Cultura

El baile desplaza a la solemnidad en el Degollado

Jóvenes que tomaron el curso Danza Advanced de la SCJ y Golden Ganga hicieron del teatro un lugar para la música urbana

GUADALAJARA, JALISCO (04/AGO/2013).- La transición se dio lenta, pero segura: de estar con unos pocos lugares ocupados, poco a poco los asientos del Teatro Degollado fueron cubiertos. No hubo un lleno total, pero el público tuvo más presencia que en otras ocasiones. Con gritos, cámaras y aplausos, se hicieron notar más que en aquellas presentaciones donde se presenta alguna orquesta.

Hubo dos motivos que reunieron a los asistentes: varias decenas de jóvenes bailando en el escenario desde merengue y danza contemporánea, hasta hip hop y break dance, tras tomar el Curso de Danza Advanced otorgado por la Secretaría de Cultura de Jalisco; el segundo fue la presentación del grupo tapatío Golden Ganga, que aunque tuvo una actuación corta, los jóvenes que se encontraban entre el público no pararon de festejarles cada canción. Fue, pues, una noche de solemnidad aparte.

Cuando la luz se apagó, comenzó a sonar música electrónica. El público aplaudió aun antes de que los protagonistas del ''show'' se hicieran presentes, y comenzó a corear diversos nombres como señal de apoyo para los amigos y familiares que estaban por iniciar sus rítmicos pasos.

Divididos en distintos grupos, que se caracterizaban principalmente por su vestuario, fueron 40 personas las que pisaron el escenario y se deslizaron al ritmo de la música. El dinamismo del evento se mantuvo porque cada participación, que conllevaba un género musical diferente, duraba como máximo cinco minutos.

Después de la presentación general, vinieron muestras particulares de distintos géneros. El momento del hip hop llegó con los bailarines ataviados con sudaderas y gorros, simulando a los hombres y mujeres que las películas estadounidenses se han cansado de mostrar en los barrios donde hay pandillas.

La danza contemporánea arrancó gritos entre las personas que para entonces ya estaban emocionadas sobre sus asientos, con ganas de pararse y tratar de imitar las coreografías; en el escenario salieron a relucir pasos que mezclaban el movimiento delicado de los brazos con sensuales movimientos de cadera.

El ritmo que de plano provocó hasta silbidos –de los que se dan porque una persona resulta agradable a la vista y no por desesperación- fue el mambo. Mucho color rojo, muchos pantalones ajustados y muchos movimientos acelerados y coordinados. Esta etapa del espectáculo contó con la participación del Ballet Folklórico de Jalisco.

Así fueron pasando los participantes, llenando el teatro de ese baile que se identifica con la calle, con lo urbano. Después de unos 40 minutos, se abrió el telón colocado detrás de los jóvenes que a esas alturas no mostraban señales de cansancio; entonces aparecieron los instrumentos preparados y los integrantes de Golden Ganga listos para darle un segundo aire al espectáculo.

Los gritos inundaron el recinto, especialmente los que salieron de las mujeres. Por un momento todos se olvidaron del baile y corearon canciones como “Nada es casualidad”, “Gracias” y “Música”. Los minutos se pasaron entre la interpretación y las palabras del vocalista, quien dijo que el grupo sigue “códigos infinitos, como los mayas”.

De pronto todo fue música. No hubo voz, sólo los instrumentos sonando. Dos hombres entraron a escena y comenzaron a bailar con la elasticidad como bandera. Era apenas el preludio de lo que venía: todos los jóvenes que participaron en la primera parte de la noche, regresaron al lugar que es corresponde y se unieron los dos participantes: unos bailando y otros haciendo música.

Diez o 15 minutos se fueron en la última parte. Después de las despedidas y de la caída del telón, el público pidió a Golden Ganga que tocara siquiera una canción más, pero ante la falta de respuesta decidieron volver a dejar el teatro vacío.

Más espacios para los jóvenes

Ambos asistieron al Teatro Degollado sin saber exactamente con qué se iban a encontrar. Gian Marco, de 17 años, pensó que asistía a un concierto de jazz; Griselda, de 60 años, fue porque su hija se enteró del show y la invitó aprovechando que está de visita en la ciudad.

Ambos se mostraron a favor de que el Teatro Degollado sea utilizado para este tipo de eventos. Griselda destacó que así se aleja a los jóvenes de los vicios y la violencia, mientras que Gian Marco consideró que deben abrirse estos espacios para todas las formas de expresión.

AGENCIA INFORMADOR / ROBERTO MEDINA

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