Jueves, 09 de Octubre 2025
Suplementos | Compromiso con la emoción

Prueba de mediano plazo, Peugeot 207

Después de 90 días con el felino francés en nuestras manos, nos queda claro que este coche nos puede dar todo, menos aburrimiento

Por: EL INFORMADOR

Hay coches bonitos, con bajo desempeño. Otros, son una delicia de manejar, pero no de verlos. Algunos más, son extremadamente confiables, pero no generan emoción ni a la vista ni a los demás sentidos de un piloto. El Peugeot 207, en cambio, es uno de estos modelos raros, que son bellos y sabrosos, haciendo que tenerlo sea placentero en todo momento.

Lanzado en México a principios de este año, el 207 aún llama la atención de una manera poderosa. La gente lo voltea a ver con admiración y no es rara la vez que te saluda, hace señales positivas o pregunta cuánto cuesta. Las líneas del auto, como prácticamente las de toda la gama de Peugeot, son afortunadas. Los ojos rasgados, heredados del 206, son aún más marcados. El cofre rebasa un poco la línea entre los “ojos” del león y recuerda una nariz generosa. La parrilla es esa inmensa boca a la que ya nos hemos acostumbrados y el conjunto es armonioso y atractivo.

Los costados transmiten la sensación de movimiento incluso con el auto detenido y sólo en la parte trasera, tal vez, Peugeot haya pecado por un cierto conservadurismo.

En el interior del auto, la primera impresión es muy buena. El material que cubre la superficie superior del tablero y que nunca habíamos visto en ningún otro auto, es excelente, agradando a la vista y al tacto de la misma manera. Los asientos son bien diseñados, ofreciendo buen soporte y sin la rigidez de otros que incluso tendrán menos pretensiones deportivas que este felino. La posición del conductor también es buena, gracias al amplio margen de ajuste del volante y del asiento. La visibilidad, en cambio, sufre por un excesivamente grande pilar C, es decir, el que va entre la ventana lateral trasera y el cristal posterior, o medallón. Pero esto es normal en los hatchbacks, aún más en los de tres puertas, como este león.

Luego viene el motor. El 207 tiene una máquina de cuatro cilindros en línea, con 1.6 litros de desplazamiento y una potencia que llega a los 150 caballos de fuerza, gracias a la acción de un turbo compresor. Este motor fue desarrollado en conjunto con BMW y es el mismo que equipa el MINI Cooper S. Su rendimiento es muy bueno y la demora para la entrada del turbo es pequeña, haciendo posible conducirlo con cierta dosis de suavidad.

Sin embargo, es difícil resistir al empuje que nos da este coche y a la estabilidad que hace un matrimonio perfecto con el confort. El 207 es un coche que nos impele a correr, aunque sea un poco entre semáforo y semáforo. Pero si salimos la carretera, encontraremos lo mejor que nos puede dar, con un agarre superior, saliendo de frente cuando se rebasa su límite, pero de una manera predecible y fácil de corregirse.

Durante estos tres meses que lo tuvimos, nos sentimos apegados al auto. Siempre que había una oportunidad de conducirlo, entre una prueba y otra de vehículos distintos, en la redacción nos peleábamos por el derecho de tener unos días. Es que este es un auto con alma. No hay aquí la perfección casi impecable de un japonés.

De hecho, el 207 peca por una construcción que podría ser más cuidadosa, al menos mejor adaptada a los caminos irregulares. Esto hace que los ruidos interiores sean más abundantes de lo que nos gustaría. Pero su belleza y el placer que nos proporciona conducirlo, hace que le perdonemos este pequeño pecado.

Las puertas, largas como la cuaresma, hacen que encontrar un lugar para estacionar sea algo complicado, al menos si no queremos darla un “portazo”, lo que terminó por ocurrir en nuestra prueba y nos dolió hasta el alma ver una herida en uno de los “brazos” del león.

El consumo de combustible fue moderado. Tuvimos 8.6 kilómetros por litro en el promedio de consumo urbano, mientras que el mejor número en carretera fue de 9.8 km/l de gasolina Premium. Hay que destacar que, en todo este tiempo, no fue necesario visitar la agencia ni una sola vez. El 207 se comportó muy bien, siempre listo para atendernos y sin quejas.

Faltan unos pocos días para que lo tengamos que regresar a Peugeot en México, pero ya sentimos que lo extrañamos. Fue un compañero no sólo fiel, sino divertido. Es como aquel amigo al que uno le habla primero cuando quiere compañía, porque sabe que con él, la pasará tan bien, que perdona sus fallas.

Sergio Oliveira

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones