. Compuso una sinfonía, poemas sinfónicos —como Cuauhtémoc y Zapotlán que incluían materiales mexicanos autóctonos— un Concierto para piano y orquesta y un Cuarteto de cuerdas de excelente factura contrapuntística, además de numerosas piezas para piano y canciones.
José Pablo Moncayo
Distintas orquestas y músicos coinciden en que el “Huapango de Moncayo” es la pieza más importante del país, incluso ha traspasado fronteras; se dice que es el segundo himno nacional de México. Sin duda es también la obra más célebre del compositor oriundo de Guadalajara, quien habría cumplido 100 años en junio de 2012.
Asimismo se consideran importantes otras piezas como “Bosques”, “Cumbres”, “Tierra de temporal”, las “Tres piezas para orquesta”, la “Sinfonía” o la “Sinfonietta”. José Pablo Moncayo García fue pionero en la creación y dirección de la música mexicana para conciertos.
Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México y no en la de Jalisco por decisión de sus familiares, (EL INFORMADOR, 22/NOV/2012).
Blas Galindo Dimas
Blas Galindo nació el 3 de febrero de 1910 en San Gabriel, Jalisco. El jalisciense se interesó desde pequeño por la música, por lo que a los siete años participó en el coro del maestro Antonio Velasco Ornelas, quien le enseñó solfeo, clases de piano, bases de armonía, melodía y matices. En 1931 creó su primera obra titulada “Suite para violín y violonchelo”. Estudió Composición Musical en el Conservatorio Nacional de Música y fue en la Ciudad de México donde aprendió con maestros como Candelario Huízar y José Rolón. En Estados Unidos, asistió al Berkshire Music Center, donde fue instruido por Aaron Copland. En 1936, formó parte del Grupo de los Cuatro, integrado por Salvador Contreras, Daniel Ayala y José Pablo Moncayo. Es autor de más de 150 obras, entre las que destaca “La negra”.
Higinio Ruvalcaba
Niño prodigio en el violín y destacado compositor, el originario de Yahualica debutó como solista en la Orquesta Sinfónica de Guadalajara con tan sólo 12 años en el “Concierto en sol menor para violín y orquesta”. Su formación musical empezó a temprana edad y de manera autodidacta, él mismo subrayó —según el portal relatosehistorias— que comenzó de mariachi en San Pedro Tlaquepaque. Ingresó al Conservatorio Nacional de Música en 1922, y después estudió con el violinista español Mario Mateo, siendo hasta 1928 que formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Sobresalen 22 composiciones de cuartetos de su época de juventud entre quintetos, piezas para violín y piano. Escribió piezas de salón para piano o canto y piano, con valses, fox-trots y tangos.
Gonzalo Curiel
Aunque fue conocido principalmente como creador de bandas sonoras en películas mexicanas, el compositor jalisciense Gonzalo Curiel fue uno de los primeros artistas que trabajaron al frente de su propia orquesta. De acuerdo con Eduardo Escoto,dejó entre su legado algunas obras orquestales que “desafortunadamente suelen recordarse en un plan casi anecdótico”. Según la columna de Escoto publicada en este medio el 3 de mayo de 2014, detalla que el músico creó la Unión Filarmónica de México. Como resultado, escribió sus tres conciertos para piano, compuestos entre 1948 y 1952, que musicalmente se desarrollan en un lenguaje post-romántico. “Posteriormente escribió la Minuta Sinfónica Española y un Estudio Sinfónico (1956), su última obra dentro de este género”.
LOS TALENTOS EMERGENTES A NIVEL NACIONAL
Juan Pablo Contreras
Juan Pablo (Guadalajara 1987) aprendió a tocar el violín a los siete años. Después se unió a la Orquesta Juvenil de Zapopan y -tras mudarse a Estados Unidos- formó parte de una orquesta en aquel país.
En Los Ángeles, Juan Pablo estudió composición con Daniel Catán, quien lo convenció de que viajara a Nueva York para continuar su preparación. Recibió una beca por la Manhattan School of Music.
El viernes 24 de mayo de 2013, durante la decimosexta edición del Festival Cultural de Mayo, la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) estrenó a nivel nacional su obra musical “El Laberinto de la Soledad”. Desde su residencia en Estados Unidos (EL INFORMADOR, 11/NOV/2014), sigue componiendo para orquesta y planea volver algún día a su ciudad natal.
Sus obras -que retratan la identidad mexicana- han sido interpretadas por ensambles como la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica del Estado de México, y la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
Arturo Pantaleón Mendoza
Es un compositor interesado en Crear puentes entre la música clásica y la indígena.
