Valladolid para disfrutar

GUADALAJARA, JALISCO (27/DIC/2015).- El nombre lo tomó de una ciudad española. Sus raíces se encuentran en lo más profundo de la cultura maya. Su presente y futuro están engarzados a México. Es Valladolid, una de las perlas más bellas del Estado de Yucatán, además de un destino con magia, sabores y experiencias a descubrir.

Enclavada al Oriente de la península de Yucatán, Valladolid le presume a los visitantes el perfecto equilibrio entre sus influencias españolas y mayas. Se nota en sus edificaciones, en su mayoría de tipo colonial en la zona Centro, que son un verdadero imán para los turistas y ante cuya vista es difícil no caer rendido.

La guía para visitantes te va a sugerir que des una vuelta por el Convento de San Bernardino de Siena, el Palacio Municipal, la Iglesia de San Servacio, el Ex Telar de la Aurora y el Museo de San Roque. Todos son espléndidos, sin duda, pero también vale la pena que abras los ojos ante otros tesoros. Sus calles coloniales, sus bazares y mercados están maravillosamente conservados. La arquitectura sacra guarda varias sorpresas y tesoros a todos los que se aventuran al interior de los templos, centros de devoción y símbolo de la reconciliación entre sus habitantes.

Caminata por la ciudad

Un denominador común entre los llamados “Pueblos mágicos” es el maravilloso estado de preservación de su Centro Histórico, y naturalmente esto es algo que encontramos en Valladolid. Lo primero que destaca por su amplitud y belleza es la Plaza Principal, centro de reunión durante siglos de los habitantes de la urbe y un espacio esencial para la experiencia de todo turista.

A los costados de la Plaza se encuentran dos de los edificios más tradicionales de la ciudad: El Palacio Municipal (vale al pena que explores su interior y conozcas su historia) y la Parroquia de San Servacio. Su pórtico data del Siglo XVI, mientras que buena parte de la edificación se remozó en el Siglo XVIII.

Quizás el toque colonial más espectacular de la ciudad (y uno de los más hermosos del Sur del país) lo encontramos en el Ex Convento de San Bernardino de Siena, levantado entre 1552 y 1560. Está en el céntrico barrio de Sisal y fue en su época el punto de partida para las misiones apostólicas franciscanas.

Si observas con cuidado y piensas que en lugar de convento la construcción de San Bernardino  parece fortaleza...no vas mal encaminado. Y es que cuando fue levantado (y durante los siglos posteriores), los españoles se encontraron en un constante estado de guerra contra los mayas, por lo que además de ser un centro de fe, el convento fue un fortaleza amurallada y capaz soportar un asedio.

Los sabores mayas

No todo es historia cuando se trata de Valladolid. También hay mucha comida por disfrutar, comenzando por la cochinita pibil, un clásico de la gastronomía y que aquí tiene un sazón muy especial.

Aunque la cochinita es la gran estrella en los platillos de la zona, es recomendable que no te quedes únicamente con eso y explores a profundidad los sabores que tiene por ofrecerte el menú. Otros gran favorito entre aquellos que buscan algo tradicional es la sopa de lima, los huevos motuleños (que son deliciosos), los papadzules, el poc-chuc y el pan de elote. La longaniza y los lomitos también son parte de la oferta gastronómica, y como guarnición vale la pena darle una oportunidad a los frijoles puercos y para la botana el “Tzikil Pac”, una crema preparada con tomate y semillas de calabaza molidas.

La cocina de la ciudad no se queda en los platos fuertes, y las propuestas para darle gusto al paladar también están presentes en el menú de postres. La calabaza melada, el camote con coco, la melcocha y el mazapán de pepita de calabaza (de fuerte sabor) te abrirán las fronteras de nuevas sensaciones dulces.

Para no atragantarse con todo lo anterior, en Valladolid puedes recurrir al balché (bebida fabricada con corteza de árbol, bastante refrescante) o un Tan Chucuá (atole de chocolate).

Un poco de historia

Si bien el aspecto de la ciudad hoy es el un plácido oasis rodeado por la exuberante vegetación yucateca, lo cierto es que no fue siempre así. A finales del Siglo XIX y principios del XX fue escenario de diversos levantamientos indígenas, enmarcados en la larga y brutal “Guerra de Castas”. El episodio más duro fue la toma de la ciudad por parte del ejército de mayas levantados en armas en 1848, que llevó obligó a casi todos sus habitantes a abandonar la ciudad durante nueve meses.

Las cicatrices de aquella y otras guerras permanecen en el pasado de una ciudad que hoy se esfuerza por escribir un nuevo episodio, ahora de paz.

El área arqueológica

Valladolid se encuentra en el punto medio de varias de las zonas arqueológicas más populares de Yucatán, comenzando por Chichén-Itzá (a 42 kilómetros). Allí podrás visitar la fastuosa pirámide de Kukulcán, una de las construcciones más fascinantes del México precolombino y considerada una de las nuevas maravillas del mundo.

A 40 kilómetros está Ek Balam. La ciudad (descubierta recientemente), presume a los visitantes al menos 45 estructuras bien conservadas, entre ellas el Palacio Oval y la Acrópolis.

Si planeas visitar cualquiera de estas dos zonas, es recomendable que contrates un guía o un paquete de paseo en Valladolid. ¡Buen viaje!

A VOLAR
Arma tu viaje

La mejor manera de llegar a Valladolid es por aire. Líneas como Viva Aerobús, Volaris y Aeroméxico ofrecen el vuelo Guadalajara-Mérida a partir de los $1,026 pesos, dependiendo la fecha y disponibilidad. De Mérida a Valladolid lo más práctico es tomar un autobús.

DESCANSA
Para quedarte

Hacienda Kaan Ac: Con un toque colonial y a la vez con mucha comodidad para el viajero.
D: Carretera Periférico 8.
T: 01 998 193 2260.

Hotel María de Luz: Servicio y amabilidad, su principal encanto.
D:  Calle 42 193 C.
T: 01 985 856 1181.

Casa Quetzal: Hotel-boutique de gran distinción. Preciosa decoración.
D: Calle 51 No. 218-C.
T: 01 985 856 4796.

Hotel La Aurora: Corte colonial, con gran ubicación.
D: Calle 42 No.192 x 35 y 37.