Cultura

ARCA combate el robo de arte

La asociación reúne a especialistas que persiguen casos de sustracción y falsificación de piezas, y de vandalismo contra el patrimonio cultural

MADRID, ESPAÑA (11/ENE/2011).- Ante la necesidad de luchar contra el robo, la falsificación, la aniquilación y el comercio ilegal de obras de arte y patrimonio cultural, un grupo internacional de especialistas en el tema ha creado la Association for Research into Crimes against Art (ARCA).

El fundador de la red, Noah Charney, ha declarado que el propósito es perseguir casos de sustracción y falsificación de piezas de arte, vandalismo contra el patrimonio cultural y expoliación de obras en guerras y yacimientos.

La asociación selecciona y capacita a los expertos, que deben saber desde criminología hasta historia del arte, así como conocer la situación del mercado cultural, las claves de la museología, la legislación en materia de arte o cómo operan las fuerzas de seguridad.

ARCA no busca pertenecer a una agencia de seguridad u organismo concreto, a pesar de que colabora con fuerzas de seguridad en investigaciones mundiales de cualquier tipo de delito contra el patrimonio artístico y cultural.

La educación de esta red se lleva a cabo en el postgrado creado hace tres años en Italia llamado Master Program in International Art Crime and Cultural Heritage Program.

El amplio rango de disciplinas que estudian los futuros profesionales corre a cargo de miembros de la asociación ARCA (www.artcrime.info), ex directores de agencias de seguridad míticas como Scotland Yard, ex cargos políticos y fiscales en activo, entre otros.

Italia también es la sede de la asociación, ya que es el país que alcanza una tasa anual de robos de obras de entre 20 mil y 30 mil piezas, es decir, cinco veces más que la media mundial, con excepción de Rusia, comenta Charney, que debutó como novelista con El ladrón de arte, publicada en español en 2007.

Falta capacitación

El estadounidense advierte que en la actualidad ese prototipo de investigador docto en varias disciplinas no lo reúne ni el cuerpo de la policía, ni los académicos, ni los expertos del mundo del arte. “Pocos directores de policía u organismos de seguridad tienen conocimientos o inclinación a estudiar arte a nivel académico”.

Charney agrega que para abordar los delitos que cometen bandas organizadas con obras de arte “hace falta un gran conocimiento de este mundo, su mercado y la historia del coleccionismo, además de la criminología, la investigación (policial) y la teoría sobre medidas de seguridad”.

En la policía “es raro encontrar a alguien con suficiente experiencia y que se mueva con soltura en todos esos campos. Por esta razón -remarca- la policía raramente ha sido capaz de hacer algo más que investigar el robo”.


El especialista puntualiza que la policía no intenta contextualizar los delitos con obras de arte, “de estudiarlos con respecto a la historia del arte o de investigar más allá de sus fronteras nacionales”.

Las obras de arte, explica, son habitualmente utilizadas por bandas de delincuentes profesionales en sus negocios con drogas o armas, es decir, es habitual que paguen un cargamento de cocaína o de cualquier otro narcótico con un cuadro de un pintor famoso.

De manera que lienzos sustraídos de autores como Picasso, Matisse, Van Gogh, Rembrant, Sorolla o Cézanne pueden llegar a manos de grupos delictivos que operan en el Norte de África u Oriente Medio.

Pero si la policía no sabe de historia del arte, los académicos que colaboran con ella “no saben de investigación y sólo estudian los informes policiales”.

Ante ese panorama, Charney se planteó junto a un grupo de colegas preparar a esa “nueva generación de investigadores” para que colaborasen activamente en la lucha contra este tipo de robos, una clase de delito que es la tercera prioridad para las fuerzas de seguridad de Estados Unidos, por detrás de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

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