¿Undécimo mandamiento?

     En su momento, Dios entregó diez mandamientos a la humanidad, para ayudarles a relacionarse con Él y con los demás; de esta manera, los primeros mandamientos describen la manera en que Dios quiere ser adorado, y los siguientes explican la forma de honrar a los padres y de respetar al prójimo, no intentando nada contra él. A partir del momento en que estos mandamientos fueron dados a los hombres, Dios les estaba mostrando el camino para que pudieran acercarse a Él a través de la obediencia, pero la experiencia demostró que ninguno era capaz de obedecer consistentemente esos diez mandamientos.
     Luego apareció en escena Jesús de Nazareth y comenzó su ministerio a los 30 años de edad, y aunque todos lo alababan por la gracia de sus palabras y la pureza de su corazón, nadie se daba cuenta de que estaban delante del único hombre en la historia de la humanidad que estaba cumpliendo totalmente con los diez mandamientos.
     En algún momento de su ministerio, Jesús habló con sus discípulos para encargarles que guardaran lo que Él llamó “un nuevo mandamiento”; sus palabras fueron: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros para que, así como Yo os he amado, vosotros también os améis unos a otros. En esto reconocerán todos que sois discípulos míos, si tenéis amor unos para otros”.
     Al dar un nuevo mandamiento, Jesús se estaba haciendo igual que el Padre, quien había dado los primeros diez mandamientos, y esto es una confirmación de que Jesús y el Padre son uno solo. En el caso de las leyes de los hombres, es muy común que tiempo después de que son promulgadas se hagan necesarias reformas o enmiendas a las leyes establecidas. ¿Era eso lo que estaba sucediendo con las leyes de Dios?, ¿se trataba de alguna reforma a los diez mandamientos?, ¿era una especie de  undécimo mandamiento?
     Si revisamos con cuidado, nos daremos cuenta de que este “nuevo mandamiento”, en realidad resume todos los mandamientos que se dieron para regular las relaciones humanas. El nuevo mandamiento dice: ámense los unos a los otros, sin poner condiciones o tiempos, mientras que los 10 mandamientos dicen: honra a tus padres, no mates, no adulteres, no robes, no mientas y no codicies.
     El nuevo mandamiento de Cristo clarifica y profundiza los mandamientos anteriores, ya que una persona que ama a sus padres, sin duda los honrará, y una persona que ama a su prójimo no atentará contra su vida, ni contra sus intereses. Sin embargo, el énfasis de Jesús en el nuevo mandamiento, no queda en el terreno del respeto al derecho de los demás, ya que teóricamente es posible no atentar contra los demás y sus intereses, y de todos modos no tener interés en ellos.
     Uno puede respetar al vecino, no codiciar a su esposa, y no robarle, sin necesariamente amarle como Jesús nos mandó. En todo caso, se trata de un ejemplo de civilidad y moralidad. Pero el mandamiento de Jesús no sólo enseña a respetar a los demás, sino a tomar la iniciativa, ya que el amor siempre busca maneras de manifestarse.
     De manera que cuando Jesús entregó ese “nuevo mandamiento”, no estaba cancelando los mandamientos anteriores, sino que estaba aumentando los parámetros de su cumplimiento, situación que haría más difícil obedecerlo si no tuviéramos a nuestro alcance su gracia y el poder de su Espíritu Santo para llevarlo a cabo.

Ángel Flores Rivero
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