Domingo, 12 de Octubre 2025
Suplementos | Este domingo, la Iglesia celebra el Día Mundial de las Misiones

Un navío cargado de…

Este domingo, la Iglesia celebra el Día Mundial de las Misiones

Por: EL INFORMADOR

'Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'. EL INFORMADOR /

'Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'. EL INFORMADOR /

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA:

Isaías 45, 1.4-6


“Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay Dios”.

SEGUNDA LECTURA:

Primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses  1, 1-5b

“Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de nuestro amor y el aguante de nuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor”.

EVANGELIO:

San Mateo 22, 15-21

“Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

GUADALAJARA, JALISCO (19/OCT/2014).- El antiguo catecismo de Ripalda, alimento espiritual de la niñez mexicana, dice que las obras de caridad son de dos clases: corporales y espirituales, y entre las primeras señala: “dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, redimir al cautivo, dar posada al peregrino, enterrar a los muertos”.

Son dignas de mención las mil maneras de hacer el bien al prójimo, pues siempre hay y en todas partes, almas nobles dispuestas a ver por los demás y aprontarse al auxilio de quienes lo necesitan.

Las obras de misericordia espirituales también son bellas, y mucho necesita de ellas el género humano actual.

La primera obra de caridad espiritual es enseñar al que no sabe. A esta obra muchos han consagrado su vida, y han dejado grandes bienes con la semilla del bien por ellos sembrada.

Venga pues, una historia: El 13 de mayo de 1524 llegó a San Juan de Ulua, arenas de Veracruz, un navío cargado de… misioneros.

Eran 12 frailes franciscanos y sus nombres eran: Fray Martín de Valencia, superior de ellos; Fray Francisco de Soto, Fray Martín de Jesús o de La Coruña, Fray Juan Suárez, Fray Antonio de Ciudad Rodrigo, Fray Toribio de Benavente —apodado “Motolinia” por los indios al ver su pobreza— García de Cisneros, Fray Luis de Fuensalida, Fray Juan de Rivas, Fray Francisco Jiménez, Fray Andrés de Córdoba y Fray Juan de Palos.

A pie, sin armas, ni armaduras, ni caballos, emprendieron el camino hacia la entonces región más transparente del aire, la gran Tenochtitlán.

Venían de España, del convento de Santa María de los Ángeles, y se hicieron a la vela en el puerto de Sanlúcar de Barrameda el 25 de enero de 1524.

El mandato de Cristo a sus apóstoles fue: “No llevéis oro, ni plata, ni dinero alguno en vuestras bolsas, ni alforjas para el viaje, ni más de una túnica y un calzado”.

Ellos fueron las 12 antorchas, los elegidos para ser instrumento para abrir la puerta y hacer camino a la predicación del Evangelio en tierras de América.

Porque estos pueblos de América han recibido la gracia de la fe desde aquel inicio glorioso hasta este siglo XXI; en reconocimiento de ese Don y en agradecida actitud, todo bautizado que se llama y es hijo de Dios debe ser un pregonero del bien recibido: debe ser misionero.

En este domingo tercero del mes de octubre, en todo el mundo cristiano se celebra el Día Mundial de Las Misiones, para revivir en todos los creyentes la conciencia del deber moral de que todos los miembros de la Iglesia recuerden que ésta desde sus inicios es misionera.

Ser misioneros es la consigna, tal como lo ha dicho el Concilio, según su posibilidad, facultad y carisma, para corresponder al divino regalo de ser cristiano.

José Rosario Ramírez M.

El respeto en nuestras responsabilidades

Cuando Jesús, en la cita bíblica de San Mateo, nos hace referencia a que no ha venido a abolir la ley o a los profetas, sino para cumplir, nos da una muestra que Él no ha venido para ir en contra del Gobierno, por el contrario, a través de ello Él comienza su evangelización.

Ya lo mencionaba el cardenal Juan Sandoval, en la homilía que dirigió a los fieles en la misa de la Romería 2014, al mencionar que el Estado respete lo que es y ha sido un sustento para la Iglesia; no por esto va en contra del Estado, pero sí existe un reclamo para que ambos trabajen por el bien común;  y aunque se corrompa a la sociedad con la legalización del aborto, las drogas y otros males, existe una separación para que cada quien cumpla sus deberes.

Esto no quiere decir que la Iglesia se quede sin hacer nada; respeta, pero alza la voz ante el daño moral, físico y espiritual de los fieles y la sociedad.

Esto es lo que sucede actualmente con el Sínodo de los obispos, en el que se pretende tocar temas como la familia y la evangelización, que exista un respeto ante una sociedad de cambio y la religión católica.

Pretender tender una trampa a Jesús como lo hicieron los fariseos, sería como tratar de tapar el Sol con un dedo, pues era justo lo que Jesús no quería, tratar de ir en contra de la sociedad que ya existía, por el contrario, a través de ella regresar el respeto, la dignidad y el amor al prójimo.

Sin duda alguna, Jesús fue sincero y enseñó el camino de Dios conforme a lo ya escrito; pues independientemente de la persona que fuera, Él los trataba como lo que eran, personas, hijos de Dios.

