Suplementos | El auge de las comunicaciones electrónicas contemporáneas puede ser un tormento chino Un nuevo Sísifo El auge de las comunicaciones electrónicas contemporáneas tendrá todas las ventajas, pero también puede ser un tormento chino Por: EL INFORMADOR 24 de enero de 2016 - 00:12 hs Una situación que cada vez está más fuera de control: la cantidad de mensajes que nos llegan todos los días y que debemos responder. EL INFORMADOR / ARCHIVO GUADALAJARA, JALISCO (24/ENE/2016).- El auge de las comunicaciones electrónicas contemporáneas tendrá todas las ventajas que se quiera, pero también puede llegar a convertirse en un tormento chino (pasemos por alto que la corrección política no quiere que andemos diciendo estas cosas y usemos la frase hecha, por favor; total: que los opositores al todopoderoso gobierno de Pekín nos digan si existen o no los “tormentos chinos”). Para comprobarlo, propongo un recuento simple de una situación que me parece que cada vez está más fuera de control: la cantidad de mensajes que nos llegan todos los días y que debemos responder (o, al menos, que debemos considerar responder y que nos pesan como piedras en la conciencia entretanto decidimos si los tomamos en serio o se van al bote virtual de la basura). Abordaré, primero, mi caso. Veamos. En un día de trabajo común, debo revisar los mensajes de correo electrónico que lleguen a dos cuentas diferentes (una personal y una profesional), a mis dos servicios de mensajería de redes sociales, a mi WhatsApp y al buzón de mensajes escritos de mi teléfono. En un buen día, vaya, puede revisarse todo esto, y es sencillo eliminar los correos sin interés y el spam y responder aquello que sí amerita atención en pocos minutos (y con “buen día” me refiero a un domingo en el que nadie tiene ganas de andar mandando recaditos y fregando al prójimo). En uno malo (o sea, todos los demás), no alcanzo a contestar ni siquiera la mitad, porque hay otras cosas qué hacer y no se le puede entregar toda la jornada a vaciar buzones. Por tanto, hay ocasiones en que los mensajes se acumulan y las respuestas se atrasan. Luego de unos días de acopio y languidez, la cosa llega a ser alarmante. Porque, además, según la urgencia del contenido o el carácter tenaz del remitente, comienzan a llegar nuevos mensajes que nos ruegan o nos exigen airadamente responder a los anteriores. Si uno es vencido por la angustia (espero que algún científico social haya acuñado ya la expresión “angustia de mail” o cosa similar), la cosa puede empeorar exponencialmente. Una amiga, artista de gran talento, sufre de este tipo de trauma profundo y ha llegado al extremo de cerrar sus cuentas de correo cada tantos meses, con tal de hacer desaparecer de sus hombros el peso tremendo de los mensajes sin responder. Por ello ha perdido, dice, invitaciones a viajes, ofertas de trabajo y hasta mensajes amorosos de alto calibre, pero ha recuperado un poco de calma y serenidad. Cada día la comprendo más. ¿De verdad tenemos que enviar tantos mensajes? Correos que sólo dicen: “Bueno, ok”. O: “Sale, como quieras”. O que, peor aún, piden confirmaciones de cosas que uno puede haber olvidado: “Entonces qué, ¿irás a lo del Patas este viernes, como quedamos hace un mes, o te vas a ir directo a lo que dijo el Cuco en el Feis?”. Hay que ser una mezcla de Einstein y Funes el Memorioso para responder este tipo de cosas. El mito griego recuerda que el pobre de Sísifo, quien ofendió a los Dioses por hacerse pato para que no lo arrastraran al Hades, fue castigado con una tarea que nunca terminaba: empujar una roca hasta la cima de una montaña y que la roca se le regresara de nuevo a la base cada vez. Y así por toda la eternidad. Esas son nuestras comunicaciones. Lo confieso: esta mañana respondí 30 correos atrasados. Ahora espero con horror las 30 respuestas. Porque sé que amaneceré con otros 30 correos, que en pocos días estarán, de nuevo, atrasados. Sísifo puro, pues. Temas Tapatío Antonio Ortuño Lee También Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas La gran estafa que nos hizo “americanos” Chivas Femenil, a una victoria de asegurar su lugar en Liguilla Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones