Suplementos | La Punta Santiago, divisoria de las bahías Manzanillo y Santiago, atesora la playa Playa la Audiencia La Punta Santiago, divisoria de las bahías Manzanillo y Santiago, atesora la playa Por: EL INFORMADOR 5 de marzo de 2016 - 23:50 hs Una fresca mañana, de nuestra estadía en Santiago, decidimos pasarla en la Audiencia. EL INFORMADOR / V. García GUADALAJARA, JALISCO (06/MAR/2016).- La Punta Santiago, divisoria de las bahías: Manzanillo y Santiago, atesora la encantadora Playa la Audiencia. Se cuenta que en la época precolombina, arribaron a la referida playa, naos de mandarines chinos a negociar con los naturales de las bahías. La playa de la punta era la elegida por los navegantes por ser todo un puerto natural, que atrajo audiencias, resguardado por sus cerros salientes, muy salientes, excelente fondeadero, profundo, de arena y de suave oleaje, aguas tranquilas. Diego de Lazaga publicó en 1940: “ensenadas que se señalan en ella (mapa) al propio rumbo (Oeste), llaman La Audiencia, en cuyo paraje, pegado a tierra, puede atracar el mayor buque sin el menor riesgo, pues a medio tiro de fusil en ninguna de sus partes desciende seis brazas de agua, y a su orilla, sin la menor sorda, recasaca o reventazón… de todo lo cual me considero seguro a más de mis observaciones y advertencias del escandallo, en el acto tenía cuantas noticias pedía para conseguir el acierto a los buzos que me condujeron a canoa de pesca, quienes con motivos de ser todo aquello placer de perlas, tienen tan examinado y reconocido su fondo que antes de arrojar dicho escandallo me anunciaban lo que demostraría el cebo, y a cuantas brazas”. Una fresca mañana, de nuestra estadía en Santiago, decidimos pasarla en la Audiencia, tomamos camino a Salagua, al acercarnos al campo de golf viramos a la derecha, por un buen empedrado que tiene más de siete décadas, tiempo en que la familia sonorense Bustamante emprendió el fraccionamiento llamado como la playa, La Audiencia. Una simpática iguana cruzó por el camino y trepó una higuera. Hay una fotografía de la entrada a La Audiencia de los años cincuenta, el camino enmarcado por palmeras, ceibas, higueras, y plátanos, sin finca alguna, y un automóvil bajando la cuesta de la Punta Santiago, que alcanza poco más de 50 metros de altura. Y hay otra foto, de la playa, con sólo tres ramadas y abundante vegetación en su entorno. Al bajar la cuesta fuimos cautivados por el intenso azul del mar y sus extendidas puntas verdes. Cuando caminábamos para la playa, me acordé que cuando venía de niño, hace muchos ayeres, sólo había media docena de bungalows del costado izquierdo del sendero, era todo lo edificado. Percibimos la fina y compacta arena, caminamos media playa y nos sentamos a mirar sus fantásticas puntas que abrazan a La Audiencia, manifestando su verdor y contrastando el mar, a pesar de tanta construcción, sobre todo al pie de la playa. Debería de haber un estricto reglamento de construcción, que no permita la sobre urbanización y menos torres, que le quitan el encanto a sitios maravillosos como en el que nos encontrábamos, se olvidaron de las dichosas servidumbres y densidades urbanas. El oleaje que llegaba era manso, las lanchas ancladas apenas se movían. Recorrimos pausadamente la playa y al aproximarnos al extremo oeste, les señalé a mis hijos una escalera y les dije qué cuando llegaba a la morada de Paco Camarena y Gloria Ontiveros, ubicada a corta distancia de la escalera, bajábamos entusiasmados a la playa, que nos ha brindado tantos momentos inolvidables. Nos bañamos un buen rato en aquellas aguas frescas y nítidas, yo evocando tiempos idos, que disfruté con mi familia y la familia Camarena. A la playa se asoma el bizarro Hotel El Tesoro, antes Hotel Sierra Radisson Plaza. Más tarde fuimos a La Huerta, donde Poseidón nos dio la bienvenida, de entrada saboreamos un ceviche de camarón, Marisol pidió filete California, Nicolás, guachinango mariposa y yo, filete especial del chef, con mariscos gratinados, una deliciosa crema, arroz y ensalada. Un teclado evocaba románticas melodías. Las palapas del comedor miran a la bonita Bahía Manzanillo, de nuestra mesa se dejaba ver, la vibrante playa, Las Brisas, el Puerto, Las Hadas, Punta Santiago, Punta Juluapan y en lontananza, el Cerro Toro. Temas Pasaporte Lee También Zacatecas y La Antigua: Viaje a dos joyas históricas de México El arte de saborear Nayarit Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Abrazo otoñal en la Riviera Nayarit Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones