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Causentla

Por: EL INFORMADOR

Visitar Tonila es una experiencia relajante y natural entre volcanes. V. GArcía  /

Visitar Tonila es una experiencia relajante y natural entre volcanes. V. GArcía /

GUADALAJARA, JALISCO (12/DIC/2010).- Andrés Ramos Cano me platicó emocionado de los bellos rincones de su querido terruño, Tonila, con insólitas barrancas con sus ríos o arroyos, atractivas haciendas y estancias, legendarias estaciones del ferrocarril, sosegados poblados, y pintorescos paisajes del volcán y del nevado. Luego me contó sobre las tradiciones, como las fiestas de la Virgen de Guadalupe y de María Auxiliadora, y la conmemorativa misa de Causentla, que se celebra el tercer domingo de noviembre de cada año. La emoción de Andrés me contagió, se llegó el domingo referido, pasé por Manuel Figueroa Brizuela y nos dirigimos contentos rumbo a los volcanes por su lado sur. La fantástica barranca Beltrán nos dio la bienvenida al vibrante municipio de Tonila. Atisbamos en San Marcos y al fondo los cautivadores volcanes, después de unos cañaverales llegamos a Tonila, José María Arreola nos dice: Tonila-tonilía, significa: “va haciendo calor”. Lugar situado al borde de la altiplanicie o mesa, desde el cual se comienza a sentir la temperatura de la costa. Y respecto a Causentla: Cauzentla-Abundancial sincopado de cacahuacentli, nombre de una variedad de maíz muy estimada. “Lugar en donde cultivan el cacahuacentli”. Cacahuacentli se compone de, la mazorca del maíz y de cacaotl, el cacao; y significa: “maíz grande y bueno como cacao”.

En unos arcos de la carretera viramos a la derecha, por la calle López Cotilla, calle que fue ascendiendo y mostrando añejas casas, enseguida de la última casa continuó el increíble sendero a Cofradía, con un buen empedrado y sombreado por centenarios árboles, los paredones y los árboles formaban un fantástico túnel, donde pocos rayos lograban filtrarse, nos detuvimos a apreciar aquel túnel, detrás de unos fresnos miramos un bonito plantío de cafetos, más adelante vimos un hule con lianas y unas casas veraniegas de Cofradía, una con una barda tapizada de helecho y otra con lianas entre pilastras, todas las casas animadas por agradables jardines. Fuimos al abarrote de Amalia Sánchez por unos refrescos, alegre mujer que nos dijo: “Desde 1952, se celebra misa en Caucentla, donde estuvo el campamento cristero, encabezado por Dionisio Eduardo Ochoa”. Enseguida vimos la capilla, con su puerta alta y arqueada, rematada en triangulo.

El camino continuó subiendo, pasamos la entrada de “El Fresnal” y después pasamos por unos arcos de un olvidado fraccionamiento, más adelante vimos unas fuentes de una copa y posteriormente entramos al rancho de Caucentla. El paraje que apareció ante nosotros, nos obligó a pararnos y a contemplarlo, estaba embellecido por el hermoso volcán, con sus marcados pliegues, sus contrastantes arenas y su fabuloso cono, en lontananza el nevado, con su inconfundible corona. Mariano Bárcena citó: “Hay dos eminencias principales designados con los nombres de Nevado Colima y Volcán de Fuego. Las pendientes del Nevado se hallan cubiertas de exuberante vegetación arbórea, y solo en su cumbre aparecen las rocas con una sombra y desconsolada desnudez. Inmediato a esta montaña, o más bien sentado sobre sus flancos, está el Volcán de Fuego… en la parte superior del cono se encuentra el cráter antiguo, de mayores proporciones que el moderno”. Admiramos una bizarra parota y luego acariciamos un venado de seis puntas, en eso escuchamos un cohete, era el tercero, que se traducía a la tercera llamada a misa, era la una de la tarde. Al costado de una cruz y sobre una explanada circular, estaba el altar, que miraba al volcán, los feligreses sombreados por frondosos árboles, del lado opuesto la capilla cristera, con una placa que reza: “Santuario humilde de montaña al Sagrado Corazón de Jesucristo Rey. El domingo 13 de noviembre de 1977. Año cincuentenario de la iniciación del Movimiento Nacional Libertador, constituido en el lugar mismo que ocupó la capilla de la ranchería de Caucentla, Jalalisco, destruida durante la persecución religiosa, y donde, al principiar el año de 1927, Dionisio Eduardo Ochoa y sus primeros compañeros en la cruzada de Cristo Rey de la región de Colima, hicieron su juramento de luchar hasta vencer o morir por la libertad religiosa en México”. Julia Preciado Zamora nos dice: “Durante los primeros días de enero de 1927, en conformidad con un llamado a las armas que lanzó la Liga en el ámbito nacional, los católicos dieron los primeros pasos para coordinar el levantamiento en Colima. Los encargados de esta crucial labor fueron los jóvenes acejotaemeros Rafael G. Sánchez y el ex seminarista Dionisio Eduardo Ochoa. Por esos días tuvo lugar el primer choque armado en Colima”. Terminada la misa fuimos a la vera de una bonita presa a degustar unas tortas, unos árboles colindantes reflejaban su follaje sobre el espejo azul.

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