Radicado en Alemania, el oaxaqueño está interesado en retomar formas del folclor y darles una nueva perspectiva.
Su composición “El Templo de Tezcatlipoca” se presentó en la casa de conciertos Gewandhaus en Leipzig en julio de 2014. Mientras “Maxahuaxi” fue interpretada en octubre de 2014 la Orquesta de Trier, en Alemania, bajo la dirección de Miguel Salmon Del Rea.
TOMA NOTA
Bases del concurso de composiciones
Los participantes podrán inscribir sus composiciones hasta el 10 de febrero de 2015 en la recepción de Coordinaciones Artísticas o en la Coordinación de Música, ambas ubicadas en el Ex Convento del Carmen (Avenida Juárez núm. 638, Zona Centro).
Se aceptarán solamente obras originales de duración no menor de 10 minutos ni mayor de 20 minutos. La obra puede estar compuesta de un movimiento o varios. Es condición que no haya sido antes ejecutada.
A. Para orquesta sinfónica con la siguiente dotación máxima: 3d1, 3d1, 3d1, 3d1, -4,3,3,1 timpani +3 percusionistas, 1 arpa, teclado electrónico o piano, cuerdas (violines I., violines II, violas, violonchelos, contra bajos).
B. Para orquesta sinfónica con la siguiente dotación mínima: 2,2,2,2 - 2,2,0,0- timpani, cuerdas (violines 1, violines 2, violas, violonchelos, contra bajos).
Ante las necesidades de los creadores de este ámbito de tener más espacios y apoyo es que la Secretaría de Cultura (SC) lanzó en julio pasado el primer Concurso a las Composiciones Orquestales del Estado, certamen con el que también busca dar a conocer al talento que existe en ese ámbito.
Sibila Knobel, coordinadora de Música de la SC, dijo anteriormente a este medio (EL INFORMADOR, 17/JUL/2014) que se pretende que el evento se realice de manera anual, ya que las piezas ganadoras formarán parte del repertorio de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ). “Daremos a conocer composiciones jaliscienses que nunca antes hemos escuchado”, señaló Knobel. La directiva puntualizó que el Estado siempre ha sido cuna de importantes compositores.
A continuación un recuento de los músicos cuyas composiciones han marcado un hito en Jalisco.
José Rolón
El Fundador de la Orquesta Filarmónica de Jalisco nació en Zapotlán el Grande, Jalisco en el año 1876.
De acuerdo con la página de la OFJ, por iniciativa del compositor un grupo de músicos del Estado comenzaron a presentar conciertos de música sinfónica y de cámara para el público de la ciudad, lo que fue el punto de partida para la fundación de la Filarmónica, conocida en sus inicios como Orquesta Sinfónica de Guadalajara.
Mozkowski, Paul Dukas y Nadia Boulanger fueron algunos de sus maestros. Compuso una sinfonía, poemas sinfónicos —como Cuauhtémoc y Zapotlán que incluían materiales mexicanos autóctonos— un Concierto para piano y orquesta y un Cuarteto de cuerdas de excelente factura contrapuntística, además de numerosas piezas para piano y canciones.
José Pablo Moncayo
Distintas orquestas y músicos coinciden en que el “Huapango de Moncayo” es la pieza más importante del país, incluso ha traspasado fronteras; se dice que es el segundo himno nacional de México. Sin duda es también la obra más célebre del compositor oriundo de Guadalajara, quien habría cumplido 100 años en junio de 2012.
Asimismo se consideran importantes otras piezas como “Bosques”, “Cumbres”, “Tierra de temporal”, las “Tres piezas para orquesta”, la “Sinfonía” o la “Sinfonietta”. José Pablo Moncayo García fue pionero en la creación y dirección de la música mexicana para conciertos.
Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México y no en la de Jalisco por decisión de sus familiares, (EL INFORMADOR, 22/NOV/2012).
Blas Galindo Dimas
Blas Galindo nació el 3 de febrero de 1910 en San Gabriel, Jalisco. El jalisciense se interesó desde pequeño por la música, por lo que a los siete años participó en el coro del maestro Antonio Velasco Ornelas, quien le enseñó solfeo, clases de piano, bases de armonía, melodía y matices. En 1931 creó su primera obra titulada “Suite para violín y violonchelo”. Estudió Composición Musical en el Conservatorio Nacional de Música y fue en la Ciudad de México donde aprendió con maestros como Candelario Huízar y José Rolón. En Estados Unidos, asistió al Berkshire Music Center, donde fue instruido por Aaron Copland. En 1936, formó parte del Grupo de los Cuatro, integrado por Salvador Contreras, Daniel Ayala y José Pablo Moncayo. Es autor de más de 150 obras, entre las que destaca “La negra”.
