Cultura
Fanfare Pourpour y su espíritu circense
Más de 500 asistentes se dan cita en el Instituto Cultural Cabañas para disfrutar de la agrupación quebequense
GUADALAJARA, JALISCO (13/MAY/2012).- Gritar. Levantar pie izquierdo. Menear la cadera. Levantar del otro pie. Brincar, aplaudir al mismo tiempo y dar un alarido: “¡Eeeeeh!”. Así inició la noche gitana de Fanfare Pourpour, para que el espíritu circense acaparara con una sensualidad sonora que se revoloteó en un halo lleno de nostalgia.
Los saxofones abrazaron a los más de 500 asistentes, que esperaban ansiosos a que Fanfare Pourpour soltara los primeros acordes al interior del Instituto Cultural Cabañas.
El aliento del clarinete auguró una velada de encanto, al igual que el latir de las percusiones con un acento de cabaret, que alentaban a la par al entregado público tapatío que celebraba cada armonía creada con violines, flautas, cajones, contrabajos y guitarras.
Más de 20 músicos en escena se colorearon entre los destellos de las luces que guiaban cada una de sus piezas orquestadas en un discurso que trenza perfectamente a la libertad, la alegría y el espíritu gitano, elementos indultados en un homenaje extraordinario al jazz.
La fiesta siguió y no paró. “Gua-da-la-ja-ra”, corearon los mismo músicos en un acento afrancesado; el público agradeció en un unísono aplauso festivo.
Fanfare Pourpour dio pausa a su escandalo de algarabía; hoy a las 20:00 horas los quebequenses concluyen su presencia en la ciudad con la continuación de su ritual sonoro en la Plaza Liberación.
Los saxofones abrazaron a los más de 500 asistentes, que esperaban ansiosos a que Fanfare Pourpour soltara los primeros acordes al interior del Instituto Cultural Cabañas.
El aliento del clarinete auguró una velada de encanto, al igual que el latir de las percusiones con un acento de cabaret, que alentaban a la par al entregado público tapatío que celebraba cada armonía creada con violines, flautas, cajones, contrabajos y guitarras.
Más de 20 músicos en escena se colorearon entre los destellos de las luces que guiaban cada una de sus piezas orquestadas en un discurso que trenza perfectamente a la libertad, la alegría y el espíritu gitano, elementos indultados en un homenaje extraordinario al jazz.
La fiesta siguió y no paró. “Gua-da-la-ja-ra”, corearon los mismo músicos en un acento afrancesado; el público agradeció en un unísono aplauso festivo.
Fanfare Pourpour dio pausa a su escandalo de algarabía; hoy a las 20:00 horas los quebequenses concluyen su presencia en la ciudad con la continuación de su ritual sonoro en la Plaza Liberación.