Suplementos | Por: Vicente García Remus Veredas Estación Dolores Hidalgo Por: EL INFORMADOR 5 de septiembre de 2010 - 01:09 hs La estación de tren de Dolores Hidalgo.V. GARCÍA / GUADALAJARA, JALISCO (05/SEP/2010).- E l este de Dolores, por la salida a San Luis de la Paz, se encuentra la fabulosa estación “Dolores Hidalgo”. El último día que disfrutamos de Dolores, lo iniciamos visitando la legendaria estación. En una glorieta vimos el monumento a Morelos y en otra el monumento a los Héroes de la Independencia, que se ubica en la Calzada de los Héroes, a corta distancia llegamos a un curva, que no seguimos, puesto que nos seguimos derecho por un camino que baja a un bosque de eucaliptos, bosque que sombreaba a la romántica estación. El primer ramal se inauguró el 16 de septiembre de 1869, uniendo a la ciudad de México con Puebla, la insólita máquina fascinó e impresionó a todos los espectadores. En diciembre de 1874, el Gobierno Federal le otorgó a José Antonio Mendizábal, Sebastián Camacho y compañía, el ramal México León, pasando por Querétaro, Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y Guanajuato. En octubre de 1877, el gobierno le autorizó al coronel Mena, la vía de Celaya a León. En septiembre de 1880, se le dio la concesión a la Compañía Constructora Nacional Mexicana (constituida en Denver, Colorado), dos ramales de vía angosta o del porvenir (0,914 metros): una México Nuevo Laredo, atravesando el estado de Guanajuato por Apaseo y Dolores. Y la otra, México- Manzanillo, tocando, Toluca, Maravatío, Acámbaro, Morelia, Zamora y La Piedad. Para octubre de 1881, el tren llegó a Marfil, y de ahí a la ciudad de la plata, a través de trenes de mulitas, pues la compañía se excusó de incapacidades de la maquina, para aquella pendiente. José Miguel Echeverría citó: “A las cinco y media en punto, el caballo del porvenir, como dijera Justo Sierra y que yo llamaré del presente, dejó flotar su crin de espeso humo y brillantes chispas, y moviendo sus aceleradas piernas de poderosos émbolos, comenzó a caminar, con una velocidad de treinta kilómetros por hora”. Hasta 1907, una locomotora logró llegar a la ciudad de Guanajuato. Díceres, que para el 24 de febrero de 1884, llegó la primera locomotora a Aguascalientes, población donde se desarrollo el centro ferroviario más grande de América Latina. A mediados de mayo de 1888, fueron las fiestas inaugurales del ferrocarril de México-Guadalajara, después se colocaron otras vías: de Dolores a San Luis de la Paz, de Salamanca al valle de Santiago, de Celaya a las haciendas de Roque y Plancarte. En 1889, entró en operación el ramal, Lagos-Aguascalientes-Zacatecas, enseguida (ese año), se estrenó la vía, Aguascalientes-San Luis Potosí-Tampico. Nos bajamos del coche emocionados por contemplar la bella estación, muros de piedra aparente con marcos de cantera en sus vanos arqueados, el techo a dos aguas, donde sobresale un bizarro cuarto en el segundo nivel, la fachada o este con cuatro puertas, las tres primeras con una ventana vertical por lado, las dos primeras puertas abrían a las bodegas, el segundo nivel con dos esbeltas ventanas verticales, arriba de ellas, una pequeña ventana de medio circulo, el techo a dos aguas, con un tiro de chimenea. La fachada este es similar a la anterior, con la diferencia del saliente observatorio del jefe de la estación, con una ventana por lado y dos al frente, y en el segundo nivel hay un asta, al frente un andén con bancas. Dos letreros dicen: “Dolores Hidalgo, kilómetros 386-8 a México, kilómetros 904-2 a Laredo”. La fachada sur, con dos ventanas verticales y arriba una ventana pequeña en medio circulo, rematada por una barbicana y una almena, la fachada norte igual, a un costado, una fuente que danza al esconderse el sol, los chorros se van vistiendo de distintos colores. Durante la revolución, las estaciones se convirtieron en cuarteles y los trenes en bases militares, movilizaron ejércitos y armamentos. Villa fue derrotado en la estación Reforma, por el general Francisco Munguía. Algunos dolorenses añoran el humo que se atisbaba en Río Laja, los alegres silbatos que se oían por el valle, poco antes de llegar el ferrocarril a la estación, se escuchaba la campana y el rodar de los portentosos rieles, emocionante espectáculo que animaba la estación Dolores Hidalgo. Temas Pasaporte Veredas Lee También Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Abrazo otoñal en la Riviera Nayarit Pasaporte: la vocación de contar el mundo Cuatro imperdibles para tu primera visita a Madrid Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones