Martes, 14 de Octubre 2025
Suplementos | Oriundo de Tijuana, tuvo que irse a trabajar y buscar oportunidades al vecino país del Norte, desde muy pequeño, a los 12 años

Serie junio: Peluquerías en Guadalajara. Si nos dejan... seguir con este oficio

Fue a los 17 años de edad cuando estudió durante un año en la escuela de Estados Unidos, regresó a México y trabajó en una peluquería durante diez, hasta que abrió la suya.

Por: EL INFORMADOR

Por: Gabriela Aguilar   Fotos: A.C.

¿Cuántas quedan? ¿Dónde se encuentran? Parece que desaparecen, pero no es así. Las peluquerías se resisten a perderse en la historia de lo que fueron y existen ejemplos de que la tradición continua. En la colonia Bosques de la Victoria, al Sur de la ciudad, todavía “se ponen las barbas a remojar”.

Se ubica en uno de esos edificios que son una clara muestra en Guadalajara de la nueva forma de utilizar un terreno comercial: hacer una construcción con locales y poner a disposición de los tapatíos, diversas y variadas opciones de servicios y compras. Frente a una glorieta que une las avenidas Conchita y Obsidiana, en la parte alta, está la Peluquería Lara. El local es agradable, hermético por el aire acondicionado, llama la atención la vista que sobresale con la zona arbolada de la glorieta vecina, lo que propicia un ambiente de frescura y relajamiento.

Sentado en un sillón, entretenido con su laptop mientras llegan más clientes, está don Eduardo Lara, propietario del negocio. Sonriente dice que tiene 31 años que se dedica a la peluquería y que empezó por casualidad: “Estudié gracias a un familiar que me ayudó a entrar a una escuela de peluquería en Sacramento, California”.

Oriundo de Tijuana, tuvo que irse a trabajar y buscar oportunidades al vecino país del Norte, desde muy pequeño, a los 12 años.
Fue a los 17 años de edad cuando estudió durante un año en la escuela de Estados Unidos, regresó a México y trabajó en una peluquería durante diez, hasta que abrió la suya.

“Mi primer negocio fue en la colonia Villa Guerrero, duré cinco años ahí, después de que lo cerré, abrí otro que duró siete años en la avenida Cruz del Sur, ente Isla Pantenaría y Rosario Castellanos, aquí en Residencial Victoria tengo cuatro años”.
Don Eduardo trabajó de 1982 a 1993 en la emblemática Peluquería Fénix.

“Siento que la peluquería está teniendo un nuevo resurgimiento, por los tipos de corte que piden, como el de casquete, pero sí duró buen rato en el olvido, entraron las estéticas con otro tipo de servicios, nosotros tenemos siguiendo algo que los demás no tienen”.

Acceso a Hollywood

La peluquería Lara tiene detalles muy particulares, “el caramelo” que gira, distintivo de las “barber shop” y que está dentro del local por cuestiones del medio ambiente y de los bándalos que quieran romperlo, también están la tele, las infaltables revistas y periódicos y tres cuadros con el rostro dibujado a lápiz de James Dean, Antonio Banderas y Brad Pitt. “Se me hace algo diferente porque siempre están las mismas fotografías,  la idea la tomé de una peluquería de Chicago que vi por internet”.

Así que los clientes pueden aspirar a que al menos, con el corte de cabello, puedan tener “un aire” de uno de los tres astros de Hollywood.
Sobre la continuación familiar de su profesión, comenta que su hijo no quiso seguir, inició como “chícharo”, pero simplemente llegó a cierta edad y no le llamó la atención. El compañero de don Eduardo es Beto, quien aprendió desde los 12 años el oficio gracias a su papá y hoy atiende a los clientes, bromean y se la pasan bien.

El corte de cabello que solicitan más los clientes es el que hacen con la “número 2”, en referencia al tipo de navaja que utilizan en la máquina.
“¿Beto, cómo le dirías a ese corte que estás haciendo?”, pregunta don Eduardo.
“Desvanecido”, contesta.

“Más o menos es como ése el que más piden”.
Clientes, “todos son especiales”

Para el señor Lara la mayoría de los clientes son de 30 años “para arriba”, hay de todo, pero principalmente comerciantes del Mercado de Abastos y habitantes de la zona. El hecho de que la peluquería se encuentre en una  colonia residencial no le ha perjudicado, “al contrario, el estar en la glorieta me ha dado a conocer más porque hay gente de Bugambilias que pasa por aquí para tomar Cruz del Sur o Colón, o la gente que viene de Plaza del Sol, mi clientela es de muchas partes de la ciudad”.

Cuando se le pregunta si tiene clientes conocidos, se ríe y prefiere omitir los nombres, “por aquello de que no les guste que yo diga”.
Pide que se apague la grabadora, “esto es nada más entre usted y yo”. Saca un sobre con fotografías y ahí está la prueba. Los rostros sonrientes de dos de las figuras más activas actualmente, uno de la política local y el otro de la música a nivel nacional.

Recuadro: Glosario básico de peluquería

• Caramelo: Foco cilíndrico que gira y tiene luz en su interior, alusivo a los colores de la bandera de Francia, donde se cree inició el negocio de la peluquería actual.
• Piedra: Elemento indispensable para sacar filo a las navajas.
• Asentador: Es un “suavizador” de navajas. Las irregularidades que quedan después de sacar filo, se pulen en este fajo de piel que cuelga del sillón.
• Chícharo: Apodo que se le da al niño que “bolea” los zapatos de los clientes, barre el cabello cortado y asiste en la operación de una peluquería.

Tapatío

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