Puente Calderón, historia entre la naturaleza

GUADALAJARA, JALISCO (17/OCT/2010).- Quizá para la mayoría de los habitantes de Jalisco, la palabra Zapotlanejo los remonte a las cientos de tiendas de ropa que hay en el municipio. Pasear por sus angostas calles, algunas aún empedradas, es un deleite, principalmente para las mujeres, pues en muchas tiendas los maniquíes portan las prendas y accesorios de la última tendencia internacional. Sin embargo, este poblado ubicado a una hora de Guadalajara, ofrece algo más que industrias textiles. Las atracciones turísticas que resguardan la historia del México antiguo, resaltan gracias a la inversión que diversas instituciones y dependencias gubernamentales han tenido en su infraestructura y restauración de edificios y monumentos, que se erigen sobre los cerros que conforman Zapotlanejo.

Visitar el municipio es un escape a la relajación, diversión, convivio familiar y un buen pretexto para conocer a fondo los hechos históricos del Estado. El Puente Calderón, testigo de una mítica batalla armada, es el lugar ideal para ir en familia y disfrutar de una comida por la tarde. Esta construcción sirvió como escenario para que el 17 de enero de 1811, el ejército insurgente comandado por Miguel Hidalgo, se enfrentara contra las tropas realistas de María Félix Calleja.

El grupo que buscaba la independencia nacional no consiguió resultados favorables, pero dio pie a levantamientos posteriores que saciarían el hambre de libertad y justicia del pueblo mexicano.

Nopales, cantera y Sol

El Puente Calderón es la identidad histórica de Zapotlanejo. Su construcción inició entre 1670 y 1672, bajo el mandato del entonces gobernador de la provincia de la Nueva Galicia, Francisco Calderón y Romero. Lo que fuera la ruta de enlace comercial entre la Ciudad de México y Guadalajara, hoy forma parte de un importante parque eco-turístico, en el que cada semana visitantes –nacionales y extranjeros– disfrutan de las bondadosas áreas verdes adecuadas para el esparcimiento familiar. Como sus propios habitantes lo describen el Parque Puente Calderón es una edificación caprichosa, debido a la arquitectura que se levantó hace más de 15 años, cuando iniciaron las actividades de remodelación.

Hasta el momento, el parque tiene un financiamiento de 375 mil pesos. Dentro de los cambios más importantes está la remodelación del puente; el cual cuenta con una extensión de 60 metros de largo por 7.15 metros de ancho. Se incluyó una malla protectora con bloques de cantera labrada, cerca de los 27 arcos que dan su forma apuentada.

La entrada al Parque Calderón es sencilla pero llamativa. Desde el arribo el visitante tiene que registrarse con el personal de seguridad. Los amantes de la fotografía encuentran en este espacio un sinfín de elementos para hacer posar a la familia completa al pie de los enormes troncos secos distribuidos en las áreas verdes junto a los juegos infantiles.

Para descender hacia el puente hay que caminar en una especie de mini laberinto. A medio camino está una cooperativa en la que los visitantes pueden comprar alimentos, golosinas y bebidas. Siguiendo el camino nos encontramos con una extensa flora de nopales, zapote, guayaberas, guamúchiles, mezquites y guanabanas silvestres, al costado de los frondosos árboles están ubicados algunos asadores y sombrillas para que las familias lleguen y realicen un pic-nic. El puente se observa mejor desde este lugar, la cantera rojiza resplandece con los rayos del Sol.

Diversión para todos

El Parque Calderón cuenta con tirolesas de 710 metros de largo; el costo por el servicio es de 50 pesos y son cinco tiros por persona. Además, Zapotlanejo cuenta con las fuentes más grandes del país, que gracias al Río Calderón que pasa cerca del sitio, los chorros alcanzan una altura de 35 metros de altura.

El dato

Zapotlanejo, en colaboración con la Secretaría de Cultura del Estado, promueve el libro Los secretos del Puente Calderón. La obra se encuentra a la venta en la librería del Exconvento del Carmen, en Guadalajara.

Más información:
www.zapotlanejo.net