Cultura
El reto de ilustrar
Flavia Gargiulo Rosa comparte las dificultades de su labor, pero tambén los placeres
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2014).- Flavia Gargulio es ilustradora y diseñadora gráfica de profesión, labor que ejerce de manera regular desde 2008; su carrera, dice, no ha sido sencilla, ha sido un “golpazo”.
Durante su trayectoria profesional ha realizado principalmente ilustración publicitaria y comercial, así como murales, storyboards para publicidad e ilustración en gran formato. En los últimos años ha incursionado en la decoración de interiores.
En la FIL, Flavia participó en el programa para ilustradores con la charla “No sólo de la publicación vive el ilustrador”. En ese espacio compartió con jóvenes ilustradores y público en general, su experiencia en el ámbito laboral.
—¿Cómo ha logrado Flavia Gargulio ser la persona que es hoy?
—Reconozco que la crisis cultural que vive mi país afectó y continúa afectando el trabajo de los jóvenes al momento de salir de la licenciatura. Algo que viví en carne propia. Un revés de realidad, esa situación en la que el ilustrador novel se enfrenta a la verdadera profesión de ilustración.
—¿Qué escenario enfrentas como una “nueva” ilustradora?
—Considero que hay cuatro opciones que se te presentan como profesional. Número uno: te vas a casa y lloras. Número dos: buscas otro trabajo, como de hecho yo hice, y me puse a trabajar en una librería, al menos si no era capaz de hacer libros, los podía vender y así empiezas a entrar en contacto en el mundo editorial de otra manera, pero no es la mejor opción. Punto número tres: vas a seguir estudiando y te profesionalizas y especializas; sin embargo, para eso necesitas bastante dinero. Número cuatro: ser ilustrador de guerrilla. Cada misión, cada proyecto que enfrentas es un poco suicida.
—¿Cuál ha sido tu sello personal?
—A veces no somos nosotros quienes lo encontramos, los que han visto tu trabajo te dicen, eso me gusta; no sabes qué es, pero ahí hay algo de tu lenguaje que te es propio, que te condiciona como único.
Durante su trayectoria profesional ha realizado principalmente ilustración publicitaria y comercial, así como murales, storyboards para publicidad e ilustración en gran formato. En los últimos años ha incursionado en la decoración de interiores.
En la FIL, Flavia participó en el programa para ilustradores con la charla “No sólo de la publicación vive el ilustrador”. En ese espacio compartió con jóvenes ilustradores y público en general, su experiencia en el ámbito laboral.
—¿Cómo ha logrado Flavia Gargulio ser la persona que es hoy?
—Reconozco que la crisis cultural que vive mi país afectó y continúa afectando el trabajo de los jóvenes al momento de salir de la licenciatura. Algo que viví en carne propia. Un revés de realidad, esa situación en la que el ilustrador novel se enfrenta a la verdadera profesión de ilustración.
—¿Qué escenario enfrentas como una “nueva” ilustradora?
—Considero que hay cuatro opciones que se te presentan como profesional. Número uno: te vas a casa y lloras. Número dos: buscas otro trabajo, como de hecho yo hice, y me puse a trabajar en una librería, al menos si no era capaz de hacer libros, los podía vender y así empiezas a entrar en contacto en el mundo editorial de otra manera, pero no es la mejor opción. Punto número tres: vas a seguir estudiando y te profesionalizas y especializas; sin embargo, para eso necesitas bastante dinero. Número cuatro: ser ilustrador de guerrilla. Cada misión, cada proyecto que enfrentas es un poco suicida.
—¿Cuál ha sido tu sello personal?
—A veces no somos nosotros quienes lo encontramos, los que han visto tu trabajo te dicen, eso me gusta; no sabes qué es, pero ahí hay algo de tu lenguaje que te es propio, que te condiciona como único.