Jueves, 09 de Octubre 2025
Tecnología | Anteriormente se practicaba una cirugía para mejorar los síntomas

Neuroestimulación profunda, alternativa para tratar Parkinson

La neuroestimulación profunda consiste en colorar mediante un sistema llamado estereotaxia un electrodo en una región específica del cerebro

Por: NTX

El mal de Parkinson tiene una evolución natural progresiva inexorable. ESPECIAL  /

El mal de Parkinson tiene una evolución natural progresiva inexorable. ESPECIAL /

CIUDAD DE MÉXICO (17/SEP/2011).- El mal de Parkinson tiene una evolución natural progresiva inexorable, hasta dejar a la persona en cama con una disminución de movimiento importante, aún con el uso de medicamentos; no obstante, desde hace algunos años se puede prolongar la calidad de vida de los pacientes mediante la neuroestimulación profunda.  

Lilia Núñez Orozco, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, recordó que anteriormente se practicaba una cirugía para mejorar los síntomas, con lo que se lograba que las complicaciones fueran pocas, pero se afectaban ciertas estructuras del cerebro.

En los años 90, señaló, se supo que a través de estímulos eléctricos se podía lograr el mismo efecto que la operación, pero sin dañar en forma permanente ese centro nervioso.

Entonces, se determinó que la mejor opción quirúrgica en el tratamiento del Parkinson es la aplicación de neuroestimulación profunda que consiste en colorar mediante un sistema llamado estereotaxia un electrodo en una región específica del cerebro.

Abundó -que puede ser el globo pálido o el núcleo subtalámico de Luys- y se conecta con un cable a una fuente de energía eléctrica, parecida a los marcapasos que se colocan en el corazón.

Ese sistema se coloca debajo de la piel, de modo que es prácticamente imperceptible, explicó la también jefa del Servicio de Neurología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

La batería del aparato, dijo, es una fuente de energía que puede modificar la intensidad y frecuencia de los estímulos según la respuesta clínica del paciente, y si se agota debe ser reemplazada por una nueva, de acuerdo con un comunicado de la UNAM.

La neuróloga precisó que el mejor momento de usar esta alternativa es cuando el enfermo ya no tiene una respuesta favorable con los medicamentos que tradicionalmente se utilizan para tratar este mal, no obstante, para colocar el dispositivo se requiere de una evaluación previa del neurólogo para determinar si se es candidato.

En ese proceso, el paciente es hospitalizado, se suspenden sus fármacos hasta que se presentan las manifestaciones más agudas del padecimiento, y luego se suministra la sustancia levodopa; 'si hay respuesta favorable, se considera que la neuroestimulación profunda será un éxito', expuso.  

También se hace una valoración psiquiátrica de las capacidades intelectuales y del estado físico general, porque si se tienen enfermedades concomitantes serias como cáncer avanzado, otro tipo de lesiones en el cerebro o diabetes, no se incluyen en este tratamiento.  

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