Jueves, 09 de Octubre 2025
Suplementos | Santuario Mariano en Jalisco

San Juan de los Lagos, destino de fe y esperanza

Aquí no hay grandes centros nocturnos o parques de diversiones, el principal atractivo del pueblo es la Virgen María

Por: EL INFORMADOR

Todos los días del año se puede venerar a la virgen en el Santuario de San Juan de los Lagos. ARCHIVO  /

Todos los días del año se puede venerar a la virgen en el Santuario de San Juan de los Lagos. ARCHIVO /

SAN JUAN DE LOS LAGOS, JALISCO (14/AGO/2011).- Enclavado en una de las rutas de mayor interés en el Estado de Jalisco: la Cristera, el poblado de San Juan de los Lagos resguarda en su Centro Histórico el segundo Santuario Mariano más visitado de México (sólo después de la Basílica de Guadalupe, en la capital)  y el tercero en toda Latinoamérica.

La fe que los visitantes profesan a la Virgen que, según dicen propios y extraños, ha concedido innumerables milagros a los fieles, es infinita. Desde la entrada a la Basílica los peregrinos avanzan lentamente y de rodillas, los ojos entrecerrados, las manos elevadas al cielo y el corazón entregado a aquella imagen que bien pudiera confundirse con la Virgen de Talpa o de Zapopan, y cómo no, si los más devotos católicos saben que se trata de “las tres hermanas”.

Al llegar al altar no queda más que rezar, demostrar la ferviente devoción que le profesan y ofrendar aromáticas flores o veladoras que deben permanecer apagadas por la propia seguridad del recinto y los visitantes. Luego se ponen en pie, y sin dejar de mirarla en lo alto, se retiran con la esperanza de volver en algún momento, pero esta vez para agradecer lo concedido.

La Catedral-Basílica, el Santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos, es la edificación más representativa del municipio. Hasta ella, cada año, llegan miles de peregrinos originarios de muy diferentes sitios: México, Latinoamérica y Europa.

Data del siglo XVIII, su construcción se inició en 1732 y fue hasta 1790 cuando se concluyó la obra. La fachada es de cantera rosa y luce dos esbeltas torres barrocas de tres cuerpos y un remate, en los cuales se observan columnas toscanas y algunos ornamentos que no pasan desapercibidos.

En el interior se aprecian bellas ventanas con vitrales, y arriba, justo al llegar a la cúpula, algunas pinturas al óleo. El retablo principal es de cantera de estilo neoclásico, y al centro, donde se aloja la imagen de la Patrona del pueblo, resalta un altar de ciprés. A lo largo de la sacristía hay más pinturas así como algunos muebles de madera tallada.

Mientras que afuera, entre el bullicio de vendedores y visitantes, decenas de puestos con infinidad de imágenes, medallas, libros de rezos, rosarios y hasta dulces con la silueta de la madre de Jesús, son el sustento de varias familias que habitan este pueblo de arraigada fe católica. Lo que más se vende, sin duda alguna, son la replicas de la imagen posada en el altar.

Para satisfacer el hambre


Las tortas que se encuentra justo frente a la parroquia, son para muchos visitantes “las mejores que han probado en su vida”. De carne, panela y hasta frijoles, bañadas en una picosita salsa, son el cierre del anhelado encuentro con la Reina del Cielo.

De ahí, sólo hace falta recorrer el pueblo: admirar sus rincones y otros tantos establecimientos que ofertan obleas, dulces de leche, cajeta, rompope, cocadas y otras grandes cantidades de dulces típicos.

Un pueblo con leyendas


También es recomendable visitar la capilla El pocito de la Virgen, una leyenda convertida en tradición.

El 23 de junio de 1662, víspera del día dedicado a San Juan Bautista, el capellán mayor del Santuario de la Virgen, don Juan Contreras Fuerte, caminaba por la orilla de un arroyo, siendo entonces época de grave sequía. El capellán miró a una niña que con una piedra en la mano trataba de clavar una pequeña estaca en una roca para obtener el vital líquido. El sacerdote sólo atinó a decirle, “tú tienes más fe que yo”, y se retiró del lugar. Al día siguiente regresó con un peón al que le pidió que hiciera una pileta en la roca donde la niña había estado golpeando, mientras, él oraba a la Virgen. Su sorpresa llegó cuando a los pocos golpes comenzó a brotar el agua en abundancia.

El capellán buscó a la niña pero jamás pudo encontrarla. El brote de agua se vivió como un milagro de la Virgen de San Juan, lo que dio lugar a la tradición de El pocito de la Virgen, ubicado a unas cuantas cuadras del Santuario Mariano. La capilla del Pocito es de cantera y data de 1959-1960. Se localiza en la calle de Luis Moreno y es uno de los sitios más visitados de San Juan de los Lagos, un pueblo reconocidos por su fe.

Para saber
UN POCO DE HISTORIA


*Se fundó en 1542, después de la guerra del Miztón, con el nombre de San Juan Bautista de Mezquititlán.

*En junio de 1633 se autorizó a las familias españolas a poblar el lugar que entonces fue llamado Villa de San Juan de los Lagos, hasta que en 1869 el Congreso del Estado le dio el grado de ciudad.

*Además de su importancia religiosa, la ciudad es rica en productos textiles y de talabartería.

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