Higinio Ruvalcaba
Niño prodigio en el violín y destacado compositor, el originario de Yahualica debutó como solista en la Orquesta Sinfónica de Guadalajara con tan sólo 12 años en el “Concierto en sol menor para violín y orquesta”. Su formación musical empezó a temprana edad y de manera autodidacta, él mismo subrayó —según el portal relatosehistorias— que comenzó de mariachi en San Pedro Tlaquepaque. Ingresó al Conservatorio Nacional de Música en 1922, y después estudió con el violinista español Mario Mateo, siendo hasta 1928 que formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Sobresalen 22 composiciones de cuartetos de su época de juventud entre quintetos, piezas para violín y piano. Escribió piezas de salón para piano o canto y piano, con valses, fox-trots y tangos.
Gonzalo Curiel
Aunque fue conocido principalmente como creador de bandas sonoras en películas mexicanas, el compositor jalisciense Gonzalo Curiel fue uno de los primeros artistas que trabajaron al frente de su propia orquesta. De acuerdo con Eduardo Escoto,dejó entre su legado algunas obras orquestales que “desafortunadamente suelen recordarse en un plan casi anecdótico”. Según la columna de Escoto publicada en este medio el 3 de mayo de 2014, detalla que el músico creó la Unión Filarmónica de México. Como resultado, escribió sus tres conciertos para piano, compuestos entre 1948 y 1952, que musicalmente se desarrollan en un lenguaje post-romántico. “Posteriormente escribió la Minuta Sinfónica Española y un Estudio Sinfónico (1956), su última obra dentro de este género”.
LOS TALENTOS EMERGENTES A NIVEL NACIONAL
Juan Pablo Contreras
Juan Pablo (Guadalajara 1987) aprendió a tocar el violín a los siete años. Después se unió a la Orquesta Juvenil de Zapopan y -tras mudarse a Estados Unidos- formó parte de una orquesta en aquel país.
En Los Ángeles, Juan Pablo estudió composición con Daniel Catán, quien lo convenció de que viajara a Nueva York para continuar su preparación. Recibió una beca por la Manhattan School of Music.
El viernes 24 de mayo de 2013, durante la decimosexta edición del Festival Cultural de Mayo, la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) estrenó a nivel nacional su obra musical “El Laberinto de la Soledad”. Desde su residencia en Estados Unidos (EL INFORMADOR, 11/NOV/2014), sigue componiendo para orquesta y planea volver algún día a su ciudad natal.
Sus obras -que retratan la identidad mexicana- han sido interpretadas por ensambles como la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica del Estado de México, y la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
Arturo Pantaleón Mendoza
Es un compositor interesado en Crear puentes entre la música clásica y la indígena.
Radicado en Alemania, el oaxaqueño está interesado en retomar formas del folclor y darles una nueva perspectiva.
Su composición “El Templo de Tezcatlipoca” se presentó en la casa de conciertos Gewandhaus en Leipzig en julio de 2014. Mientras “Maxahuaxi” fue interpretada en octubre de 2014 la Orquesta de Trier, en Alemania, bajo la dirección de Miguel Salmon Del Rea.
TOMA NOTA
Bases del concurso de composiciones
Los participantes podrán inscribir sus composiciones hasta el 10 de febrero de 2015 en la recepción de Coordinaciones Artísticas o en la Coordinación de Música, ambas ubicadas en el Ex Convento del Carmen (Avenida Juárez núm. 638, Zona Centro).
Se aceptarán solamente obras originales de duración no menor de 10 minutos ni mayor de 20 minutos. La obra puede estar compuesta de un movimiento o varios. Es condición que no haya sido antes ejecutada.
A. Para orquesta sinfónica con la siguiente dotación máxima: 3d1, 3d1, 3d1, 3d1, -4,3,3,1 timpani +3 percusionistas, 1 arpa, teclado electrónico o piano, cuerdas (violines I., violines II, violas, violonchelos, contra bajos).
B. Para orquesta sinfónica con la siguiente dotación mínima: 2,2,2,2 - 2,2,0,0- timpani, cuerdas (violines 1, violines 2, violas, violonchelos, contra bajos).