Cultura
Ballet de alto poderío en el Teatro Diana
El Saint-Petersburg Theatre Russian Ballet deja sobrecogido al recinto que registra lleno
GUADALAJARA, JALISCO (07/OCT/2012).- De músculos rígidos y ágiles, acompañados de suave música así como de sutiles y mudos movimientos corporales, los integrantes del Saint-Petersburg Theatre Russian Ballet cristalizaron El Lago de los cisnes --primero de los tres ballets que escribió el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski-- frente a un lleno Teatro Diana que se mantuvo al tanto de cada gesto, de cada detalle ofrecido por esta célebre compañía.
Durante alrededor de dos horas y media desarrolladas en tres actos y cuatro escenas, el espectáculo que inició a las 18:15 horas contó la historia del idilio entre Odette (Ryzhakova Natalia) y Sigfrido (Mirov Iurii), quienes se enfrentaron a las despiadadas intenciones del mago Von Rothbart (A. Provotorov) y su hija Odile (R. Natalia).
En el escenario, cuya densidad opresiva se acentuaba cada que entraban a escena unos 20 bailarines, se trabó la ya conocida lucha entre el bien y el mal. En cada cuadro coreográfico energía, elegancia y belleza se confundieron. Los rusos no se guardaron nada y dieron vida a una interpretación clásica que caracteriza su formación y la propuesta de su escuela, la Academia de Ballet Vaganova, que ha acuñado la tradición del ballet ruso que se apega a la versión original de las coreografías de las obras clásicas.
En la segunda parte, de espaldas a un lienzo que reproducía el interior de un castillo, con vestuarios de época y movimientos que obedecían a un mismo hilo conductor, los bailarines refrendaron su condición positiva ante la concurrencia. En esta parte, la participación de Ryzhakova Natalia, sola y acompañada y representando a un "Cisne negro" mereció el reconocimiento más cargado de la noche.
En su repertorio actual, el Saint-Petersburg Theatre Russian Ballet incluye obras maestras clásicas como Don Quijote, Sílfide, Chopiniana, etcétera.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
Durante alrededor de dos horas y media desarrolladas en tres actos y cuatro escenas, el espectáculo que inició a las 18:15 horas contó la historia del idilio entre Odette (Ryzhakova Natalia) y Sigfrido (Mirov Iurii), quienes se enfrentaron a las despiadadas intenciones del mago Von Rothbart (A. Provotorov) y su hija Odile (R. Natalia).
En el escenario, cuya densidad opresiva se acentuaba cada que entraban a escena unos 20 bailarines, se trabó la ya conocida lucha entre el bien y el mal. En cada cuadro coreográfico energía, elegancia y belleza se confundieron. Los rusos no se guardaron nada y dieron vida a una interpretación clásica que caracteriza su formación y la propuesta de su escuela, la Academia de Ballet Vaganova, que ha acuñado la tradición del ballet ruso que se apega a la versión original de las coreografías de las obras clásicas.
En la segunda parte, de espaldas a un lienzo que reproducía el interior de un castillo, con vestuarios de época y movimientos que obedecían a un mismo hilo conductor, los bailarines refrendaron su condición positiva ante la concurrencia. En esta parte, la participación de Ryzhakova Natalia, sola y acompañada y representando a un "Cisne negro" mereció el reconocimiento más cargado de la noche.
En su repertorio actual, el Saint-Petersburg Theatre Russian Ballet incluye obras maestras clásicas como Don Quijote, Sílfide, Chopiniana, etcétera.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI