Texto Invitado: Ejercicio es vida

Por: Alfonso Arzápalo

No existe una edad límite para iniciar cualquier actividad física, deportiva, pero paso a paso, no hay otra manera de lograr las cosas y existe una frase muy clara que nos dice: “Antes que volar, primero tenemos que dar un paso”, no se extralimiten un día, porque al siguiente ya no harás nada, lo ideal es que estés motivado y que seas constante, poco a poco, no te pongas límites o metas a grandes pasos, motívate con lo logrado día a día...

En base a ser repetitivos, frecuentes, mejoraremos, pero tenemos que ser constantes.

Garantía de vida, pero para ¿qué es todo esto?, porque las mejoras se verán en todo nuestro funcionamiento: la circulación se activa, el corazón trabaja menos, se convierte en un corazón más grande y aumenta su oxigenación, se despierta la imaginación, te vuelves mejor persona, más tranquilo...

En nuestro subconsciente, hay una inteligencia divina, infinita, siempre dispuesta a obrar en nuestro bien, claro, siempre que lo pidamos.
Para competir con éxito en el juego de la vida, debes también entrenar tu imaginación, imagina cosas positivas, lleva a tu vida todo los deseos de tu corazón.

Instructivo de vida

Todos nacemos con un instructivo de vida debajo del brazo, una garantía por los primeros 70 años sin fallas, ya que somos una máquina perfecta, hecha a imagen y semejanza de Dios.
Desafortunadamente echamos a andar la máquina, nuestro organismo, sin jamás haber leído ese instructivo o garantía y lo desgastamos enormemente, no leemos nada, incluso como ejemplo cuando adquirimos un aparato, mandamos a la basura el instructivo y sólo, si algo falla lo tratamos de recuperar, lo mismo nos pasa con nuestro instructivo de vida.

¿Qué hacer, para componer la máquina?

Para tratar de iniciar un deporte, una  disciplina, iniciamos con una rutina de actividad física, pero tan sólo de escuchar esa palabra decimos... ¡Qué aburrido!, la rutina uffff, pero la rutina es disciplina y la disciplina es éxito y no existe otro camino para lograr las cosas, los objetivos, los sueños.
Deja volar tu imaginación, no ceses nunca de soñar, porque si te atreves a creer en tus grandes y maravillosos sueños, los puedes convertir e realidad, todo es posible, sin importar la edad cronológica.

Ya con una rutina elegida, establecida y siete conceptos o normas vamos a tratar de lograr una vida optima, no más años, no confundirse, una mejor vida, más calidad a los años vividos, porque ¿más años?, de arriba te pintarán tu rayita.

Seamos participantes, no sólo observadores de la vid, vivamos porque al llegar a nuestra meta final del maratón de vida, no nos digan, ¿como que murió?, si nunca vivió...

Siete normas

¿Por qué siete?, bueno, el siete siempre es un número mágico:
Primera: No fumar, nada en absoluto.

Segunda: Beber con moderación, la bebida no es mala, te activa la circulación, te limpia el colesterol (con medida), cada uno de ustedes sabe su medida.

Tercera: Tratar de hacer un ejercicio constante, habitualmente, ser disciplinado, cualquier actividad, caminar, correr, trotar, nadar, en fin, pero debemos tratar de aprovechar las cualidades con las que se nace, las cualidades heredadas, la mayoría de estas no se adquieren con la vida, se heredan al nacer, tenemos que descubrirlas, aunque también es cierto, que cualquier persona puede lograr lo que se proponga, con mayor o menor esfuerzo debido a sus cualidades natas.

Cuarta: Hacer un desayuno nutritivo, el desayuno es el alimento más importante del día (nutritivo), la mayoría corremos, no desayunamos adecuadamente y después ingerimos cualquier cosa inadecuada.

Quinta: No comer nada entre las comidas, disciplina, disciplina, a sus horas y nada más..

Sexta: Tratar de conservar un peso corporal sobre todo después de los 35 años, ¿Por qué a los 35? Porque nuestros biólogos nos dicen que cercana a esa edad llegamos a la madurez física (no mental),  aunque tal vez se nos diga que no maduramos, que siempre vamos a ser unos niños, pero en estos tiempos, el ser niño, no sería propiamente un defecto sino una virtud.

El subir y bajar de peso constante, nos provocará problemas sobre todo en nuestro corazón.

Claro como esto, si tienes sobrepeso, no tienes salud, hay que cambiar los términos: No hay que vivir para comer, hay que comer para vivir, que tu medicina sea tu alimento y tu alimento sea tu medicina.
Séptima: Y dormir bien.

Con estas siete normas, recuperaremos algo de lo perdido y encontraremos de nuevo ese instructivo de vida o manual de vida, que extraviamos en el camino
¿Verdad que es sencillo? Regresar con estas siete reglas, a una mejor vida, es sumar más calidad a los años vividos.

“Los tiempos cambian, la juventud se esfuma, los galardones y trofeos pierden lustre o brillantez, los viejos récords se empolvan, pero lo único que permanecerá constante y verdadero a través de los años, es el esfuerzo y el entusiasmo que desplegamos día a día”.