Sí o sí


El hombre a través del tiempo, ha alcanzado grandes logros; desde los de los grandes artistas como Miguel Ángel y Rafael; los grandes científicos en varias ramas como la medicina, la ingeniería, la electrónica, la cibernética, la astronáutica, las comunicaciones, de forma tal que vivimos en un mundo insospechado gracias a esos logros. Sin embargo, ninguna logro humano puede compararse con la gloria de ser discípulo, apóstol, evangelizador de Cristo. Éste es el gran artista que pinta y esculpe a Cristo vivo en los corazones; es el médico que lleva la sanación de Cristo a los enfermos del espíritu, del cuerpo y de la mente; es el astronauta que conquista los corazones y  las almas para colocarlas en el firmamento del cielo.

¡Segador de las mieses de Cristo! ¡Embajador de Dios! ¡Sembrador de Luz! El cristiano que es todo esto, a la hora de su muerte, encontrará en los graneros del Padre abundante cosecha; terminará su embajada de amor y contemplará los caminos de su vida llenos de luz que ha roto las tinieblas de los hermanos en pecado... Su muerte no será pérdida, sino la ganancia sin fin.

¡En verdad que vale la pena ser apóstol de Cristo!

Cristo necesita a muchos que se decidan y se entreguen a Él y a la misión a la que los envíe. Como a aquellos Doce primeros apóstoles a los que eligió, llamó y preparó para ser embajadores de su Verdad. Aquellos Doce fueron en su tiempo, la sal que curó las heridas sangrantes en el mundo de entonces, fueron la levadura que fermentó la masa muerta de millones de seres humanos.

Cristo sigue llamando en nuestros días. La hora nona no ha pasado porque todavía sigue escogiendo los jornaleros para su viña. ¡Y nosotros somos honrados por Él, al ser de sus  escogidos!

El Evangelio de hoy, en esta gran celebración de la Iglesia universal, conocida como "DOMUND", Domingo Mundial de las Misiones, actualiza precisamente este llamado, cuando Jesús envía a sus apóstoles diciendo: " Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado."(Mt 28-16-19).
A este llamado - envío, solamente podemos dar una respuesta: "Sí". Ojalá que no seas de aquellos que se la pasan buscando razones y excusas para responder: "hoy no, tal vez mañana"; "no tengo tiempo"; "yo no soy para eso"; "no tengo las cualidades necesarias"; etc.

Cuando se ama de verdad, sólo existe una forma de responder al ser amado: SÍ.
Hermano(a) Cristiano(a): Hoy es el día del Sí a Cristo: el Sí a ser su discípulo, su apóstol, su evangelizador; el Sí a entregarse a Él, estar a su disposición para que nos envíe a llevar su mensaje de amor con nuestra palabra y nuestro testimonio

Vayan por todo el mundo

Hoy es un domingo especial en el cual se  recuerda enfáticamente la labor misionera de los seguidores de Jesús.

Ir por todo el mundo significa trascender tiempos y espacios, no importan calendarios, no existen límites geográficos, ni razas, ni edades… no obstante, el compromiso incumbe a todos, chicos y grandes, pobres y ricos, casados, solteros o consagrados… para todos indistintamente atañe el envío: “vayan por el mundo…”

Anunciar la Palabra de Dios, compartir el Mensaje de Cristo Jesús nuestro Señor, es tarea y compromiso de todos y cada uno.

Esto lo hemos visto expresado muy claramente cuando reflexionamos la vida de los mártires, que prefirieron morir antes que fallar en su compromiso de predicar el Evangelio y de llevar la Eucaristía a todos, incluso a los más alejados de la Iglesia. Ellos nos han dado ejemplo y nos han dejado una gran lección que no debemos olvidar, aunque hoy se trata de realidades diversas en circunstancias también muy distintas.
Pero la Palabra del Señor Jesús sigue en pie: “Vayan por todo el mundo…” Pero lo primero que tenemos que preguntarnos es: ¿dónde empieza y dónde termina  mi mundo? Actualmente lo tenemos más amplio por medio de las redes sociales, pero a veces las desperdiciamos inútilmente enviando mensajes intrascendentes y sin contenido a quienes viven lejos y a personas que ni siquiera conocemos.

Es muy evidente, tenemos que empezar de lo cercano hasta lo más lejano que los medios nos permiten y hasta donde alcancen nuestras posibilidades: primero en la casa, con la familia, los padres con los hijos, los esposos mutuamente, los familiares y amigos, que de una forma u otra participan en la dinámica familiar.

Luego, como en un expandirse de círculos concéntricos iremos ampliando nuestra influencia a otras personas con las cuales interactuamos, en el trabajo, en la oficina, en la fábrica, en la escuela… o… en cualquier lugar que, de una forma u otra, se haga presente nuestra persona.

Hablar de Dios, llevar su Palabra, comentar su mensaje, cierto, con palabras, pero sobre todo con una presencia digna, elocuente, que revela los valores espirituales que llevamos en el corazón a los ojos de quienes tengan la capacidad de verlo.

Luego iremos más lejos, y mucho más…también incluso dejando caer una moneda, -acaso la más chiquita-, en ese canastito que llegará a lugares remotos, a lo más alejado de nuestros linderos para ayudar a personas que están empeñadas en esa acción misionera directa en favor de la evangelización.

Oración


Pedimos hoy al Cristo Jesús nuestro Señor que siga haciendo resonar su Palabra en cada corazón de buena voluntad para que podamos encontrar la alegría, la paz y la felicidad que Él nos ha prometido.

María Belén Sánchez, fsp 

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones