Domingo, 22 de Junio 2025
Suplementos | Gabriela Aguilar

Serie: frivolidades

Paso a paso con sus zapatos bien puestos

Por: EL INFORMADOR

“¿De dónde?”, se preguntan algunos, “¿forma parte de su naturaleza?”, dicen otros… y por más cuestionamientos que surjan, nadie podrá dar con la respuesta del por qué a las mujeres les gustan tanto los zapatos. Además, la industria del calzado tiene una historia significativa en Guadalajara.

Es miércoles, los primeros días de marzo, hace calor, mucho. Tiene 26 años, camina lento como si estuviera hipnotizada, no hace caso a nada más, busca y no encuentra, regresa al primer aparador que vio, no se decide, sale del lugar,  ya está desesperada, sus pasos inquietan a cualquiera, pasan los minutos… las horas y Renata no se decide por los zapatos que ese día decidió comprar. La calle Esteban Alatorre no es suficiente para ella y para muchas otras mujeres que deciden extender su colección de pares de zapatos.

Se trata del lado “rosa”, de  todo aquello que hace a las tapatías femeninas. Los zapatos además de ser un complemento en el vestuario, forman parte de la industria de la moda en Jalisco y no es un asunto frívolo, es una realidad que el gusto por comprar -y ofrecer, por parte de los industriales del calzado- sea una de las actividades más habituales para visitar plazas, centros comerciales y todo aquel lugar donde la actividad sea comprar zapatos.
A partir de 1977 Guadalajara contó con una zona zapatera en la calle Esteban Alatorre del antiguo barrio La Perla. Tuvo tal impacto comercial que se crearon un sinnúmero de talleres, fuentes de trabajo y fábricas similares.

En la publicación Los zapateros en Guadalajara de José Olmedo, señala: “se produjo un movimiento demográfico durante la guerra de Independencia que ocasionó un crecimiento poblacional debido, en mayor grado, a la inmigración que a un crecimiento natural. Los rancheros y jornaleros tuvieron que aprender un oficio nuevo para subsistir, la actividad zapatera era un oficio sencillo, fácil de aprender y además no se requería gran inversión. Todo esto facilitó a los nuevos artesanos un medio por ganarse la vida.

Y el “pasito” se perdió

De aquella flamante zona zapatera, sólo quedó el recuerdo. El paso del tiempo y de la falta de acciones por parte de las autoridades en “salvar” esa tradicional zona permitió que los tapatías/os voltearan a otros lugares, por avenida México la Galería del Calzado, que con todo y crisis está “al pie del cañón”.

Hubo intentos por extender aún más la oferta de la venta de zapatos, el ejemplo más claro fue el Fórum del Calzado, no pudo con la competencia y ahora sólo quedaron como testigos mudos, los grandes leones en la entrada del lugar que hoy alberga a uno de los centros de juego y apuestas más concurridos de la ciudad.

Renata dejó a “Esteban”, el par de zapatos que quería comprar no lo encontró, pero la visita no fue infructuosa, otro par “se le pegó”… así sucede, no se puede resistir a la tentación de estrenar unos zapatos nuevos.

Tapatío

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